No es necesario ser poliSÍa

Óscar G. Chávez

Mientras que la ciudadanía potosina experimenta en carne propia, como parte de su cotidianidad y sin distingo de clases sociales la problemática de la inseguridad que en general se vive en el estado ya desde hace tiempo, los políticos (independientemente de temporalidades, colores y órdenes de gobierno) solamente perciben, grafican y llevan al papel sus datos; otros que tienen respecto a los de los ciudadanos. Líneas rectas, curvas, quebradas, continuas o intermitentes, alejadas de la realidad y maquilladas a modo. 

No es de sorprender, en el marco de la lógica, percepción y difusión viciada generada por las autoridades, que éstas siempre apelen a diversas variables que difieren notablemente de las que la ciudadanía, organizaciones no gubernamentales e incluso instancias internacionales identifican como condicionantes de esta compleja y lesiva problemática social. 

Hace unos días, el alcalde de la capital, Enrique Galindo, señalaba una serie de motivos por los cuales él considera que estudios realizados por la Organización de las Naciones Unidas respecto a la inseguridad en San Luis Potosí, no se adecuan al contexto potosino y sí a países como Italia y Rusia. El vaso medio lleno o medio vacío, según se quiera ver; o bien, es que sí, pero no. 

Explicado de una manera rápida y coloquial: la ONU señala que en San Luis Potosí ha disminuido el índice delictivo porque algún cártel, cofradía o grupo de malandros ya se estableció y pacificó la zona; Galindo por su parte dice que no es así, aunque efectivamente ha disminuido, pero más bien por una serie de circunstancias posibilitadas por la excelencia de las estrategias de seguridad implementadas por su gobierno, y las enumera una a una. 

Mediante esta lista de atributos y virtudes más efectivas que la letanía lauretana, desafortunadamente y con muy poco tacto, el alcalde acaba cayendo en el mismo juego perverso del gobernador e incluso poniéndose a su nivel: desacredita a sus antecesores y a los anteriores directores de Seguridad Pública Municipal (incluido él), para acabar dando a entender que si no fuera por él, su director de policía y tránsito municipales y sus policías diferentes, la ciudad seguiría viviendo como en el pasado.

Esa diferencia policial, según Galindo, se da gracias a “la división de la ciudad en 17 cuadrantes, pagarle bien a la policía, promover a los buenos elementos, ascenderlos, darles acceso a una vivienda, darles uniformes dignos y de alto nivel y mucho más…” Nada dijo de los malos, desde luego, con todo y que es una realidad que en su mayoría siguen siendo los mismos de años y administraciones anteriores, con la misma conducta torcida de siempre; algo similar a lo que el gobernador ofrecía y se enorgullecía al cambiar de nombre a la policía estatal y convertirla en Guardia Civil. 

Pero ahí no acaba la cosa, y al igual que el gober envuelto en su muy peculiar egolatría, el alcalde policía dice que no está de acuerdo porque él sabe de eso porque se dedica a estudiar el tema, aunque aquí en San Luis no le conozcamos nada al respecto. Lo mismo que la señora a la que le dicen que el marido le entrega muy mermado y no como antes el chivo quincenal, porque anda en amoríos con otra y la señora acaba diciendo que no es así, que sí le da menos pero que es porque seguramente está ahorrando para llevársela de vacaciones a Acapulco; que ella se da cuenta porque es especialista en economía doméstica y que nada más sus chicharrones truenan. 

Ya se ha dicho en este y otros espacios, una de las artimañas que utilizó Galindo para promocionarse y venderse como el remedio que la ciudad de San Luis Potosí y los potosinos necesitaban para remediar todo tipo de enfermedades, era su conocimiento en materia de seguridad, con una trayectoria avalada hasta internacionalmente (con sus respectivos diplomas y condecoraciones), pero la realidad es que la inseguridad en la ciudad sigue como siempre o incluso más boyante que en años anteriores, con todo y su división en 17 cuadrantes.   

Cómo andarán las cosas y cómo verán sus estrategias incluso dentro de su propio partido, que no faltó el judas que burlonamente lo apuñaló por la espalda ridiculizando su trabajo y dando a entender que incluso él, con todo y las empinadas que le ha dado el gobernador podría hacer un mejor papel. Y posiblemente sí, para dar seguridad no es necesario ser poliSÍa… tampoco diputado agachón.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

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