Estela Ambriz Delgado
El presidente del Consejo Hídrico Estatal, Jonathan Abraham Quintero García, expresó que la posición del presidente Andrés Manuel López Obrador en torno al proyecto de trasvase Monterrey VI es desafortunada, pues este tipo de proyectos se destacan por ser altamente perjudiciales en materia ambiental y social.
Enfatizó que se debe considerar el contexto de San Luis Potosí, donde no existe un plan de gestión sostenible del agua y, por consecuencia, con un proyecto así la crisis hídrica se agravaría y volvería más compleja, afectando la biodiversidad y sus habitantes.
Respecto a la sugerencia de López Obrador de retomar el proyecto Monterrey VI en varios estados, incluido San Luis Potosí, Quintero García se dijo sorprendido de la postura que ahora se toma sobre este tipo de megaproyectos neoliberales.
“La posición del presidente en torno al trasvase Monterrey VI causa una desafortunada extrañeza y sorpresa, ya que incentiva la viabilidad de este tipo de proyectos se conocen por ser altamente degradantes en materia ambiental y social; y que son megaproyectos representativos precisamente de gobiernos neoliberales”.
Quintero García señaló que este tipo de proyectos tienen como base una visión que antepone los intereses del desarrollo económico, en el que los beneficiados suelen ser las grandes industrias trasnacionales y nacionales, principalmente, mientras que se demeritan las condiciones ambientales, culturales y sociales de los ecosistemas y las comunidades de donde se extrae el agua, en este caso de la Huasteca potosina.
El también catedrático explicó que los trasvases se justifican bajo el argumento de que se desaprovechan aguas de cuerpos de agua como ríos o escorrentías que llegan al mar, pero científicamente se sabe que en la naturaleza no sobra nada y todo es parte de un ciclo natural que mantiene un equilibrio ecológico.
“Al modificar este ciclo natural mediante acciones equivocas del humano, con miras de beneficios económicos realmente para minorías, se construyen desastres, riesgos, vulnerabilidades y degradaciones sociales y ambientales, en la mayoría de las ocasiones irreversibles”, advirtió.
Asimismo, indicó que el estado de Nuevo León se caracteriza por tener una fuerte presencia de industria altamente extractiva de agua, e inclusive sus planes de gestión no se considera en ningún momento la conservación ecológica y el bienestar social, sino el desarrollo económico a través del impulso a la industria.
En este sentido, consideró que el llevar agua a ese estado sería como “tirar el agua a una coladera sin fondo”, mientras que los ecosistemas de la región Huasteca y sus comunidades muy posiblemente sufrirían importantes transformaciones perjudiciales.
