Carlos Rubio
El 2024 es un año clave para la política mexicana. En cuestión de meses habrá miles cargos públicos en disputa, incluida la presidencia de la República, que está prácticamente afianzada para una mujer, la primera en la historia del país. A la par, el Edificio Central será la sede de una batalla previa: la elección del rector de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) para los próximos cuatro años, un objetivo que Alejandro Zermeño Guerra, quien actualmente ocupa el cargo, se ha fijado y, de conseguirlo, sabe que trascendería incluso más allá de un gobierno estatal que tan sólo dura seis años.
Acostumbrado a levantarse temprano, Alejandro Zermeño llega 20 minutos antes a la entrevista pactada a las ocho de la mañana. Afortunadamente está todo listo. No preguntó cuáles serían los temas a abordar. No es un político, tampoco un burócrata ni un especialista en la administración pública, aunque maniobra diariamente para mantener a flote una estructura de más de 6 mil trabajadores y 30 mil estudiantes, con presencia en las cuatro regiones del estado.
Responde de forma directa y sin rodeos: quiere ser rector hasta el 2028 y ya elabora el plan de trabajo que deberá presentar en la primera quincena de marzo al Consejo Directivo Universitario, mismo que durante la primera semana de abril decidirá, en sesión extraordinaria, si el trabajo que el médico oftalmólogo ha hecho hasta ahora merece continuidad o se le da la batuta a otro u otra candidata.
Astrolabio: ¿En qué le beneficiaría a la Universidad tenerlo otros cuatro años más?
Alejandro Zermeño: Bueno, creo que la experiencia importa. El haber vivido una época tan compleja como la pandemia y las relaciones tan difíciles con los sectores de decisiones, federal y estatal, pues bueno en algo ayudan a esa experiencia para evitar una curva de aprendizaje mayor y poder entrar en acción relativamente rápido o prácticamente de inmediato después de tomar la Rectoría para el periodo 2024 – 2028, si es que soy reelecto.
Los últimos años han sido complicados para todo el mundo. La salud y la economía se han visto mermadas, pero la educación ha sufrido un severo atraso difícil de recomponer. La toma de protesta de Alejandro Zermeño se llevó a cabo 50 días después de la declaración de pandemia por covid-19. Las clases en línea fueron su primer reto, dentro de una institución con algunos salones en los que aún se escribía con gises.
“El 80 por ciento del mundo no estaba preparado para las clases en línea (…) En todo el mundo hubo una baja del conocimiento que se aportó en esos dos años de pandemia. A final de cuentas no paramos, que eso fue muy bueno, los estudiantes siguieron recibiendo sus conocimientos. Quizá con muchas deficiencias, pero siguieron recibiéndolo”.
A pesar de las complicaciones, el rector considera que el balance de su administración es positivo y destaca la creación de nuevas licenciaturas y el incremento en la capacidad de admisión, aunque “nos faltan recursos”, remarca.
Autocrítico, también reconoce los atrasos de su gestión, como el servicio y apoyo que la UASLP, financiada en su totalidad por recursos públicos, le debe brindar a la sociedad. Una de sus propuestas antes de convertirse en rector fue fortalecer el lazo entre los sectores académico y científico con las comunidades, aquellas regiones que se encuentran alejadas de la capital y la mayor parte del tiempo son olvidadas, principalmente por los gobiernos.
Para ello, el líder de la máxima casa de estudios tiene puestas sus esperanzas en la Secretaría de Vinculación Universitaria, renombrada apenas en noviembre del año pasado. Un cambio poco resaltado, pero sobre el que se sostiene el objetivo principal de Alejandro Zermeño como rector.
“Esta es una Secretaría que creo que debe de tener una gran trascendencia en los próximos años, porque es la forma en la que la Universidad va a coadyuvar en el desarrollo del estado con todos los niveles sociales”.
Sabe que aún queda mucho camino por recorrer para lograr que las miles de investigaciones que se han hecho al interior de la Universidad tengan una verdadera repercusión más allá de las paredes de un laboratorio o de los puntos que le pueden otorgar a un investigador en el Sistema Nacional de Investigadores.
“Hay una investigación dura en todo el mundo, que son esos investigadores que están metidos en un laboratorio atendiendo átomos, atendiendo electrones, atendiendo microbios, pero que esas investigaciones no han salido a beneficiar a la sociedad. Y en eso estamos”.
Su llegada a la UASLP fue disruptiva, en un contexto catastrófico para una institución incendiada en señalamientos por encubrir acosadores, ocultar información y contratar familiares al por mayor.
A: ¿Hubo resistencia de investigadores, académicos y administrativos para los cambios?
