Calidra, confundir para no resolver

Carlos Rubio

Por más que las autoridades intenten tergiversar y confundir sobre la problemática de la planta de Calidra “El Zacatón” instalada sobre la carretera Rioverde, basta con explorar el uso de suelo establecido para dicha zona para constatar que siempre fue y sigue siendo ilegal que en ese lugar opere industria considerada como pesada por un magistrado.

Usted, apreciable lector, ¿cree que si a su negocio le falta alguna licencia o permiso, el Ayuntamiento titubearía para clausurárselo? Por supuesto que no. En un abrir y cerrar de ojos sus puertas estarían bloqueadas con sellos de la Dirección de Comercio, y usted tendría que pagar una multa por operar sin los documentos necesarios, y aparte tendría que hacer el trámite correspondiente mientras su establecimiento se encuentra cerrado.

Pero como en muchas otras cuestiones, la justicia a veces aplica para unos y a veces para otros; las obligaciones de ley a veces aplican y a veces no, todo dependiendo de cuál sea su apellido o el capital con el que cuente.

Para que Calidra pudiera instalar su planta primero debió haber conseguido una licencia de uso de suelo, la cual únicamente se le pudo haber otorgado si su giro se adecuaba al uso de la zona donde se pretendía instalar. Después, debió haber tramitado su licencia de construcción. Ambas se le otorgaron de forma irregular en el 2015 durante el trienio de Mario García Valdez.

¿Y por qué de forma irregular? Porque la zona donde se instaló tenía un uso de suelo habitacional y el Ayuntamiento pretendió cambiarlo a comercial para que se pudiera ubicar la empresa (lo que además fue ilógico, porque la planta es de industria pesada).

Un procedimiento bastante mal hecho ya que el Cabildo tuvo que haber dado vista al Congreso del Estado, sin embargo, no lo hizo. Todo esto posibilitó que los vecinos de La Florida echaran abajo esa licencia en el Tribunal Estatal de Justicia Administrativa.

¿Y no se pueden cambiar los usos de suelo? Es posible, pero el uso de suelo es lo que precisamente impide que en zonas habitacionales se instale una industria como Calidra y comience a afectar el medio ambiente y la salud de los habitantes.

Ahora, una vez que abordamos el tema del medio ambiente y la salud, diversas voces han comentado que se debe revisar si realmente Calidra contamina con su planta de El Zacatón, para después tomar la decisión de si se debe retirar o no, lo cual no significa más que seguir persistiendo en la misma irregularidad de siempre.

La permanencia de Calidra en la carretera Rioverde no debe estar sujeta a si contamina o no, o si causa daños a la salud o no. La planta debe ser retirada simplemente porque el uso de suelo no encaja con el giro de la empresa.

Es como si nos estuviéramos debatiendo si dejar que Calidra opere sobre la avenida Venustiano Carranza, sobre Lomas del Tecnológico o en Balcones del Valle, todas estas zonas encuadran en lo mismo: son habitacionales, rodeadas de hogares, de cientos de personas que se establecieron ahí desde hace años y ahora ven afectado su entorno por una empresa apoyada y protegida por funcionarios a los que se les ofreció la confianza votando por ellos en las elecciones.

Estos tan solo son puntos básicos a resaltar del gran reportaje Calidra, contaminación impune en la capital de SLP, realizado por Mariana de Pablos para Astrolabio. Si se desea conocer de principio a fin la situación, recomiendo leerlo ampliamente.

La administración de Enrique Galindo Ceballos estaba por seguir el mismo camino de omisión que recorrieron sus antecesores: dejar pasar el problema y que se ocupe el siguiente.

Su reacción y reunión con los vecinos afectados se dio a partir de la publicación de Astrolabio, por lo que su voluntad política y compromiso con la ciudadanía se encuentra en entredicho.

Sin embargo, en este punto de su mandato, el alcalde debería tomar muy en serio el caso de Calidra. A menos de un año de que se escoja a su sucesor, el panorama de su futuro político no pinta muy bien; su legado será el de una ciudad colapsada por la inseguridad, la movilidad y la escasez de agua. Pocos se dan el lujo de presumir tan alto retroceso durante su administración.

Resolver a favor de la ciudadanía los casos de Aguas del Poniente y de Calidra pueden ser el salvavidas de Enrique Galindo para acceder a la reelección o a otro cargo de elección popular; o tan si quiera para dejar constancia de que ejerció su cargo de presidente municipal.

Calidra, contaminación impune en la capital de SLP

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Actualmente es jefe de información de Astrolabio Diario Digital, con interés y experiencia en Transparencia y el Derecho de Acceso a la Información Pública.

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