25N en SLP, un acto de reivindicación y memoria

Texto y fotografías por María Ruiz

Las palabras se arrancaron, repletas de hartazgo de la boca de decenas de mujeres que el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, nombraron el cáliz de dolor que significa ser objeto de las violencias más crueles.

En un estado donde cualquiera de aquellos mecanismos y protocolos que enarbolan un cese a la violencia en contra de las mujeres, resisten el último asalto para enfrentar y erradicar la violencia feminicida.

Semanas atrás, en diversos medios de comunicación, salió la noticia de que el Instituto de las Mujeres del Estado (IMES) de San Luis Potosí, pretendía intervenir para supuestamente desaparecer la Alerta de Violencia de Género ante la reducción de cifras de feminicidios.

Un mecanismo que comprende acciones gubernamentales de emergencia para garantizar la seguridad de mujeres y niñas en seis municipios del estado: Ciudad Valles, Matehuala, San Luis Potosí, Soledad de Graciano Sánchez, Tamazunchale y Tamuín.

Ante esto, el día sábado 25 de noviembre, alrededor de la Caja del Agua, las potosinas soltaron de sus manos aquel pañuelo rojo, símbolo del Estado verdugo, que en en medio de un ritual ancestral que parecía un llamado a Chalchiuhtlicue, dieron comienzo a una manifestación pacífica repleta de decretos que emergieron como un cauce, en donde reclamaron se mantenga activa esta alerta.

“Mientras no pare la violencia la alerta se queda. Recordemos que es un mecanismo de acción, prevención y protección. Hemos visto algunas declaraciones en donde el IMES pretende intervenir para quitar la alerta de género y esto no va ser así”, señaló Esperanza Lucciotto, madre de Karla Pontigo, víctima de feminicidio.

Fue así que con nuevos ojos y una danza al vuelo agradecieron a las mujeres que habitan su cuerpo, que libraron guerras y que a pesar de haber sido prisioneras, hoy como herederas decidieron romper los grilletes de su historia.

“Creo que es importante que una manifestación pacífica exprese nuestra preocupación ante esta intención de desaparecer la Alerta de Violencia de Género, incluso aunque quisieran no se podría, porque es un mecanismo instaurado en la ley. Pero que sepan que estamos y observamos”, mencionó Marcela García presidenta de Nueva Luna A.C.

Así luego de un encuentro íntimo entre hermanas de la misma lucha, caminaron hacia el Instituto de las Mujeres del Estado, una ruta corta pero significativa, que para sorpresa de muchos estuvo repleta de cosmovisiones, como un llamado al tiempo pasado de las mujeres que con un tizón y vela en mano hicieron escuchar sus exigencias.

Ahí a las puertas de este Instituto marcaron sus manos de rojo y como un terremoto, las historias comenzaron a caer pedazo a pedazo, ahí Lupita, Karla, Renata, Chío fueron recordadas en medio de la sombra espesa de la noche.

“Estamos aquí para que sepan que vamos estar pendientes y que no vamos a dejar que la Alerta de Violencia de Género desaparezca. Es una deuda del Estado y mientras estemos aquí, no dejaremos que eso suceda”, comentó Andrea Guadalupe Rodríguez, defensora y activista.

La manifestación terminó con un río de veladoras, por cada una de las mujeres que han muerto a causa de la violencia feminicida, que alumbraron la esperanza de quienes están hoy aquí y no quieren a una muerta más.

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