AZ: Sí claro. Estás hablando de una comunidad que tiene un estatus de confort muy claro y que todo cambio te incomoda, entonces por supuesto ha habido ciertas inconformidades de grupos que pues no están de acuerdo a los cambios. Te puedo poner un ejemplo, institutos de investigación tenían 30 años con el mismo director, y están muy bien, ese director ya tiene a su hijo, a su hermano trabajando, en fin, y tú dices bueno, ¿y? ¿Qué está ganando la sociedad?, ¿qué está ganando la Universidad? Entonces tú haces un cambio ahí, inestabilizas ese centro de investigación y hay cierta inconformidad de grupos que estaban muy apegados a esa forma de manejar una institución por 30 años. La verdad una persona que maneja una institución por 30 años, ya es verdaderamente un poder absoluto.
Aunque ha tratado de erradicar el nepotismo, acepta que es complicado hacerlo en una estructura incluso más grande que la de un ayuntamiento, con más de 6 mil trabajadores, donde las contrataciones se definen en decenas de oficinas sobre las que no se puede tener control absoluto.
Por ende, se limita a hablar de su actuar y se dice tranquilo de que en estos casi cuatro años no ha contratado a un solo familiar, como lo hicieron sus antecesores, e incluso reta a que sea revisado: “Yo no he metido mano en ninguno ni en el más sencillo ni en el más alto de los funcionarios nombrados, porque para mí es más capacidad que amistad o relaciones personales”.
Rezago educativo
Para el rector, la política educativa tiene años de rezago a nivel nacional, lo que ha causado que los jóvenes no encuentren su vocación desde los años de preparatoria y tampoco muestren interés por la investigación y la ciencia. “Muchos de ellos quieren ser youtubers, quieren ser influencers, porque eso se ve muy bien y todo mundo cree que va a lograr muchos cambios con eso”.
Afirma que la oferta educativa es demasiado amplia, de hasta 102 carreras, y lamenta que gran parte de ellas no sean conocidas por los jóvenes, quienes regularmente se centran en estudiar Medicina, Derecho, Ingeniería o Contaduría.
A la vez, también sabe que gran parte de los planes curriculares podrían estar desactualizados, en contenido y hasta en el tiempo que tardan en cursarse, por lo que afirmó que evalúan compactar temas para reducir el tiempo de estudio, para que carreras de hasta cinco años puedan concluirse en tres, además de que se vuelvan inter y multidisciplinarias.
“Que tú no salgas nada más con el conocimiento que te da tu licenciatura, sino que lo integres a otros conocimientos que te van a enriquecer, incluso arte, deporte, administración (…) Mucha gente en otros países el muchacho que está estudiando leyes tiene obligación de llevar un curso de arte y esto al final te enriquece, es cultural, todo esto es bueno, cualquier conocimiento es bueno”.
Estos cambios, según dijo el rector, ya se están planeando y están previstos para un futuro mediato.
La relación con el presidente y el gobernador
Tanto el presidente Andrés Manuel López Obrador, como el gobernador Ricardo Gallardo Cardona han sido dos figuras que han cambiado paradigmas, para bien o para mal, es un hecho que modificaron la forma de hacer política en México y en San Luis Potosí.
Por un lado, el rector ha mantenido una relación estable con el gobierno federal, aunque acepta que difiere en algunas políticas públicas sobre las que considera que ofrecen un limitado apoyo a la educación. “Yo estoy convencido de que los pueblos que aportan o apoyan el progreso basado en la educación, son los pueblos que avanzan mucho mejor”.
A: ¿A los gobiernos estatal y federal no les interesa la educación?
AZ: Pues no sé si la palabra interés sea correcta, yo lo que te puedo decir es que no es una de sus prioridades. Al menos, probablemente exista un interés, pero no es un interés prioritario, y esto lo vemos en las situaciones a nivel nacional, te lo puedo decir, los últimos años, estoy hablándote federal, el incremento real en la educación que autoriza el Congreso de la Unión, ha sido el 0.0 por ciento, solamente nos dan los incrementos inflacionarios, y lo que ellos reconocen.
Desde que Gallardo Cardona arribó al poder en septiembre de 2021, la relación con la UASLP ha sido ríspida. Y es que la Universidad ha sido uno de los principales blancos del discurso contra la “herencia maldita” que ha proclamado el gobernador, en el que no se equivoca del todo, pues la institución ha sido usada como “botín” durante años. Sin embargo, sus embates parecen tener otra intención más que la de simplemente exhibir a unos cuantos corruptos.
Zermeño Guerra adjudicó a la diferencia de edades entre él y el gobernador, la raíz de las discrepancias entre el gobierno estatal y la UASLP, lo que podría causar que las prioridades de ambos sean distintas. “Hay áreas que creo que, te digo no es falta de interés, yo creo que más que nada es que no están priorizadas o al menos no están en sus prioridades, entre ellas por ejemplo yo veo la educación y entre ellas veo también la salud”.
