Los desafíos del Interapas, a tres años de gestión

Texto y fotografías de María Ruiz

El Interapas, organismo encargado de la gestión hídrica de San Luis Potosí, Soledad de Graciano Sánchez y Cerro de San Pedro, ha evolucionado significativamente desde su creación en 1996, al menos, así lo consideró José Antonio Lugo Álvarez, actual director, quien tiene claros los desafíos que enfrenta este organismo actualmente.

En entrevista, Lugo Álvarez expuso los contrastes entre los logros alcanzados y los obstáculos persistentes del organismo, en los que destacó tres periodos de desarrollo del Interapas durante la gestión actual del Ayuntamiento encabezado por Enrique Galindo Ceballos, también presidente de la Junta de Gobierno del Interapas.

Lugo Álvarez consideró importante remarcar el primero de ellos, la historicidad de este organismo para entender lo que pasa actualmente con su gestión, su atención y trabajo.

La creación y expansión (1996-2005)

Desde sus primeros años, el Interapas se hizo cargo del abastecimiento de agua de los municipios de San Luis Potosí y Soledad de Graciano Sánchez, así como la pequeña localidad de Cerro de San Pedro. Con esta decisión se buscó apoyar a otros municipios que, debido a su tamaño reducido en población, no podían gestionar adecuadamente sus propios servicios hídricos por la falta de infraestructura y financiamiento. Sin embargo, la población y las necesidades industriales crecieron exponencialmente, lo que obligó a la institución a adaptarse rápidamente.

Con el tiempo, el Interapas tuvo que enfrentar la modernización de sus funciones. Según Lugo Álvarez, han sido muchos los cambios, entre ellos la definición de sus competencias, responsabilidades y el marco para su funcionamiento.

Esto también dejó áreas de oportunidad, retos y desafíos en la atención eficiente y sostenible de los recursos hídricos.

La actualidad

A su llegada, hace tres años, como director jurídico del organismo, Lugo Álvarez señaló que la nueva gestión tuvo que establecer diversas acciones de recuperación ante años de infraestructura abandonada, deficiencia de servicios y falta de mantenimiento.

Muchas veces, la infraestructura existente era antigua y requería de importantes inversiones para su modernización y ampliación, lo que representó un gran desafío financiero y técnico.

Durante el primer año de gestión, a cargo del exdirector Enrique Torres López, se realizaron labores de mantenimiento y reparación de la infraestructura de agua y saneamiento, como tuberías, plantas de tratamiento y redes de distribución.

Lugo Álvarez señaló que otra lucha fue recuperar la cartera vencida e intervenir para que los grandes deudores paguen sus saldos con el organismo.

“Los adeudos en cualquier institución provocan problemáticas; el tema es cómo se abordan esas problemáticas. Nosotros hemos hecho el programa de cuenta nueva y borrón, del cual 40 mil usuarios se regularizaron. También hicimos el Programa de Descuentos, donde se ofrecían descuentos de hasta el 50 por ciento, regularizando a 18 mil usuarios”, explicó.

Sobre los grandes deudores, Lugo Álvarez indicó que ha mejorado la recaudación, alcanzando un crecimiento del 85 por ciento en los sectores comerciales e industriales.

“Todavía hay un grupo al cual estamos haciendo invitaciones, cortes y acciones para que se pongan al corriente. Muchas empresas llegan voluntariamente a regularizarse, siguiendo el proceso contemplado por la ley de cuotas y tarifas”, afirmó.

Crisis de El Realito: un punto de inflexión

Uno de los momentos más críticos en la historia reciente del Interapas fue la crisis de la presa El Realito, debido a la fractura en su cortina y las fallas del acueducto que abastece a San Luis Potosí. Debido a sus fallas generalizadas desde 2023, se vivió una situación de caos en la ciudad, según lo referido por Lugo Álvarez, pues hubo periodos sin agua que alcanzaron hasta más de 15 días, de manera repetitiva, tiempo en el que fue designado como director general del organismo.

Luego se presentó el daño a la cortina de la presa El Realito, lo que terminó de afectar a 111 colonias de la capital que eran abastecidas por parte de este embalse.

Este evento obligó a la institución a reorganizarse y desarrollar infraestructura emergente, como la construcción de pozos financiados por el municipio de San Luis Potosí; trabajos contemplados en su Plan Emergente de Abasto.

“De entrada, el 26 de junio fue la última vez que se recibió agua de El Realito. Lo que nos obligó a la creación de infraestructura, y al mismo tiempo el municipio de San Luis Potosí invirtió dinero de su recurso para la construcción de seis pozos. Ninguno de los municipios que forman parte del Interapas tenía presupuestado el ocupar sus recursos para atender una crisis; una crisis que no tuvo aviso ni una anticipación. Los primeros cuatro meses de atención la verdad fueron muy caros”.

