Estela Ambriz Delgado
María Amalia Pérez Campos, comunera de San Juan de Guadalupe y sus anexos Tierra Blanca y San Miguelito —quien también forma parte de la planilla que se opone a la depredación inmobiliaria, postulada en la asamblea de elección del domingo 21 de julio—, informó de diversas irregularidades en la asistencia mínima requerida y la ausencia de la Procuraduría Agraria, así como del trabajo que su grupo sigue realizando para crecer en su representatividad y lograr la unificación de la comunidad, que es evidente está dividida en tres facciones.
La comunera señaló que desde el inicio se presentaron irregularidades en la asamblea de elección del Comisariado de Bienes Comunales y Consejo de Vigilancia, pues su grupo contó que ingresaron 207 personas y en el acta se asentó que eran 217. Sin embargo, de acuerdo con el padrón que actualmente se maneja de 346, la asamblea debió haberse realizado con un mínimo 260 personas.
Además, no asistió la autoridad agraria y solamente estuvo presente un notario, por lo que Pérez Campos y su planilla solicitaron poder llevar un notario de su confianza, lo que les fue negado, sumado a que tampoco hubo equidad de género en la integración de las planillas impulsadas por los inversionistas, pues de las cinco mujeres que estaban en las mismas, todas eran suplentes.
La planilla ganadora la encabezaron únicamente hombres, quedando Aniceto Jasso Bravo, Salomé Marín, quien no es comunero legítimo sino comprador de derecho, y Rogelio Carrizales, como presidente, secretario, y tesorero respectivamente.
Al respecto, María Amalia enfatizó en que de estas tres personas destaca su enriquecimiento, sobre todo cuestionable en caso del presidente y el secretario, quienes ya anteriormente formaron parte del comisariado; en el caso concreto de Rogelio Carrizales, se tiene conocimiento de que se pagaba 50 mil pesos mensuales cuando no hizo nada por la comunidad.
La comunera dijo que se vio la intervención de los inversionistas, de un lado y de otro, por lo que la asamblea fue un fraude bien manejado, pues además del ofrecimiento de dinero a cambio de votos, la planilla ganadora, impulsada por el empresario Carlos López Medina, también ofreció repartir tierras a razón de una hectárea por persona.
Lo que sigue para los comuneros en resistencia
Pérez Campos manifestó que esta semana llevarán a cabo la primera reunión para unificar opiniones y seguir adelante ante la división de la comunidad. Su grupo representa una tercera fuerza, ya que los ganadores no lo lograron por unanimidad sino por un voto de diferencia, y respecto a los resultados obtenidos por la resistencia, están por encima solamente con 11 votos.
“Somos una tercera fuerza, pues las anteriores asambleas habíamos quedado treinta y tantos y así fuimos subiendo, ahora ellos sólo nos ganaron por 11 [votos] de diferencia, si hubieran ganado con 100 o 90 sí hubiera sido más legítimo, pero así como estamos somos una buena tercera fuerza”.
Aunque reconocen su derrota, la comunera consideró que salen fortalecidos de este proceso, pues su representatividad ha aumentado debido a que la gente ha observado su trabajo por la conservación de las tierras comunales.
Entre las próximas acciones del grupo estará la investigación a fondo de los integrantes del padrón, pues el original no alcanzaba 328 comuneros, pero desde hace unos años se afirma que son 346 sin que ninguna asamblea lo avale.
“Vamos a crecer porque al tiempo, al seguir viendo nuestras acciones, la gente por más dormida que esté, va a despertar. Yo tengo mucha confianza en que así será porque vamos a seguir trabajando, vamos a lograr nuestro objetivo”.