Las prioridades de la modernidad, según Galindo Ceballos

Por Victoriano Martínez

El alcalde Enrique Galindo Ceballos, a propósito del paso inferior vehicular de Cordillera de los Alpes y Cordillera Himalaya, exhibió que tiene muy claras sus prioridades:

En primer lugar, los autos, que puedan circular a gran velocidad sin nada que obstaculice su carrera. La modernidad llega en auto y elimina los anticuados semáforos, porque la modernidad, según el alcalde superpoliSía, tiene reservados para estos, otros espacios: las glorietas.

En segundo lugar, los negocios que haya en torno a esas modernas vías rápidas, porque si hay alguna razón para que los peatones pretendan cruzar por esa moderna avenida, lo más seguro es porque los vecinos simplemente quieren poder ir de compras al Walmart Express.

Y hasta el último lugar (dicho así por si perdimos de vista alguna otra prioridad de Galindo Ceballos), los peatones, quienes tienen que pagar la modernidad con la módica cuota de perder la seguridad que les daban los semáforos y los pasos a nivel en los que podían seguir la recomendación de la autoridad municipal: hazte visible.

¿Por qué otra razón se arriesgarían los peatones a cruzan una moderna vía rápida?

Seguramente toda la población estudiantil de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UASLP cuenta con automóvil y no hay un solo alumno que tenga necesidad de cruzar la avenida para tomar un camión.

Lo mismo pasa de seguro con los estudiantes de la Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID). Los camiones están muy lejos de la modernidad, son cosa del pasado.

Es la zona dorada de la ciudad. Así que no cabe duda de que todos los empleados de tantos negocios y de trabajo doméstico que hay en torno a esa moderna avenida cuentan con automóvil. Nadie usa camión para llegar a su trabajo, ni para volver a casa. Nadie llega a pie, ni se ve obligado a caminar para recorrer los trayectos que requiera.

A propósito de recorridos a pie.

Sería muy revelador para el alcalde Galindo Ceballos que, ya que está abierto al diálogo con los vecinos que piden movilidad segura, los convocara a una reunión en el cruce de Avenida de los Alpes y Cerro Alto, justo el sitio de donde desaparecieron los semáforos.

Para llegar, convendría que Galindo Ceballos bajara de su automóvil al llegar a la glorieta del Anillo Periférico, y desde ahí caminara los 500 metros que hay para llegar al cruce en el que se sugiere que se realice la reunión con los vecinos.

Se trata de un recorrido muy ilustrativo sobre la forma en que en la ciudad se ha privilegiado al automóvil y se han olvidado por completo no sólo de la seguridad del peatón, sino de el simple derecho a contar con espacios para caminar por las calles y avenidas.

En los primeros 40 metros habrá que tenido que cruzar un arroyo vehicular con la debida precaución para no ser atropellado y habrá llegado a un monumento a la irresponsabilidad e incongruencia de las autoridades: una maltrecha rampa de cemento para que presuntamente una persona en silla de ruedas se incorpore a un andador en medio del camellón.

Lo maltrecho de la rampa es lo de menos. El andador está intransitable incluso para cualquier peatón. Pequeños tramos de grava suelta, piedras que dificultan el andar, trayectos en los que el andador desaparece y obliga al caminante a bajar al arroyo vehicular para poder avanzar, etc.

Para ponerle más interés al recorrido, se le podría poner como prueba a Galindo Ceballos que como parte de su caminata cruzara a comprar una pomada para los tropezones con algunas piedras a la farmacia que está del otro lado de la avenida y después regresara para seguir el trayecto.

Galindo Ceballos llegaría a la reunión con los vecinos tras haber vivido en carne propia las dificultades que para un peatón representa andar por la ciudad.

Como tendría que dialogar con los vecinos de ambos lados de la avenida, sin operativo que detenga el tráfico ni agentes de tránsito que lo controlen, Galindo Ceballos tendría que cruzar de sur a norte para escuchar a los inconformes de ese lado y luego de norte a sur para escuchar a los otros, ya así alternadamente hasta lograr acuerdos.

Tendría que cruzar las ocasiones que fuera necesario para llegar a acuerdos con ambos grupos. Total, la modernidad no le tendría que representar ninguna dificultad. Es el alcalde y tiene que estar al servicio de sus ciudadanos.

Al terminar esa experiencia, Galindo Ceballos podría comparar sus observaciones con las que surjan del evento de mapeo peatonal que realizarán hoy los vecinos del Colectivo Conexión Vecinal en colaboración con la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UASLP.

“La modernidad alcanzó esta zona y los cambios tenían que ser así. Habrá una solución y ya la platicaremos”, afirmó Galindo Ceballos. Qué mejor manera que platicarla de bulto, con la experiencia de por medio como elemento de reconocimiento del problema para encontrar la mejor solución.

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