Por lo que durante esa época, el Interapas, según lo referido por Lugo Álvarez, se organizó, hizo una planeación y se reestructuró al interior, para cambiar la filosofía de trabajo y atender las necesidades de más de 400 mil usuarios afectados, no solo por las fallas de la presa y el acueducto, sino por la falta de lluvias en la capital.

“Toda esa planificación nos permitió que, justo ahora que comienzan las lluvias, tengamos un exceso de agua. De hecho, tenemos la opción de abrir las compuertas de la presa San José como una medida de seguridad debido al excedente de agua, aunque no necesitamos toda esa cantidad en este momento”.

En San Luis Potosí, dijo el director, el organismo ha tenido que aprender a trabajar por medio de la resiliencia en los sistemas de agua potable. Es decir, si una opción se agota, el Interapas tiene que tener un plan B para que vuelva a funcionar.

“Considero que no enfrentaremos problemas de agua como los que se presentaron en mayo del año pasado, cuando estuvimos 45 días sin agua de la presa El Realito. Esto generó una gran preocupación, ya que tuvimos que sacar agua de otras zonas para atender la demanda. Ahora, el uso de pipas está disminuyendo progresivamente. Aunque todavía hay lugares donde es necesario suministrar agua con pipas debido a la falta de presión, estamos trabajando todos los días para mejorar el servicio. Además, hemos garantizado la calidad del agua”.

Infraestructura y sostenibilidad

La creación de pozos fue una medida de emergencia que permitió enfrentar la sequía. Sin embargo, Lugo Álvarez subrayó la importancia de ser respetuosos con el acuífero y de utilizar estas fuentes de agua de manera responsable.

Aunque algunos pozos se han apagado con la llegada de las lluvias, la infraestructura está lista para ser utilizada en caso de futuras emergencias.

“Los pozos en este momento no digo que todos, pero sí algunos de ellos, ya se encuentran apagados. Si se llega a necesitar de nuevo los podamos utilizar, son parte de un plan emergente y como su nombre lo indica, entrarán en operación si las condiciones no se dan para el abasto de agua de manera oportuna”.

Asimismo, aclaró que afortunadamente el uso de estos seis pozos rehabilitados y otros que han sido instalados desde cero, no ha caído en exceso y les han permitido cuidar el manto acuífero.

“Estamos siendo respetuosos con el medio ambiente y con ese sentido nosotros no tenemos la filosofía de extraer por extraer, tenemos la filosofía de dar un buen servicio de la mejor manera y ahorita, pues los pozos en este momento la mayoría eran apagados. Las lluvias les permitirán recuperarse y las extracciones de agua las hacemos con maquinaria especial, bajo las normas indicadas precisamente para que el manto acuífero no se dañe”.

También remarcó que habrá una significativa reducción del 46 por ciento en la contratación de pipas de agua para la distribución del agua en la ciudad, en un esfuerzo por optimizar el servicio y asegurar una distribución más eficiente y sostenible.

Actualmente, 65 colonias de la ciudad, incluyendo zonas como Nereo Rodríguez Barragán, Himno Nacional, San Juan de Guadalupe y todo el Centro Histórico, reciben agua a través de la red de distribución. Este avance forma parte de un proyecto de consolidación del servicio de agua, que ha logrado reestructurar la infraestructura existente para garantizar la calidad del servicio.

El director del Interapas explicó que, “afortunadamente, en estas etapas ya estamos en la consolidación del servicio. Ahora, lo que buscamos es tener los recursos suficientes para mantener el servicio con la calidad que requiere toda la zona metropolitana”.

Sin embargo, aún hay alrededor de 111 colonias afectadas por problemas de infraestructura vinculados a la presa y acueducto El Realito.

“Estas colonias fueron originalmente desarrolladas para funcionar con agua del Realito, pero han tenido que ser adaptadas para operar tanto con agua de pozos como del acueducto”.

Las zonas más afectadas se encuentran principalmente al sur de la capital, cercanas a la carretera 57 y de la avenida Salvador Nava.

Lugo Álvarez indicó además que durante las fallas en el suministro, el Ayuntamiento implementó medidas emergentes al utilizar pipas y ajustar la infraestructura para minimizar el impacto en la población.

“Nos preparamos para que, en cualquier situación, pudiéramos utilizar el agua de manera eficiente”, afirmó.

Lugo Álvarez aseguró que los desafíos persisten y la institución deberá continuar adaptándose y mejorar para enfrentar las demandas de una población en constante crecimiento, así como a las fluctuaciones climáticas que afectan la disponibilidad de agua.

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