El Catalejo es el resultado de las mentes desorientadas de los reporterillos de Astrolabio Diario Digital
La historia cuenta que durante muchos sexenios existió una mala tradición: cada gobernador tenía dentro del Poder Judicial del Estado a un juez de consigna a quien –por calculados azares– le solían tocar los casos en los que el mandatario tenía especial interés para inclinar la balanza a favor o en contra de los indiciados por haber cometido un delito o porque se lo hayan fabricado. Con el actual gobierno del cambio ya no es igual, especialmente por la operación de los juicios orales, que cuentan con Tribunales Colegiados de Enjuiciamiento integrados por tres jueces. Se podría pensar “ah, entonces ahora hay Tribunales de consigna”. No, porque se integran de manera rotativa. Así que aquella mala tradición super evolucionó: hoy hay un Poder Judicial de consigna que, como describió Miguel Ángel Lutzow Steiner, montan teatros para justificar presuntos combates a la corrupción que tuercen la Justicia con fines propagandísticos. Y ya entrados en injusticias, con la revoltura de las consignas, qué más da liberar al feminicida Lupita Viramontes, aunque eso vulnere a la familia de la víctima. “No puede nombrarse justicia si la integridad y la seguridad de nuestra familia y de la sociedad están comprometidas por una decisión de la autoridad. No es justicia sin la garantía de no repetición”, expresó Susana Cruz, madre de Lupita. Uno sale y el otro entra con una evidente característica en común: ¡Injusticia!
