Óscar G. Chávez
Así como demuestran verdades los procesos electorales también acaban mostrando las falsedades con las que se conducen un día sí y otro también la mayoría de los políticos de cualquier partido y en cualquier entorno. Existe el riesgo de parecer centralista u obsesivos en el señalamiento a algunos personajes, pero lo cierto es que siempre acaba apareciendo en la proximidad geográfica y mediática el alcalde de la capital Enrique Galindo. Además, quienes vivimos en la capital del estado somos quienes acabamos sufriendo sus desaciertos o disfrutando sus casi inexistentes logros.
El problema del agua ha sido uno de los principales (si no es que el único) que ha tratado de resolver durante su administración, en particular el abastecimiento en el último año, aunque desde un inicio se vio afectado por la nada oculta intención del gobernador de desaparecer el organismo encargado de su distribución y abastecimiento. De ahí que no sea gratuito que los diputados le hubieran obstaculizado cualquier intento de mejorar al Interapas incluidas las modificaciones a las tarifas del agua potable; tampoco puede olvidarse el golpeteo constante del que fue objeto por parte de la alfilesa de Soledad, Leonor Noyola, quien de manera permanente amenazaba (y nada que cumplió) con que su municipio se separaría del organismo, hecho que de haberse realizado hubiera llevado a la desaparición de la dependencia.
De los ataques mediáticos lanzados por el gobernador ni qué decir; su malquerencia no al organismo sino al alcalde, hizo que utilizara a la dependencia como centro de sus infamias; la lista de éstas resulta ociosa por abundante y por ser del dominio público todas ellas. Poco, sin embargo, pudo o quiso hacer el alcalde para defenderse de ellas; apelando a una imaginaria concordia y fingiendo un talante conciliador (que es al fin el que le permite ocultar su socarronería) prefirió no darles respuesta o hacer como que no las escuchaba.
Por eso resulta absurdo que en estos momentos comience a señalar el descuido y la responsabilidad compartida de los gobiernos estatal y federal que han callado y lo continúan haciendo sobre la verdadera magnitud de la crisis del agua. Sí, es cierto; se necesitaría padecer ciertas limitantes mentales para no percatarse de eso, por lo tanto salen sobrando los señalamientos que en su momento debió hacer y –en aras de una inexistente diplomacia–prefirió callar. Digo, muy opositor y mucho respaldo, pero nunca tuvo los ingredientes para durante sus varias coincidencias en actos públicos, encarar al presidente López Obrador o al director de Conagua, para señalarles y reprocharles sus desaciertos. Así, la responsabilidad mayor es de él, por su silencio omiso.
Insisto, no hay mentiras en lo dicho por el alcalde, pero ¿por qué aludirlo hasta este momento?, justo cuando se le critica su decisión de no solicitar licencia para la campaña electoral mediante la que buscará la reelección y en la que por más que lo quiera o diga que lo hará, será imposible separar los dichos o los actos del Enrique Galindo, alcalde, de los del candidato Enrique Galindo. Éste siempre será aquel.
A botepronto se podría pensar que los comentarios del alcalde, reales por evidentes, se dan hasta ahora porque lo que busca es generar un elemento distractor en el tema de la licencia, mientras que por otro lado en el ánimo público lo posicione frente a sus posibles opositores, por ser un conocedor del tema que más puede afectar a la ciudad, incluso por encima del de la inseguridad, que tampoco ha atendido.
La carta fuerte de Galindo, efectivamente, puede ser la del agua, pero también podría ser su principal punto débil, sobre todo si se considera el impulso viciado que desde el palacio de gobierno se puede dar a quien se convierta en el contrincante verde. Por cierto, y futureando aventuradamente un poco, de no alcanzar Galindo de nuevo el triunfo y resultar electo quien fuera el candidato impuesto por Ricardo Gallardo (sean Sonia Mendoza o Gilberto Villafuerte), ¿continuarían los ataques hacia el Interapas?, ¿Leonor Noyola seguiría dispuesta a separar a su municipio de éste?
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