Abelardo Medellín Pérez
La participación ciudadana y los ejercicios democráticos que requiere un Estado para funcionar en apego a la ley y en atención a sus integrantes, pueden parecer “un privilegio” ante los ojos de quienes prefieren vivir al margen de la legalidad y en función de sus intereses.
Puedes ser una administración estatal e ir por ahí con la creencia de que gobiernas bien, que has cubierto las necesidades básicas, que incluso has encontrado el equilibrio para permitir un derroche justificado en beneficio del entretenimiento; pero tarde o temprano la realidad te alcanza. Puedes tener buenas intenciones, pero si no actúas en sinergia con las instituciones que permiten tu poder, más temprano que tarde te llegará un recordatorio de lo poco trascendente que son tus autocráticas pretensiones.
Desde el 22 de mayo del año 2022, el gobernador potosino Ricardo Gallardo Cardona anunció que su voluntad política y el aparto de gobierno que dirige de forma unipersonal, movería las palancas necesarias para convertir a la delegación capitalina de Villa de Pozos en el municipio número 59.
Desde entonces se ha emprendido una interrumpida, pero sostenida campaña para lograr este fin. El gobierno ha usado todos los recursos en su haber para lograrlo: presionar al congreso, instrumentalizar sincréticamente a habitantes de esta localidad, esquinar a la oposición para que simpaticen con el proyecto y, recientemente, echar la bolita del tema procedimental al Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana (Ceepac).
Este martes 4 de julio, en sesión extraordinaria, el Ceepac aprobó los proyectos relativos a la procedencia de la solicitud para realizar un plebiscito, el mecanismo para la compulsa de las credenciales anexadas a la solicitud de municipalización y la presupuestación de dicho ejercicio.
Justo el proyecto alusivo al presupuesto que el organismo electoral solicitará para la realización de todo lo referente al plebiscito para municipalizar Villa de Pozos, que asciende a 55 millones 844 mil 3.23 pesos, logra funcionar como botón para la memoria y recordarnos que, el dinero que se tenga que pedir para realizar este ejercicio, siempre fue dinero que le pertenecía a la ciudadanía, pero se les negó.
Supongamos que la intención de municipalizar Villa de Pozos, como en algunas ocasiones ha dicho el gobernador, es un proyecto que nació cien por ciento de la ciudadanía. Supongamos que en este tema no hay inmiscuidas intenciones obscuras, electorales, politiqueras y centralistas del gobierno y la cúpula en él, porque así es, ¿no?
Si el gobierno no tiene ninguna intención con Villa de Pozos y su municipalización, entonces es importante que la ciudadanía recuerde que el gobierno estatal fue el primero en poner una traba para que el proceso de ley se realizara tal como lo indica la ley.
En octubre del 2022, el Ceepac aprobó un presupuesto de egresos para el año 2023 que ascendía a 296 millones 473 mil 241.62 pesos; sin embargo, al final el gobierno estatal emprendió un recorte al CEEPAC, con respecto a la solicitado, a quien se le dio un presupuesto de 215 millones 560 mil 8 pesos para el 2023.
Aunque el presupuesto era 35 millones de pesos mayor al presupuesto del año anterior, no era el dinero requerido y, en entrevista, fue la consejera presidenta, Paloma Blanco López, quien explicó que este recorte afectaría la celebración de eventuales consultas y plebiscitos.
Desde diciembre del año pasado, meses después de que se conociera la intención de municipalizar Villa de Pozos, proceso que por ley requiere un plebiscito, la autoridad electoral local ya advertía que el recorte impuesto al organismo podía afectar la celebración de mecanismos de participación ciudadana.
¿Qué hizo la autoridad estatal?, ¿revirar, recular, retractarse? Peor, llamó “hechos inciertos” a lo que era un ejercicio democrático en gestación.
El mismo día que Paloma Blanco advertía de la dificultad de celebrar consultas y plebiscitos por el recorte, el secretario general del gobierno estatal dijo:
“Estamos hablando de hechos futuros o inciertos, no sabemos si va a suceder o no, ni siquiera nos dicen ‘se va a hacer esta consulta’ lo que dicen es ‘para las consultas que se puedan hacer’, ¿cuáles?, ¿cuántas son?, ¿de qué carácter son?, ¿quién las ordenó? No tenemos eso. No puedes tú presupuestar un presupuesto de Egresos sobre hechos futuros e inciertos”.
¿Cómo que no saben si van a suceder secretario, si el gobierno que representa tenía la clara necesidad de prescindir, al menos, de una?
El secretario preguntó entonces sobre estos ejercicios: “¿cuáles?, ¿cuántas son?, ¿de qué carácter son?, ¿quién las ordenó?”. Pues en atención a sus preguntas: la alusiva a la municipalización de Villa de Pozos, es una, de carácter plebiscitar… para no decir que fueron ustedes, diremos que las ordenó la población de la delegación, como consta en las firmas reunidas en nueve cajas de documentos que se entregaron al Congreso del Estado.
Esta no debería ser una respuesta novedosa a la incredulidad del gobierno quien decidió limitar la capacidad presupuestal del Ceepac, estas eran las respuestas que el gobierno estaba obligado a tener claras desde que entregaron la ley de presupuesto de egresos para este año.
¿Qué hizo el gobierno al retener los 92 millones 958 mil 580.61 pesos que el Ceepac le solicitó desde el año pasado para la celebración de consultas a la ciudadanía?, ¿comenzar un trágico y cada vez más infame centro de espectáculos?, ¿darle banderazo de salida a un nuevo equipo deportivo cuyos directivos son servidores-refritos sacados de otras áreas del gobierno?, ¿fueron invertidos acaso en pautas propagandísticas para que el gobernador pudiera presumir la visita de un nuevo artista que luego saldría a desmentir la versión oficial?
Lo que sea que se haya ahorrado el gobierno al negarse a dar estos recursos al Consejo Estatal Electoral, ahora deberá deshacerlo o gestionarlo sabiamente, porque ese ejercicio de consulta “incierto” y “futuro” está aquí y va a necesitar el dinero que, ya se sabía, requiere.
Esta solicitud presupuestal de parte del Ceepac, desnuda y revela la incapacidad del gobierno de ver hacia adelante. El gobernador y su equipo no trabajan para darnos un futuro, gestionan para vanagloriarse de lo poco que se avanza hoy. El gobernador afirma que en unas décadas la capital debe convertirse en una de las ciudades más importantes en el país; ¿cómo creerle sobre lo que promete para dentro de una década, cuando no puede tener en cuenta un solo gasto tan predecible como el de un plebiscito que su propio gobierno impulsa y presume?
Sí, esto es un enorme “se lo dijimos” para el gobierno estatal, uno bien merecido; pero también es una advertencia: si durante los siguientes meses vemos que fracasa la municipalización de Villa de Pozos, antes de culpar a diputados, alcaldes, oposición o al Ceepac mismo, deberíamos voltear a ver al aparato de gobierno estatal que no logró poner lo que le tocaba en orden.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestrando en Estudios sobre la Democracia y Procesos Electorales en el posgrado de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha trabajado como reportero y columnista en los medios digitales La Orquesta y Arco Informativo; actualmente es reportero de Astrolabio Diario Digital. Ha sido acreedor de dos premios estatales de periodismo en las categorías de Artículo de Fondo y Periodismo Regional.