Los brazos fuertes del Estado

Octavio César Mendoza

La Secretaría General de Gobierno del Estado, encomendada en la persona de J. Guadalupe Torres Sánchez, y la Fiscalía General del Estado, bajo la diligencia de José Luis Ruíz Contreras, son las dos entidades civiles cuyo peso está profundizando el cambio en las formas de ejercer el poder en San Luis Potosí; en buena medida debido a la propia personalidad del Secretario y el Fiscal, cuyo vínculo interinstitucional es visto no sólo con respeto, sino también con temor, ante la determinación y fuerza mostrada por los encargados de velar por la Gobernabilidad y la Justicia de la Entidad potosina.

Sin duda alguna, no ha sido tarea sencilla la de enfrentar las dificultades que implica desmantelar un sistema de gobernanza donde la persecución política, las venganzas personales y el deseo perverso de los gobernantes por acorralar y aplastar a sus adversarios, era el leitmotiv de las acciones emprendidas por dichas instituciones, siempre al servicio del mejor postor. El tejido social se fue descomponiendo conforme se fortalecían las redes de complicidad entre gobernadores, presidentes municipales, empresarios, dirigentes y líderes de poderes fácticos, y varios procuradores de justicia.

Esa urdimbre se consolidó durante décadas donde privaron los intereses de grupos gubernamentales que intercambiaban entre sí las posiciones de dominio administrativo y territorial, y pasaban por encima de los legítimos reclamos de la sociedad, llegando al extremo de convertirse en enemigos entre sí mismos cuando, por ampliar sus parcelas de poder e influencia, convertían al gobierno en un golem que tropezaba con esos dos pesados y largos brazos que se trenzaban en una batalla donde el pueblo, y los adversarios políticos en turno de opositores, eran los que salían con la peor parte.

El dolor ante la injusticia es el que se padece más desde la intemperie. Sin el cobijo de la autonomía y la eficiencia de los servidores públicos encargados de la Gobernabilidad y la la Justicia, cualquier persona puede ser víctima de quienes ejercen el control de gobiernos, instituciones o poderes fácticos. Cuántos casos de municipios y territorios y poblaciones abandonadas a la buena de Dios no recordamos ahora que vemos que en Matehuala, por predicar con un ejemplo, se están restableciendo el orden y la seguridad, empezando por actuar desde la neutralidad.

Igualmente, cuántas falsas acusaciones levantadas no sólo desde la sospecha inadmisible, sino desde la misma soberbia de quienes tomaban el poder, no generaban un daño irremisible en la honorabilidad y la reputación de personas cuyo mayor pecado era no haber estado del lado de los vencedores de una contienda electoral, o de quienes no se prestaron a sus componendas corruptoras, o de quienes, por su forma de ser o de pensar, eran vistos con antipatía y resultaban sorprendidos por una carpeta de investigación lanzada como una piedra envuelta en billetes, bajo cualquier pretexto.

Aunque a no pocos poderosos forjados en la época oscura de “la maldita herencia” les cueste entender que las cosas han cambiado parta bien, y que las instituciones no están sujetas al capricho personal o de grupo, hoy los potosinos tenemos una Secretaría General de Gobierno y una Fiscalía General del Estado que trabajan de forma articulada para generar los equilibrios necesarios entre los diversos sectores y actores de la sociedad, con la finalidad de que los abusos de unos cuantos sean frenados no sólo por principios de legalidad y justicia, sino de ética y humanidad.

Por algo es razonable comprender las coincidencias entre Guadalupe y José Luis en el sentido de que el bando de los buenos es más numeroso que el de los malos, y advertir que, conforme avance el tiempo y se vayan desahogando los diversos temas que están enfrentando desde una búsqueda de resultados objetivos y no de posturas personales, Gobernabilidad y Justicia seguirán siendo las fuentes de estabilidad de un Estado cuyo Gobernador, José Ricardo Gallardo Cardona, se mantiene firme para darle estabilidad, destino y viabilidad a largo plazo.

La Secretaría General de Gobierno y la Fiscalía General del Estado de hoy, son instituciones confiables y cercanas a la gente, porque llevan dos años trabajando a la par y, por primera vez, dejaron de ser instrumentos de tortura en manos de los poderosos, dejaron de ser el ariete que derrumbaba las puertas del humilde, y dejaron de ser las tenazas que aprisionaban las Libertades y los Derechos de opositores, periodistas, empresarios, etc. Por eso debemos celebrar que el propio pueblo potosino arrebató, de las manos de los políticos del pasado, los brazos de la Gobernabilidad y la Justicia.

Tenemos mucho futuro por construir. Qué bueno que ya nos despegamos de “la maldita herencia”.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es poeta, escritor, comentarista y consultor político. Actualmente ocupa la Dirección General de Estudios Estratégicos y Desarrollo Político de la Secretaría General de Gobierno del Estado. Ha llevado la Dirección de Publicaciones y Literatura de la Secult-SLP en dos ocasiones, y fue asesor de Marcelo de los Santos Fraga de 1999 a 2014, en el Ayuntamiento y Gobierno del Estado de SLP, y en Casa de Moneda de México. Ganador de los Premios Nacional de la Juventud en Artes (1995), Manuel José Othón de Poesía (1998) y 20 de Noviembre de Narrativa (2010). Ha publicado los libros de poesía “Loba para principiantes”, “El oscuro linaje del milagro”, “Áreas de esparcimiento”, “Colibrí reversa”, “Materiales de guerra” y “Tu nombre en la hojarasca”.

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