Antonio González Vázquez
El obradorismo potosino ha sido nuevamente ninguneado y burdamente desplazado por la dirigencia nacional de Morena.
A Mario Delgado Carrillo le acomoda mejor la gallardía.
El presidente del Comité Ejecutivo Nacional de Morena entregó a su rémora, el Partido Verde Ecologista de México una de las candidaturas de la fórmula de mayoría al Senado de la República en San Luis Potosí.
La designación ha generado irritación en el movimiento obradorista al sentirse traicionado por un dirigente sin escrúpulos. El enojo es superlativo por haber cedido la candidatura a un personaje absolutamente ajeno a los principios de “no mentir, no robar, no traicionar”.
Bajo la falacia de que la alianza con el Verde es con base en principios y no de complicidades, Juan Ignacio Segura Morquecho, ex chofer personal de José Ricardo Gallardo Cardona, fue impuesto como compañero de fórmula de Rita Ozalia Rodríguez Velázquez, dirigente estatal con licencia del Movimiento de Regeneración Nacional.
De esa decisión se deslindó Claudia Sheinbaum Pardo, candidata presidencial de la coalición “Sigamos Haciendo Historia”, quien en su visita a San Luis el pasado viernes, acotó que ella no intervino en el acuerdo; fue la dirigencia nacional.
Mario Carrillo, el gobernador y el jefe político del Verde, Manuel Velasco Coello, negociaron la inclusión de Morquecho en la fórmula de Morena.
De nada valieron dos pronunciamientos públicos de las y los consejeros estatales del Morena, que habían exigido respeto y no a imposiciones cupulares desde el centro.
El coraje en el obradorismo no nace únicamente del golpe por la espalda, sino también por el perfil del gallardista que les endilgaron.
“Nachito”, quien se dice “luchador social” tiene una pobre trayectoria política y en el servicio público.
En junio de 2020, el Comité Ejecutivo Nacional del Partido de la Revolución Democrática destituyó a Morquecho de la dirigencia estatal por presuntos actos de corrupción, enriquecimiento ilícito y quebranto financiero.
El partido del sol azteca había estimado que Morquecho provocó a la institución un daño por más de 17 millones de pesos.
Cuando Ricardo Gallardo Juárez llegó a la presidencia municipal de Soledad de Graciano Sánchez, Ignacio Segura hacía las veces de chofer de Gallardo Cardona, quien se alistaba para incursionar en la política.
Una vez que el “pollo” se convirtió en alcalde de Soledad, nombró a Segura como su secretario particular.
Luego, cuando Gallardo Cardona fue electo diputado federal, Morquecho continuó como secretario particular del alcalde soledense en turno y de ahí lo enviaron a la dirigencia estatal del PRD.
Tras ser corrido de ese partido con señalamientos de corrupción, Morquecho se reintegró a la gallardía y formó parte del equipo cercano de Gallardo Cardona durante la campaña del 2021, quien después lo nombró Secretario de Desarrollo Social y Regional, donde alcanzó una poderosa presencia política y mediática al encabezar la estrategia de ayudas sociales a la población.
Se trata, pues, de un político de talla menor que durante años se ha dedicado a entregar despensas.
El acuerdo cupular tuvo como argumento principal que en San Luis Potosí el PVEM es gobierno y que, de acuerdo con los resultados electorales del 2021, Morena debía ceder una de las candidaturas de la fórmula al Senado.
De nada sirvieron las encuestas que fueron solo una simulación.
Desde hace unas semanas, Gabino Morales Mendoza, ex Delegado de los Programas para el Bienestar del gobierno federal en el estado sabía que no sería candidato. Sabía que, aunque él y Rodríguez Velázquez estaban arriba en las encuestas, éstas no significarían nada porque presuntamente en aras del Plan “C”, un gallardista lo iba a sustituir.
Y así fue.
Así como, Gabino Morales se ha disciplinado ante tan abyecta postulación, el movimiento ha puesto por encima la unidad en torno a aliados tan impresentables como indeseables. Van por la continuidad, por el segundo piso de la transformación.
Reconocen en Mario Delgado a quien ha pasado por encima de la dignidad de las y los obradoristas potosinos, alguien que no respeta ni valora el trabajo político realizado en Morena durante los últimos años.
Múltiples estudios de intención del voto colocan a Morena por encima del PVEM, pero eso no le importó a su dirigencia nacional. El partido y el movimiento, no son los mismos de hace tres años, sino que han crecido y fortalecido.
Lograron levantarse tras el desastre provocado por Delgado en 2021 cuando entregó candidaturas a Mónica Liliana Rangel Martínez y Francisco Xavier Nava Palacios, una priista y un conservador, enemigos de la cuarta transformación.
Hace tres años favoreció a Gallardo Cardona y ahora vuelve a repetir la misma historia, de manera que bien mirado, luce más como complicidad que como alianza política.
En el mejor de los escenarios, la cuarta transformación podría ganar el dos de junio tres escaños en el Senado, dos del PVEM y una de Morena.
Ruth Miriam González Silva y Juan Carlos Valladares Eichelmann irán por el Verde y de ganar la mayoría, Rita Ozalia Rodríguez sería Senadora de primera minoría.
O bien, Rita Ozalia e Ignacio Segura serán Senadores de mayoría y la esposa del gobernador tendría escaño de minoría.
Ese no es el Plan “C” que esperaba el obradorismo de San Luis.
Pero eso no podría terminar ahí, se puede poner peor.
Falta que den a conocer las fantasmales encuestas para diputados federales, donde la gallardía espera imponer cinco de los siete distritos federales electorales.
Y por si eso fuera poco, la gallardía también pretende cerrar el cerco en la capital del estado haciendo a un lado a Morena.
A Mario Delgado no le importa San Luis Potosí, por eso, es él quien decide y no la militancia y simpatizantes de un obradorismo que ya ha sido suficientemente sobajado y lastimado.
Para el líder nacional de Morena, la rémora verde, es más que Morena.
Esa rémora se mantiene adherida a la 4T desde 2020, aporta muy poco y la retribuyen con mucho; el Verde es un partido que, como las sanguijuelas, vive de la sangre del animal sobre el que se posa para sobrevivir.
Antes de convertirse en rémora de Morena, lo fue del PAN y del PRI.
A ver hasta cuando termina este maridaje oprobioso con la gallardía.
Cuando en febrero de 2019, Gallardo Cardona, entonces diputado federal por el PRD había renunciado a la coordinación de la fracción parlamentaria de ese instituto político, llamó la atención la fotografía en la que el ahora mandatario abría la puerta de un taxi a Mario Delgado.
Ese rasgo de servilismo, ahora parece ser a la inversa.
Solo que le ha abierto le ha abierto la puerta, no de un taxi, sin la de Morena.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias Notimex, La Jornada y Milenio.