El Catalejo es el resultado de las mentes desorientadas de los reporterillos de Astrolabio Diario Digital
“Yo les pido a ustedes que sigan en estos movimientos… porque lo han hecho por ustedes mismos”, dijo el Doctor Salvador Nava Martínez en su discurso de despedida el 8 de mayo de 1992, diez días antes de su muerte. Hoy, 32 años después, un árbol que en aquel entonces era apenas un retoño, convocó a uno de esos movimientos cívicos en los que la ciudadanía reacciona ante una autoridad insensible a lo que la población requiere, y por ella misma salvó la vida del álamo de 35 años en el fraccionamiento Torres de México. Un hecho simbólico que revive la esperanza en un despertar cívico que lo mismo exige respeto a su patrimonio histórico como en el Barrio de San Miguelito, defiende sus tradiciones como en El Saucito, evita un ecocidio como en la avenida Himno Nacional, exige leyes acordes a la situación urbana como las demandas sobre la Ley de Movilidad, participa en la atención de urgencias como en los incendios en la Sierra de San Miguelito, y exige muchos otros derechos en tantos otros casos que son claras muestran quienes son los que sí cumplen, pero se topan con autoridades que son más un obstáculos que un aliado de la ciudadanía. La buena noticia es que cada vez hay más acción ciudadana que hace recordar la expresión del Doctor Nava: “…la semilla está sembrada…”