Marcela Del Muro
Sergio N. fue declarado culpable de cometer el feminicidio de Karen Lizbeth Salazar Mata y sentenciado a 27 años y seis meses de prisión, el pasado 29 de febrero. La familia de la víctima se siente más tranquila de haber logrado que el sujeto que desapareció, torturó y asesinó a Karen esté tras las rejas. Sin embargo, señalan que las últimas semanas del juicio oral estuvieron llenas de dudas y preocupaciones, causadas por la falta de comunicación con las autoridades y por los comentarios, que consideran, malintencionados de su asesor jurídico.
“Fue sentenciado a 27 años y seis meses, menos los cuatro años que tiene preso. Se me hizo poco, pero, de todos modos, nadie me la va a regresar”, comenta la señora Carmen Julia, mamá de Karen.
A pesar de que la joven de 25 años, y madre de dos niños, estuvo desaparecida durante 11 días hasta que encontraron su cuerpo, el 11 de abril de 2020, en un predio de la comunidad Cerrito de Maravillas, en el municipio Mexquitic de Carmona, no se logró acreditar el delito de desaparición contra Sergio.
“Me siento bien por el trabajo que hizo la ministerio público (de la Fiscalía Especializada en Feminicidios). Pero el asesor se enojó y prácticamente nos abandonó”, comenta la madre de Karen.
Un juicio desgastante y la mala actuación del asesor victimal
En entrevista con Astrolabio Diario Digital, la señora Carmen Julia señaló que “después de cada audiencia, (el asesor) me dice que van mal, que no tienen las pruebas suficientes, que el caso se está inclinando para el lado de ese hombre”.
El enojo del abogado de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEEAV) vino tras las publicaciones de varias notas en medios de comunicación que denunciaban la falta de pruebas para sentenciar a Sergio; comentarios que fueron hechos por el mismo asesor jurídico, causando la preocupación y el enojo de la familia, que provocaron que la madre buscara hacer público lo que estaba sucediendo en el juicio por el feminicidio de su hija.
Durante la audiencia posterior a las publicaciones periodísticas, el asesor increpó a la madre. “Me dijo: ‘ya vi sus publicaciones y está mal que haga eso, solo provocó que los testigos se desentendieran’. Me estaba diciendo que por mi culpa y por mis publicaciones, (Sergio) podría salir libre. ¿Qué te hace pensar? ¿Me estaba amenazando?”.
Carmen Julia se preocupó, lo único que desea es que el feminicida, quien ha provocado tanto dolor a su familia, pague por la muerte de su hija Karen y no vuelva a hacer daño. En la audiencia previa al veredicto, la fiscal encargada de su caso la tranquilizó, mencionando que estaba en su derecho de publicar lo que quisiera y asegurándole que las publicaciones fortalecen al juicio.
No obstante, el enfado del asesor continuó. El 23 de febrero, posterior a los alegatos de clausura, el abogado de la CEEAV se retiró de los juzgados sin hablar con la familia de Karen, nadie les mencionó que habría un receso previó al fallo del juez, la familia esperó más de seis horas en los juzgados, hasta pasadas las 6 de la tarde, que se dictó la condena de Sergio y el asesor no volvió a aparecer.
El titular de la CEEAV, el licenciado Miguel Ángel García Amaro, reconoce en entrevista que el exceso de trabajo de los asesores victimales obstaculiza que tengan mucho tiempo para explicar a detalle todas las dudas que surgen durante los procesos penales.
“A veces somos muy técnicos y debemos de ser sensibles y enfáticos para darnos a entender con las víctimas, pues, desafortunadamente, el procedimiento penal no está socializado y son procesos largos y tediosos que hacen que las personas desistan”, comenta García Amaro y agrega, “el procedimiento nunca estuvo comprometido, tan es así, que hay una sentencia favorable”.
La sentencia para el feminicida
Algo que inquieta a la señora Carmen Julia es la sentencia de 27 años y seis meses que se le dictó a Sergio, pues, considera, es muy poco tiempo para todo el sufrimiento que vivió su hija Karen y para el dolor que ha atravesado su familia tras su muerte.
Ante la falta de comunicación con las autoridades, la mamá comenzó a buscar en internet si la sentencia que recibió el feminicida es justa. Conforme iba avanzando, Carmen Julia se iba sintiendo más insatisfecha, más enojada, leyó que recientemente, en el 2023, se reformó el Código Penal y la sanción asciende entre 40 y 60 años.
“A mí me dijo la ministerio público que estaban pidiendo la pena máxima, que era de 35 años, y el defensor estaba pidiendo la pena mínima, que eran de 20 años”, recuerda la madre, con un ligero tono de frustración y reclamo.
Lo que nadie explicó a Carmen Julia, es que en el juicio se aplica la pena vigente al momento del hecho. Sin embargo, según la versión del Código Penal utilizado para el feminicidio de Karen, sucedido en el 2020, señala que “este delito se sancionará con una pena de veinte a cincuenta años de prisión”.
La familia de Karen Lizbeth no tiene porqué saber de códigos penales ni de sentencias; no tiene porqué entender de lenguaje jurídico ni de procesos penales; no tendría porqué haber pasado por el dolor de una pérdida tan violenta e irreparable. Es responsabilidad de las autoridades que la acompañan, su asesor jurídico y la fiscal, explicar y hacer partícipe a la familia en el proceso, es su derecho.
La señora Carmen Julia comenta que tomará las medidas correspondientes para denunciar a su asesor victimal y, dice, se siente preocupada por el futuro, pues, aún desconoce si Sergio metió apelación por la sentencia dictada y aún no es seguro que sus dos nietos puedan recibir una indemnización por la pérdida de su madre.
“Ya estuve checando el expediente y tenemos los medios de prueba suficientes para tener una sentencia de esta cuantía, pero yo entiendo a la víctima indirecta y considero que tenemos un margen para poder apelar, nuestra expectativa es que se aumente la penalidad. Yo hablaré con ella para poder recomponer la confianza que se haya perdido con el asesor jurídico y poder despejar las dudas”, se compromete García Amaro, titular de la CEEAV.