Texto y fotografías de Abelardo Medellín
Esperanza, pancartas, exigencias para la autoridad y un llamado de solidaridad para la ciudadanía, son lo que cargaron consigo los integrantes del colectivo Voz y Dignidad por los Nuestros oriundos del Altiplano, que se manifestaron la tarde de este 30 de agosto en Matehuala.
En el marco de la conmemoración del Día de las Víctimas de Desaparición Forzada, familias se dieron cita frente a las oficinas de la presidencia municipal de Matehuala a las 18:00 horas. En los arcos de dicho sitio se resguardaron de las lluvias torrenciales que cayeron hoy en el Altiplano y tomaron la decisión de no realizar la marcha a pie por los encharcamientos del centro de la ciudad.
Los familiares de las víctimas hicieron grupos y se trasladaron en camioneta hasta la Plaza Juárez de Matehuala donde utilizaron un toldo ahí instalado para colgar las mantas con los datos de sus desparecidos y cubrirse de la lluvia que no menguaba.
Ante la mirada curiosa de transeúntes y comerciantes, los integrantes del colectivo colgaron sus pancartas y aguardaron a que llegaran más familiares de desaparecidos que pudieron haberse persuadido de asistir por las inundaciones y lluvias.
Reunidos, los familiares recordaron a sus desparecidos y hablaron sobre la posibilidad de instituir una nueva marcha local por los desparecidos en el mes de enero, pues según advirtieron, muchos casos de desaparición ocurren en esta fecha.
Norma Zúñiga, madre de Arnoldo Andrés Sánchez Zúñiga, desparecido el 29 de enero de 2021 en el centro de Matehuala, recordó con dolor cómo las autoridades la interrogaron respecto a si su hijo consumía sustancias para después decirle:
“No haga nada, mejor no haga nada”.
Norma narró cómo, a pesar del desaire de los policías, ella decidió activar una ficha de búsqueda y posteriormente se unió al colectivo Voz y Dignidad.
“Lo único que yo pido es saber de mi hijo, saber dónde está, es lo que pedimos, si a nuestra familia le pasó algo que nos los devuelvan, como sea, para tenerte un lugar donde ir a llorarles, porque así es un llorar diario sin saber nada”, afirmó Norma.
Un calvario muy parecido reveló haber padecido la madre de Soledad Elizabeth Álvarez Castillo, joven desparecida en Sonora el 28 de enero de 2022.
Según la madre de Soledad, la joven viajó hacia el norte en busca del sueño americano, pero la persona que le ayudaría a cruzar la frontera la abandonó en mediodel desierto; además, la única persona que podía localizarla, una tía, no ayudó en la búsqueda de la joven.
La madre de la víctima afirmó que las autoridades hoy en día no actúan si los deudos no se movilizan, además de que acusó la falta de empatía que guarda la autoridad.
Entre tantos casos de desapariciones recientes en la región, resalta por su antigüedad el de José Alejandro Vargas Vázquez, quien despreció luego de salir de su trabajo en Soriana el 4 de marzo de 2011.
María de Jesús Vázquez Molina, madre de José Alejandro, contó cómo hace más de 12 años su hijo no llegó a casa el viernes 4 de marzo luego de un turno en la tienda mencionada.
Según relató, ella interpuso una querella ante la entonces Procuraduría General de Justicia por la que se abrió una carpeta de investigación, sin embargo, tiempo después cuando intentó pedir avances de la búsqueda de su hijo, las autoridades le dijeron que la carpeta se había perdido.
Durante nueve años, la madre de José Alejandro se trasladó una o dos veces por semana a las oficinas de la Procuraduría (que recuerda como luego se transformó en Fiscalía) para pedir razón de la investigación de su hijo; y durante casi una década, la autoridad estatal encargada de la procuración de Justicia le aseguró que ese era un caso perdido.
Con apoyo de una nueva asesora legal, María de Jesús abrió una nueva investigación por la desaparición de su hijo en 2020; lo que para ella significó renovar las esperanzas para buscarlo, a la autoridad le dio una nueva razón para cuestionar a la madre de una víctima.
“Me decían: ‘¿Y por qué presenta la denuncia hasta ahorita?”, afirmó que le dijeron al reponer la denuncia de desaparición.
María de Jesús dice que hoy, a más de una década de distancia se siente esperanzada y pretende buscar a su hijo hasta encontrarlo.
“Una madre no se cansa de esperar y yo estoy esperando una respuesta de Dios, él sabe qué respuesta me va a dar, pero yo aún tengo la esperanza de que mi hijo esté bien”, agregó.
