El ABC de Galindo

Octavio César Mendoza

Los procesos electorales son aguas movedizas para quienes no cuentan con alas para cruzar pantanos a ras de la superficie, a fin de llegar a la otra orilla del poder con el plumaje lo menos manchado posible. Hay que saber calcular distancia y velocidad, medir el nivel de recursos que hay en la alforja, checar el estado del clima y preguntar a Dios si la aventura vale la pena como para emprender una campaña donde todo es posible, incluso la revolcada en el fango.

Presupuestar el éxito y el fracaso depende de ciertas habilidades. La primera de ellas es conocer el estado emocional de la sociedad, en correspondencia con los tiempos políticos. Luego, hay que saber si se está bien con Dios y con el Diablo. También hay que respetar al adversario, y nunca elevarlo a la categoría de enemigo jurado. Finalmente, habrá que identificar el objetivo esencial de la búsqueda, eso que mueve el interior del individuo que espera alcanzar el poder.

Bien común, egolatría, ideología, superioridad moral, fama, prestigio, baja o alta autoestima, dinero, logro profesional, corrupción, inteligencia, y un largo etcétera de razones para domar el potro de lo público, suelen estar detrás de los afanes del individuo que se lanza al ruedo. A pesar de lo anterior, no existe mayor razón que el poder por el poder mismo; y por ello todo personaje con hambre de poder sigue un ABC que se puede leer en sus actos y sus palabras.

Tomemos como caso de estudio a un personaje que está en la escena pública de la actualidad potosina, y ha pronunciado su aspiración a la reelección del cargo que hoy ocupa: Enrique Galindo Ceballos, el poliSÍa de mote y político de rebote. El actual presidente municipal de San Luis Potosí quiere extender su muy cuestionada administración de los recursos municipales durante tres años más, porque se percibe a sí mismo como un alcalde eficaz y querido por sus gobernados.

¿Vive alejado de la realidad, o fantasea mucho con ella? La crisis del agua detona durante su administración y, en lugar de trabajar en equipo, hace suyo el apocalipsis. Se victimiza al decir que ha debido enfrentar solo el problema, a pesar de recibir ayuda del Gobierno de la República y de Gobierno del Estado. Por tratar de atrapar las miradas del respetable, termina por manchar al mismo con su espectáculo de sudores de cirujano en quirófano del IMSS.

El tema de las vialidades potosinas en pésimo estado (excepto las que arregló el Gobernador, claro, que son la mayoría de las avenidas importantes de la Capital como Industrias, Himno Nacional, De la Paz y Fray Diego de la Magdalena, entre otras más) le comienza a causar un repentino interés ahora, aunque durante dos años sólo pavimentó o remozó algunas calles secundarias. Y de política social, cero. Parece que guardó las despensas para estas épocas de crisis.

Acerca de la Seguridad (su especialidad, según se ha dicho, aunque ha salido mal parado de diversos empleos) se puede decir que a tal grado llega la inseguridad en San Luis Potosí que él mismo se siente inseguro, pero de ganar la candidatura del PRIAN. Por eso no pide licencia. Litigar un acto inmoral como lo es el mantenerse en el cargo para hacer campaña por el mismo, genera una sensación de inseguridad en sí mismo, y anuncia una posible intención de abuso del poder.

Cuando la falta de ética se cubre con legalidad, hay injusticia. Y ahí está el nuevo logo de la alcaldía capitalina del PRIAN, que dice SÍGUE, con las sílabas separadas de color rojo y azul. Por más que se quiera ocultar, el Ayuntamiento de la Capital está trabajando bajo esa consigna: que se mantenga como último refugio de la herencia maldita. El problema es que los malos ejemplos cunden: si Kike no pide licencia al cargo, ¿por qué lo van a hacer los demás? Total: la gente no razona creen.

En resumen, el ABC de Enrique Galindo para mantenerse en el poder es meramente coyuntural, tal como lo fue su arribo al mismo. No hubo ni hay un plan definido. Alguna vez mencionó que deseaba ser senador, llegó a soñar con ser gobernador, luego hizo saber que no le sentaría mal ser diputado. El más caro de sus errores fue haber peleado a morir con los liderazgos locales (ja) del PRIAN, distanciarse del Gobernador del Estado, y financiar a personajes que no conoce bien.

Desde luego, todo puede pasar como en su momento pasó: que los votantes se fueron por el menos peor, a falta de alguien mejor; aunque ahora será muy diferente, pues se enfrentará con su peor enemigo, que es él mismo, por el desgaste de los perfiles que llegan al palacio municipal pensando que es un tobogán de cincuenta metros al palacio de gobierno; y también porque esta vez, el tándem verde y guinda tendrá una de sus mejores cartas en juego, sin duda.

Ya lo dijo Chón, el gurú que comparte con un servidor estas líneas llenas de sabrosa sabiduría: Lo mejor que podía hacer Galindo enllegandito al poder, era arreglar sin dramas la bronca del agua que luego se nos vino encima, tapar los baches desdeipsofacto, y escribir correctamente el nombre de su profesión en las patrullas dendenantes de desatar las burlas nacionales. Ah, pero si ya se dilató para pedir licencia al cargo porque es legal, aunque no es ético, pos qué más.

Los descansos son necesarios y ya estamos de vuelta. La siguiente semana estamos aquí de nuevo.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es poeta, escritor, comentarista y consultor político. Actualmente ocupa la Dirección General de Estudios Estratégicos y Desarrollo Político de la Secretaría General de Gobierno del Estado. Ha llevado la Dirección de Publicaciones y Literatura de la Secult-SLP en dos ocasiones, y fue asesor de Marcelo de los Santos Fraga de 1999 a 2014, en el Ayuntamiento y Gobierno del Estado de SLP, y en Casa de Moneda de México. Ganador de los Premios Nacional de la Juventud en Artes (1995), Manuel José Othón de Poesía (1998) y 20 de Noviembre de Narrativa (2010). Ha publicado los libros de poesía “Loba para principiantes”, “El oscuro linaje del milagro”, “Áreas de esparcimiento”, “Colibrí reversa”, “Materiales de guerra” y “Tu nombre en la hojarasca”.

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