María Ruiz
Etna Concepción Moreno Martínez enfrenta el más profundo de los sufrimientos: la desaparición de su esposo, Héctor Acuña Álvarez. Originario del municipio Rayón y residente de Rioverde, Héctor es un músico dedicado que fundó hace ya varios años un grupo musical cuya base se encuentra en la delegación de Tambaca, en el municipio de Tamasopo.
Por razones de trabajo, Héctor se desplazaba constantemente entre estas localidades.
El 12 de febrero de este año fue la última vez que Etna tuvo noticias de su esposo. Esa noche, Héctor le llamó para decirle que estaba a la orilla de la carretera porque su camioneta se había apagado. Le dijo que intentaría echarla a andar y que se comunicaría nuevamente, pero esa llamada nunca llegó.
Al día siguiente, Héctor debía estar en Rioverde, pero no apareció. Desde entonces, Etna y su familia han estado sumidos en una incansable búsqueda.
“La desesperación y la angustia de no saber nada de él son indescriptibles”, dice Etna con la voz quebrada.
A pesar de sus esfuerzos y de haber solicitado a las autoridades que se siguiera el Protocolo Homologado para la Búsqueda de Personas, los trámites han sido lentos y burocráticos.
Inicialmente, su caso fue turnado al Ministerio Público de la Delegación Regional de la Fiscalía General del Estado en Tamasopo, donde los procedimientos no se llevaron a cabo adecuadamente. No fue hasta que su expediente se trasladó a la mesa de desaparecidos en Rioverde de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas que empezaron a realizarse las diligencias básicas.
Debido a esto, Etna ruega a las autoridades que todas las búsquedas de personas desaparecidas reciban la misma dedicación y urgencia.
“Todos merecen regresar a casa. Sus familias los esperan”, exclamó con esperanza.
Héctor, conocido y querido por muchos, no sólo se preocupaba por el sustento de su propia familia, sino también por sus compañeros de grupo y muchas otras personas que dependían de su trabajo.
“Si alguien sabe algo, que nos lo haga saber. Su familia, su madre, su hija, sus hermanos, todos lo esperamos y confiamos en Dios que nos lo regresen”.
El caso de Héctor, dijo su esposa, es uno de muchos que reflejan una alarmante realidad en San Luis Potosí, donde las desapariciones se han incrementado significativamente.
“Familias enteras viven con el dolor y la incertidumbre de no saber qué ha sucedido con sus seres queridos”.
Etna, como muchas otras esposas y madres, no descansará hasta encontrar a su esposo.
“No tenemos ninguna información, ninguna llamada, ningún mensaje. Sus amigos y conocidos no saben nada. No sabemos qué pasó. Sólo queremos que vuelva a casa”.
La desaparición de Héctor Acuña Álvarez es un recordatorio de la urgencia con la que deben actuar esta problemática, pues las familias de los desaparecidos necesitan respuestas y apoyo para enfrentar la devastación que deja la ausencia de un ser querido.