Más que un problema, el rector observa fortalezas cuando se difiere en ideas, por lo que no se guarda sus opiniones sobre lo que se hace actualmente en el estado. No obstante, siempre concluye afirmando que simplemente es su punto de vista.
“Yo veo por ejemplo que se está invirtiendo mucho en seguridad. Tenemos una policía nueva, equipada, capacitada, pero para mí, en un futuro sería más bueno para la sociedad invertir en educación, que eso va en un futuro a mediano plazo a disminuir la violencia, más que invertir en cuestiones de equipamiento de las policías, que sin duda son necesarias”.
De unos meses para acá se hizo pública la intención del Instituto de Fiscalización Superior del Estado por auditar los recursos autogenerados por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, y la negativa de la institución en aceptarlo, pues argumentan que esta labor concierne a la Contraloría Interna.
Para muchos, una batalla innecesaria para la UASLP que, en 2023, por tercer año consecutivo, no recibió observaciones por parte de la Auditoría Superior de la Federación. Sin embargo, el rector ve en esta situación una cuestión de defensa a la autonomía universitaria. “Es un recurso que para las autoridades, incluso el mismo Servicio de Administración Tributaria, se considera un recurso privado”.
A: ¿Considera que el Instituto de Fiscalización fue usado como una herramienta para atacar a la Universidad?
AZ: Yo quisiera pensar que no es así. Yo quisiera pensar que el Instituto de Fiscalización considera que tiene derecho y que él está haciendo su labor. No quisiera yo pensar que verdaderamente ha sido usado como un arma política. Sinceramente espero que no sea así.
En diversas ocasiones se ha criticado a la Universidad por mostrar una postura endeble frente a los posicionamientos en su contra del gobierno estatal, pero no es algo que incomode al rector. Alejandro Zermeño se define como un hombre de diálogo y de conciliación, por lo que difícilmente se le escuchará arremeter contra algún funcionario público, como sí se ha hecho en contra de él.
“Yo creo que la Universidad está a otro nivel, y que nuestro nivel de gente capaz de negociar, de sentarnos a platicar con cualquier corriente de pensamiento, pues eso es la Universidad. Nosotros aceptamos cualquier corriente de pensamiento y podemos sustentar nuestras formas de pensar y con inteligencia de uno y otro lado, poder llegar a acuerdos”.
El rector demuestra plena confianza en la juventud. Aunque es evidente el desconocimiento y desinterés de la mayoría de los estudiantes sobre la situación política que actualmente vive la UASLP, Zermeño Guerra no deja de mostrarse positivo respecto al alumnado y su modo de conducirse.
“Me da mucho gusto cuando me siento con ellos a platicar. Son mucho más maduros de lo que uno piensa, mucho, mucho más maduros. Y aparte en los jóvenes también hay corrientes de pensamiento diferentes y que algunos grupos políticos tratan de aprovechar, pero al final de cuentas el joven en general es bastante mesurado y bastante capaz de entender la situación”.
La clase política y la autonomía financiera
Desde su incursión en la Rectoría, Alejandro Zermeño se vio obligado a dialogar con la clase política a nivel estatal y federal, desde candidatos, hasta funcionarios, alcaldes y diputados, principalmente para negociar el presupuesto para la UASLP.
En al menos dos ocasiones, el rector ha solicitado al Congreso del Estado que se le otorgue la autonomía financiera a la Universidad, incluso desde el Pleno frente a los 27 diputados y diputadas.
Antes de actualizar sobre este tema, desesperanzado, Zermeño Guerra suelta un profundo suspiro de hartazgo; el cansancio y la inconformidad son sus principales causales.
Cuenta que hace más o menos un mes estuvo en el Congreso de la Unión para entregar la cuenta pública y platicó con los diputados federales. “Todos consideran que la educación es fundamental para el desarrollo del país, todos, el color de la corbata que me digas, ese pensó que la educación es fundamental”.
“Y cuando se les pregunta, bueno si eso pensaron, ¿por qué autorizan el cero punto cero por ciento de incremento? Bueno, nadie te responde esto”.
La misma situación narra para el ámbito estatal: “Piensan que es fundamental apoyar la educación, pero a la hora que se les pasa el Presupuesto de Egresos del Estado, no modifican un centavo para la educación (…) La verdad es muy bonito hablar con ellos. Todos te dicen que están contigo, que te apoyan, que sigas adelante, pero a la hora de que ellos tienen esa posibilidad de hacer algo, no lo hacen”.
Y remata, de forma concisa: “Mi pregunta, y te lo haría a ti como periodista, es: ¿verdaderamente existe la división de poderes? A mí me queda una gran duda”.
Es grande la confianza que Alejandro Zermeño tiene sobre su administración, pero sobre todo sobre su dignidad, pues asegura que entregará una administración pulcra y transparente a cualquier persona que le suceda en el cargo.
“Sin afectarme en lo más mínimo como persona”.