Jeremy Bentham

Maximizar el placer y minimizar el dolor. 1748-1832.

Frater Ignatius

Bentham nació en Londres y fue educado para seguir la carrera de derecho, la cual le desagradaba por su lenguaje enrevesado y falto de claridad, además de lo conflictivo de la naturaleza misma del tema. Decidió investigar sobre la naturaleza y la esencia de la ley, la moral y la política, las cuales podían estar unidas por un único principio. Tal principio sostiene que el hombre busca el placer o la felicidad y evita el dolor a la manera de Epicuro. Sin embargo, Bentham profundiza en este principio, al cual bautizó como principio de la utilidad dentro del campo mismo de la filosofía, la sociedad y la cultura, divulgando un sistema de ética empatado con una lógica de lo útil, conocido como Utilitarismo, vigente aún en nuestros días.

La inventiva de Bentham demuestra como las proposiciones de la ley, la política y la ética pueden ser reconfiguradas en un lenguaje más sencillo y que solo se rige por buscar el placer y evitar el dolor. El utilitarismo se basa en una visión muy simple de la naturaleza humana. Bentham sostiene que la naturaleza ha puesto a la humanidad bajo el gobierno de dos dueños soberanos, el dolor y el placer… Ellos nos gobiernan en todo lo que hacemos, en todo lo que decimos, en todo lo que pensamos: cada esfuerzo que hagamos por deshacernos de ellos, los confirmarán.

Considera el castigo como medio de reforma y se debe calcular cuidadosamente para que sus consecuencias a largo plazo conduzcan a un aumento de placer. Para lograr este objetivo Bentham construye un felicific calculus para calcular la cantidad exacta de dolor y placer que resultaría de una acción determinada.

El panóptico es una de sus grandes creaciones para la vigilancia de las personas que infringían la ley. Una forma de vigilancia que promovería el portarse bien y por ende buscaría la máxima felicidad con el mínimo de dolor.

La muerte de Bentham es una de las más divertidas de toda la historia del mundo. El se hizo a sí mismo un auto icon, es decir, dispuso que a su muerte se le disecara y dio instrucciones precisas para la postura y posición de su humanidad. Es como si quisiera estar en vigilancia perpetua de una sociedad a la que de alguna manera idealizó pensando en que se iba a comportar mucho mejor buscando la felicidad y evitando el dolor. El problema de su filosofía radica en los llamados derechos individuales, ya que constantemente cae en contradicción porque busca sacrificar al individuo en aras de la comunidad. No obstante, continúa siendo una teoría atractiva y simple de la realidad humana.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Administración y Maestro con especialidad en Educación por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey. Amante de la cultura, la filosofía, la literatura, el cine y las matemáticas. Gusta de leer y escribir sobre historia, psicología y filosofía.

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