Chamaquearon a Rubén Guajardo, no tomó en cuenta que el PRI es un costal de mañas

Ángel Castillo Torres.

En política no puede haber ingenuos, sobre todo si se trata de juntarse con viejos lobos de mar. Esta cruel realidad no lo entendió Rubén Guajardo, fallido aspirante a presidente municipal por el Ayuntamiento de la capital. El joven diputado panista ha recibido un tremendo golpe de realidad que lo ha bajado de la nube en que andaba. Los dirigentes de su partido en complicidad con Enrique Galindo y Sara Rocha lo han dejado fuera de la jugada, no podrá participar en el proceso interno de selección de candidato al que está convocando PRI. El joven panista ha sido chamaqueado por estos astutos personajes que forman parte de la nomenklatura de sus respectivos partidos.

Causó compasión ver a Rubén Guajardo llorar sus cuitas en la rueda de prensa celebrada el día de ayer en la que anunció que entierra sus legítimas aspiraciones de ser alcalde. Los directivos nacionales del PRI diseñaron una convocatoria que solamente abre la posibilidad de ser candidato a militantes y simpatizantes del tricolor. De ello dieron cuenta a Marko Cortés. Por más que le advirtieron a Guajardo que no confiara en las promesas de Sara Rocha y Enrique Galindo en el sentido de que las puertas del PRI estaban abiertas para que compitiera por la candidatura a la alcaldía de la capital su candidez lo llevó a convertirse en una marioneta en esa perversa mascarada que hoy se ha convertido en una tragedia para él. Rubén perdió de vista que el PRI es un partido de tremendo colmillo retorcido que a lo largo de 90 años ha hecho del engaño y la simulación un arte muy sofisticado. Pero por fin y luego de una experiencia traumática el joven panista ya entendió que la convocatoria tiene nombre y se llama Enrique Galindo. Esta siniestra jugada que deja fuera a Rubén Guajardo lo agravia no solo a él, ofende también a miles de panistas que son testigos del menosprecio con que son tratados por sus dirigentes. Los panistas que por décadas han trabajado para que su partido consolide un prestigio y una masa enorme de votantes leales en la capital, ahora tendrán que trabajar para llevar al gobierno municipal a un partido y a un candidato con el que no se identifican. ¿De verdad harán este sacrificio? ¿No se sienten acaso ninguneados? ¿Con qué ganas va a salir a la calle a pedir el voto solo para satisfacer los deseos de una élite que ni siquiera los toma en cuenta para elegir a sus candidatos? ¿Qué argumentos utilizarán para convencer a sus simpatizantes de que Galindo los tratará con respeto y los hará participes de su gobierno, en caso de ganar?

Genesis de un engaño

Hoy que nos topamos con hechos consumados y no con especulaciones, es oportuno traer a la memoria algunas declaraciones que hace unos días hicieran tanto Enrique Galindo como Verónica Rodríguez, presidenta estatal del PAN, referentes a la forma como se seleccionaría al candidato al Ayuntamiento de la capital. Sus dichos al ser contrastados con lo que hoy está pasando muestran a estos personajes como incongruentes. Mintieron cuando en su narrativas aseguraban que habría un proceso democrático para elegir al candidato a presidente municipal. Veamos, esto afirmaba teatralmente el alcalde Galindo: “Hay una convocatoria abierta que hoy está vigente. Estamos en el plazo para registrarnos en unos días más. Se está optando por la posición democrática del partido, abierta, reglas justas e iguales para los que aspiramos. Como a mí me trató el PAN muy bien, debo decirlo, el PRI intenta tratar muy bien a los aspirantes del PAN”. Ahora sabemos que todo era un engaño para ganar tiempo. La convocatoria que emitió el PRI para la elección del candidato cerró cualquier posibilidad de que un panista pudiera inscribirse en la contienda, solo tenían derecho a participar militantes y simpatizantes de ese partido. Así que para nada se trata de un proceso democrático con reglas justas para los aspirantes que forman parte del Frente Fuerza y Corazón por San Luis. No ha habido tampoco trato digno y respetuoso para los interesados en competir contra Galindo. El único panista que desde principios de año dio a conocer que participaría en el proceso interno del PRI fue Rubén Guajardo y el trato que ha recibido es deshonroso. En esta conspiración repleta de mentiras también participó la dirigente estatal del PAN, Verónica Rodríguez Hernández. Desde finales del año pasado hizo suya la postura de que el candidato a la presidencia de la capital debería ser un panista. En ese entonces la dirigente albiazul estaba siendo presionada por distintos grupos al interior de su partido para que encabezara la lucha para que un militante distinguido del PAN fuera el elegido. Esto fue lo que dio alas a las aspiraciones de Rubén Guajardo y David Azuara que por semanas fueron engañados.

La perversidad de este engaño está a la vista de todos completamente desnudada, por más que ahora Enrique Galindo afirme que la convocatoria emitida por el PRI para el pre-registro de los aspirantes (incluidos los panistas) fue clara desde un principio. Esto nunca fue así, incluso con bastante candidez Guajardo se reunió con el alcalde y con Sara Rocha creyendo que le abrirían las puertas para participar como candidato externo en el proceso electivo que realizaría el PRI.

A manera de conclusión y vistos los hechos de los que somos testigos, queda claro que no hay un proceso democrático para elegir al candidato a presidente municipal para el Ayuntamiento de la capital y que Enrique Galindo será un candidato de las élites de los tres partidos que forman el Frente Fuerza y Corazón por San Luis pero no de las bases militantes del PAN. El actual alcalde será un candidato impuesto que empezará con un déficit de legitimidad por la forma en que ha ganado la postulación que en unos días más se hará oficial. Va a comenzar su intento de reelección con el pie izquierdo.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es psicólogo y maestro en Ciencias de la Educación. Fue delegado de Villa de Pozos en 2022 y subsecretario de Gobierno de 2016 a 2017. Presidió el Comité Directivo Estatal del Partido Revolucionario Institucional en 2013. También fue director general del Sistema de Financiamiento para el Desarrollo del Estado. Ocupó los cargos de regidor en la capital potosina (2007) y de diputado local de la LVI Legislatura (2000). Impartió clases en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

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