Cómo votar si no confías en los partidos

Abelardo Medellín Pérez

“Votar no sirve de nada”, “todos los partidos son iguales”, esa frase la he escuchado mucho últimamente acompañada del argumento: “si votar sirviera de algo, estaría prohibido”.

Lo anterior claramente es un indicador del hartazgo ciudadano, sin embargo, no por eso es cierto; si votar fuera algo inútil, ¿creen que todos esos efusivos candidatos estarían bailando y regalando cosas en los semáforos con tal de conseguir nuestra simpatía?

Votar es mucho más que elegir ganadores, pero antes de hablar de como votar si eres escéptico, primero hay qué saber qué tanto hace nuestro voto.

Hablemos de lo que va a pasar el próximo domingo.

De las cinco boletas que te van a dar el día de la jornada electoral, tres son para elecciones federales, detengámonos en ellas:

Para el caso de las elecciones a la presidencia nuestro voto impacta en dos cosas: qué candidato gana y también ayuda a calcular si el partido por el que votas alcanza el 3% de la votación, umbral mínimo que requiere para mantener su registro.

Para el caso del Senado el voto impacta en tres aspectos: qué candidato gana dicha elección, ayuda a calcular el 3% mínimo para el registro y determina también la cantidad de votos obtenidos para luego asignar senadurías de Representación Proporcional.

Luego tenemos la votación de diputados federales, la cual impacta en 5 cosas: saber qué candidato representará tu distrito, calcular el 3% mínimo para el registro, determinar los espacios de representación proporcional, todo hasta aquí igual que el senado, pero además también ayuda a determinar cuánto dinero se le va a dar a los partidos y cuánto tiempo de radio y televisión se les va a asignar.

Entonces queda claro que tu voto no solo define qué candidato o partido gana, sino que también determina si un partido sigue existiendo, cuántas sillas plurinominales se le darán a cierto partido, además de cuánto dinero y cuánto tiempo en medios recibe cada organización partidista.

El voto que emitamos el próximo domingo no solo es para la persona que aparece en la boleta, también es para definir que tanto poder puede tener su partido, entonces, piensa dos veces antes de menospreciar tu voto, porque ellos lo necesitan más de lo que creemos.

Ahora, si no confías en los partidos políticos, como la mayoría de los mexicanos, pero quieres votar en estas elecciones, ¿qué opciones hay?

Pues primero vale la pena desmentir una falacia muy común: el infame “5 de cinco”.

Actualmente los partidos intentan convencernos de que las elecciones son como un espectáculo competitivo, un reality show en tiempo donde debes elegir un equipo y casarte con él hasta llegar a las urnas. Nada más falso y contraproducente.

Cuando un partido te pide todos tus votos por sus candidatos, lo que intenta es que toda su gente gane algo, sin importar que nosotros perdamos ciertas libertades.

Que un partido gane la presidencia, las diputaciones federales, el senado, las diputaciones locales y ayuntamientos no es algo positivo, es lo mismo que en una final de futbol, cierto equipo decidiera jugar contra sí mismo, contra sus fuerzas básicas e incluso tuviera el poder de nombrar al árbitro.

Dar tanto poder a un solo partido a través de nuestro voto, concentrar nuestro sufragio en una sola opción, es ponernos la soga al cuello, es darles un cheque en blanco para que luego incurran en abusos.

A largo plazo, nos conviene más nombrar representantes que se hagan contra peso entre ellos: un presidente guindo, un diputado azul, un senador naranja, un alcalde rojo, el orden que quieran, pero que sea variado.

¿Para qué? Pues para que cuando el presidente guindo intente abusar de su poder, aunque sea difícil detenerlo, por lo menos haya diputados y senadores de otros partidos que tengan el compromiso de cuestionarlo o criticar su actuar.

Hay quienes dicen que cuando el presidente no tiene a diputados de su mismo partido los países no avanzan; pero la verdad es que estudios comparados sobre el caso de México entre los noventas y el 2012, han demostrado que, aún con diputados aliados u opositores, el presidencialismo mexicano tampoco ha logrado grandes avances en lo que se conoce como “reformas de gran calado”.

Entonces, si te caen mal los partidos políticos, si te da confianza un candidato, pero no sabes qué hacer con las otras boletas llenas de gente en la que no confías; te tengo la solución: no votes cinco veces por el mismo, vota variado, elige a quien más te agrade, pero ponle enfrente oposición, por si un día deja de responder a tus intereses y solo responde a los suyos.

Nuestro voto tiene un poder insospechado que no podemos despreciar teniendo de frente la elección más grande de México.

Más que un compromiso con un candidato, con un partido, con un proyecto de país, la expresión de nuestro voto es la expresión más personal entre nuestros intereses y la decisión de quién se hace cargo de ellos, nosotros decidimos: ¿queremos que nos sirvan ordenados y controlados, o avasallantes y autoritarios?

Vota variado y vota informado.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.

Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Maestrando en Estudios sobre la Democracia y Procesos Electorales en el posgrado de Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Ha trabajado como reportero y columnista en los medios digitales La Orquesta y Arco Informativo; actualmente es reportero de Astrolabio Diario Digital. Ha sido acreedor de dos premios estatales de periodismo en las categorías de Artículo de Fondo y Periodismo Regional.

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