Partidos y políticos desacreditados arrancaron campañas locales

Antonio González Vázquez

Con el pesado fardo de la desconfianza ciudadana, solos o en coaliciones, los partidos políticos arrancaron campañas locales de proselitismo rumbo a las elecciones del 2 de junio.

Su desprestigio en San Luis Potosí alcanza un rango desastroso: 35.7 por ciento de la población les concede “algo de confianza”.

Como se apuntó en esta columna el pasado 25 de marzo, la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2023, los partidos ocuparon el lugar 24 de 25 respecto del nivel de confianza ciudadana en las instituciones públicas.

Es pertinente tener en cuenta esa estadística, pues no es un dato menor al mostrar la profunda desconfianza que los tienen en el desprestigio y un creciente rechazo.

En ese contexto, iniciaron campañas de proselitismo en busca del voto que les dé la victoria en las urnas.

Desde el pasado sábado 20 de abril, hasta el 29 de mayo, candidatas y candidatos a las presidencias municipales, así como al Congreso del Estado estarán visitando municipios, distritos, colonias, ejidos y comunidades con el objetivo de promocionarse.

Las campañas llevan el sello y estilo de cada partido político. Candidaturas y simpatizantes presumen sin empacho ser de tal o cual partido, no importa lo desacreditado que estén. No puede ser de otro modo, pues en las boletas aparecen los logos partidistas y sus candidaturas.

En los primeros eventos de arranque de campaña, se constató que son los colores partidistas, sus siglas, logos impresos en banderas, mantas, pancartas y vestimenta lo que impera pese a que el nivel de desconfianza en ellos es notable.

Bien mirado, la clase política partidista debe estar acostumbrada a cargar con su desprestigio, pero la dejan de lado para ir al encuentro con el electorado al que le presentan soluciones a todo a cambio del voto.

Otro elemento a considerar por su enorme relevancia: las campañas locales iniciaron en el marco de una elección federal que ya rebasó su primera mitad.

Con la presidencial por delante, la coalición Sigamos Haciendo Historia con Claudia Sheinbaum Pardo avanza sólidamente en pos de su objetivo: mantener la cuarta transformación en la presidencia y la mayoría en el Congreso de la Unión.

La oposición, en cambio, no ha logrado acercarse y las encuestas de intención del voto confirman que Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz y la coalición Fuerza y Corazón por México van muy rezagados en buena parte del país. Son más las dudas e incertidumbre que la certeza y optimismo las que privan en el PRIANRD.

Esa sensación de que no dan más, es cada vez más notoria y los ha llevado a una situación de desesperación que ha producido un sinfín de acciones propias de una guerra sucia.

En ese tenor, en San Luis Potosí los opositores tienen puesta su esperanza en las campañas locales. Creen que el trabajo en calles y plazas de sus candidatas y candidatos, les permitirá dar un nuevo impulso a la campaña federal; confían en que le inyectarán vigor y fuerza para alcanzar y ganar.

Les han asignado una tarea muy complicada, por no decir, imposible: Las candidaturas a los ayuntamientos y diputaciones locales, no solo deben buscar votos para ellos, sino también para una candidata que no levanta vuelo.

Un factor más y de semejante relevancia en las campañas locales: el partido en el gobierno estatal y en la mayoría de ayuntamientos es el Verde Ecologista de México, que ha erigido una estructura electoral que en sus momentos de mayor gloria envidiaría el PRI.

Desde que José Ricardo Gallardo Cardona asumió el gobierno en septiembre de 2021, tenía la mira puesta en las elecciones intermedias, así que se puso a trabajar al respecto. Vinculó el entramado de los programas sociales a las células de su partido por municipio y distrito electoral.

La Secretaría de Desarrollo Social y el Sistema DIF Estatal, como cabezas de las políticas públicas de ayuda social estrecharon acciones y objetivos con cuadros dirigentes y bases operativas del PVEM.

Gracias a eso, cientos de miles de personas que reciben apoyos del gobierno, serán potenciales votantes en favor de las candidaturas de la Gallardía.

La promesa del mandatario de dar una “madriza” a la oposición el 2 de junio, arranca con un piso de 500 mil votos hasta llegar a los 600 mil para la candidata presidencial.

En el plano local, el Gallardismo con o sin coalición, va por 45 y hasta 50 municipios y la mayoría de los distritos electorales, aunque su objetivo central es que Ruth Miriam González Silva gane el escaño de mayoría en el Senado.

La oposición potosina está ante un escenario muy difícil: marchan mal en las campañas federales y su primera tarea es revertir ese panorama.

En lo local, Fuerza y Corazón por México, previsiblemente concentrará su esfuerzo en lograr la reelección del alcalde capitalino, Enrique Francisco Galindo Ceballos. El voto duro del PAN es su único argumento.

En municipios importantes como Soledad de Graciano Sánchez, Ciudad Valles, Tamazunchale, Matehuala, Tancanhuitz y Rioverde, esa coalición no tiene futuro.

De la capital piensan sacar el mayor rédito posible en las elecciones a diputados locales y federales, pero sus candidaturas lucen endebles y sin atractivo.

Desde el pasado sábado en adelante, para esa coalición el camino es como una cuesta muy empinada a escalar, más aún, cuando el nivel de rechazo a esos tres partidos alcanzó el 47 por ciento.

Es de esperarse un período de campañas muy intenso, del que seguramente surgirán acusaciones entre unos y otros con la intención de enlodarse más si es que eso aún es posible.

De escasas propuestas y muchos ataques suelen nutrirse las campañas; no importa si se trata de mentiras o de verdades a medias, la prioridad es provocar desprestigio del oponente; agredir, insultar, mentir y engañar.

Cuando se plantean propuestas, por lo general, se incurre en una demagogia sin límites, de manera que ofrecen el cielo y las estrellas a cambio del voto.

De los partidos y sus candidaturas poco podemos esperar: recurrirán a la trampa cuando sea necesario, apelarán al conflicto cuando mejor les convenga, serán rijosos para llamar la atención, se harán pasar por víctimas cuando sean criticados, amagarán, amenazarán y bien pertrechados irán a la guerra sucia cuando vean que no crecen.

Así son las campañas, que van de la arrogancia de quienes dicen solucionarán todo a quiénes sin escrúpulos, están dispuestos a lo que sea con tal de ganar.

No es una fiesta democrática como podrían presumirlo, sino una confrontación descarnada propia de la lucha por el poder público.

No, las campañas no son un juego de niños, sino un ejercicio de fuerza para ver quién puede más.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha sido docente de la Facultad de Ciencias de la Comunicación durante 25 años. Además, durante 30 años se ha desempeñado como periodista en medios como El Heraldo, El Mañana de Ciudad Valles, Pulso, Milenio San Luis, Diario Digital San Luis, Librevía, La Jornada, Global Media y actualmente en Astrolabio Diario Digital y Periodismo Político.com. También ha sido corresponsal de medios nacionales como Agencia de noticias Notimex, La Jornada y Milenio.

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