Texto y fotografías por Ivana Rios
Entrevista por Renata Ocaranza
En un mundo donde las luchas por la justicia social y los derechos humanos a menudo parecen interminables, la organización civil Lúminas Centro de Derechos Humanos se ha convertido en un faro de esperanza y resistencia en San Luis Potosí. Fundada en enero de 2020, Lúminas ha logrado posicionarse como una plataforma crucial para la defensa de los derechos de mujeres, niñas, adolescentes y poblaciones vulnerables. Este espacio, nacido del activismo feminista y el compromiso con la transformación social, ha permitido que sus fundadoras y colaboradoras compartan sus historias y objetivos, brindando un testimonio poderoso del impacto que una organización dedicada puede tener en la comunidad.
La organización está conformada por mujeres que han dedicado su vida a la defensa de los derechos humanos. Mónica Reynoso, codirectora, es psicóloga con posgrado en antropología social; Gabriela Rodríguez es geógrafa y codirectora; Maritza Aguilar es Licenciada en Derecho y responsable del área legal de Lúminas; Fátima Alvizo es abogada y se encarga de la procuración de fondos; mientras que Olga Elizabeth Lucio es Licenciada en Lengua y Literatura Hispanoamericana, así como responsable de la comunicación social de la asociación. Todas ellas son mujeres que buscan un equilibrio entre su vida privada y la lucha por sus ideales en el activismo feminista en San Luis Potosí.
Fátima Alvizo cuenta que Lúminas surgió de la necesidad de crear un espacio propio que respondiera a los horizontes políticos y emocionales que movían a sus fundadoras.
“Sentíamos que las organizaciones en las que trabajábamos no correspondían a nuestros horizontes políticos”, explica.
Fue en este contexto en el que conoció a sus compañeras, todas con trayectorias en el activismo feminista, y juntas decidieron fundar Lúminas. El nombre, que evoca la idea de luz, fue inspirado por una canción de una banda de hip hop y simboliza el deseo de ser una guía para quienes buscan justicia.
Mónica Reynoso añade que el nombre también refleja el objetivo de la organización: “Queríamos que este espacio fuera como una luz para las personas que estaban buscando justicia”. Esta visión se ve reflejada en el logo, que incluye una estrella, simbolizando la luz y el acompañamiento que Lúminas ofrece.
Desde su fundación, Lúminas ha enfocado sus esfuerzos en dos programas principales: derechos sexuales y reproductivos, y derechos laborales. Este último, en particular, ha sido un área de trabajo crucial, con un énfasis en los derechos de las trabajadoras del hogar.
“El trabajo del hogar es un hilo común entre las mujeres, y es lo que ha impedido que muchas de nosotras tengamos tiempo de ocio o de desarrollo personal”, comenta Fátima Alvizo.
Lúminas ha desarrollado un proyecto emblemático en torno a este tema, que incluye una “escuelita de derechos laborales” para trabajadoras del hogar.
Gabriela Rodríguez relata el inicio de este proyecto: “Somos hijas de trabajadoras del hogar, nuestras mamás han vivido la precariedad de este empleo, lo que nos impulsó a trabajar por mejorar las condiciones laborales de las trabajadoras del hogar”. Desde sus inicios, Lúminas ha logrado construir una base de apoyo para estas mujeres, incluyendo la sindicalización de algunas trabajadoras en el Sindicato Nacional de Trabajadores.
El trabajo en derechos sexuales y reproductivos ha sido igualmente significativo. Lúminas ha facilitado talleres sobre prevención de la violencia, derechos sexuales y ha llevado a cabo la defensa de casos de violencia sexual. Además, han iniciado un proceso de formación en seguridad y autocuidado para defensoras de derechos humanos y periodistas, que incluye la creación de un fanzine colaborativo como herramienta de trabajo.
Lúminas no es la única organización que lucha por un mundo más justo. Fátima Alvizo destaca la importancia del tercer sector en México, un sector que, aunque a menudo subestimado, juega un papel crucial en la defensa de los derechos humanos. Las organizaciones de la sociedad civil, como Lúminas, no sólo son mecanismos de exigencia de derechos, sino que también son motores de transformación social. Sin embargo, la falta de financiamiento y personal sigue siendo un obstáculo significativo
Mantener una organización de este tipo no es tarea fácil. Lúminas se financia principalmente a través de convocatorias y proyectos con organizaciones como la Unión Europea y la Fundación Panamericana para el Desarrollo, pero también han diversificado sus fuentes de ingresos mediante eventos de recaudación y la renta de su oficina como espacio para talleres.
“Nos interesa mantener cierta autonomía en nuestras posiciones políticas, por lo que nunca hemos solicitado fondos del gobierno”, afirma Fátima Alvizo.
El trabajo en Lúminas no sólo es una labor de tiempo completo; muchas de sus integrantes también tienen otros empleos para sostener sus vidas. Aún así, la dedicación al proyecto es inquebrantable. Mónica Reynoso subraya la importancia de las organizaciones de la sociedad civil en México, especialmente en un contexto donde han enfrentado restricciones fiscales y mediáticas.
“Somos un mecanismo de exigencia de un derecho fundamental, que es participar en una organización para lograr la transformación social”.
Lúminas continúa ampliando su ámbito de trabajo, explorando nuevos temas como los derechos ambientales. Sin embargo, su enfoque principal sigue siendo la consolidación de los derechos laborales y sexuales, siempre buscando nuevas formas de apoyar a las mujeres y comunidades vulnerables. La organización hace un llamado a la comunidad a involucrarse y apoyar causas justas, reconociendo que la colaboración es esencial para mantener viva la lucha por la justicia y la dignidad.
“Cualquier apoyo es bienvenido”, concluye Fátima Alvizo, subrayando la importancia de la participación comunitaria en la misión de Lúminas.
Lúminas invita a la sociedad a apoyar su causa, no sólo a través de donaciones, sino también colaborando con materiales y voluntariado. En un país donde las organizaciones de la sociedad civil enfrentan tantos desafíos, cada contribución, por pequeña que sea, cuenta.
En un mundo que a veces parece envuelto en sombras, Lúminas Centro de Derechos Humanos es una luz que brilla con fuerza, guiando a las personas hacia un futuro más justo y equitativo. Y aunque el camino sea difícil, las mujeres de Lúminas están decididas a seguir adelante, iluminando cada rincón de injusticia con la esperanza de un mundo mejor para todas y todos.