Estela Ambriz Delgado
La crisis hídrica en San Luis Potosí es una problemática permanente desde hace varias décadas que se agrava en durante las épocas de sequía. Sin embargo, la deficiencia en la gestión del recurso ha sido una de las mayores agravantes, pues las autoridades no están interesadas en solucionar de fondo ni generar las condiciones idóneas en infraestructura y tecnología, debido al uso político y electoral que se le da al tema, así quedó de manifiesto en la ponencia “El político, el científico y la crisis hídrica”.
Como parte del Primer seminario interinstitucional del Colegio de San Luis (Colsan) y el Centro de Investigación y Desarrollo de Tecnología en Electroquímica (CIDETEQ), el doctor en Ciencias Sociales, Jonathan Abraham Quintero García, presentó este viernes 22 una ponencia en la que expuso el trabajo realizado en torno a la crisis hídrica en la zona metropolitana del estado, en paralelo con la presidencia del Consejo Hídrico Estatal.
En la exposición destacaron algunas observaciones sobre acciones como la apertura de más pozos para hacer frente a la agudización de la sequía que dejó las presas vacías, aún cuando el acuífero se encuentra en veda por el déficit hídrico y la sobreexplotación, lo que ha agravado aún más la situación.
Asimismo, el investigador indicó que el discurso oficial de las crisis hídricas es que se debe primeramente a sequías extremas derivadas del cambio climático, a un déficit hídrico, la mala calidad del agua debido a la contaminación, y la escasez por sobreexplotación, pero al entrar en el estudio se vislumbran más temas detrás de estas circunstancias.
“Al entrar al estudio desde diversas disciplinas vemos que el problema es mucho mayor y más profundo, no sólo es una cuestión de escasez, porque no la padecen todos ni la industria ni las clases privilegiadas o de élite social; la padecen las clases medias bajas y de manera permanente en estratos económicos bajos o vulnerables, y ellos tienen una crisis hídrica permanente, no sólo de hace dos años, sino desde hace más de dos décadas. Son grupos normalmente invisibilizados y que, aunque son mayoría, no tienen voz ni voto”.
Quintero García puntualizó que las sequías extremas también son mayormente una deficiencia de las gestiones, en el sentido de que si bien se padecen los estragos del cambio climático global, de una manera particular dependiendo de las condiciones locales, también es alimentada por la falta de acciones de la gestión pública, lo que ocasiona que la llegada del fenómeno impacte más fuerte debido a que hay una ineficiencia y deficiencia de las gestiones, falta de infraestructura, de tecnologías, de mantenimiento, así como de visión sostenible y sustentable de los recursos, no solo del agua sino del suelo, que van de la mano.
Además, señaló que si bien es cierto que hay es una sobreexplotación de recursos, lo que no se dice es que las industrias proporcionalmente tienen mayor extracción que la población Mientras una sola industria puede absorber lo que una quinta parte de la población del valle, y aunque en los datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) maneja que únicamente 16 por ciento del agua es para uso industrial, depende de la lectura de los datos, pues hay litros que no se contabilizan ni se pagan al ser extraídos mediante concesiones de uso agrícola.
El investigador hizo mención de que adicionalmente, a pesar que se le destina alrededor del 70 por ciento del agua para la población, lo que realmente llega es muy poco debido a que menos del 50 por ciento del agua que se dota a través de la red llega a la población, lo que se traduce en que más del 50 por ciento se pierde en fugas por falta de mantenimiento y se filtra al subsuelo, lo que también sucede con el agua de drenaje, contaminando los mantos acuíferos.
En la ponencia también destacó que la sobreexplotación del acuífero se ha dado en función de intereses privados o de grandes industrias, lo que es un patrón en las ciudades industrializadas, aunado a una degradación ambiental por los desechos industriales y urbanos, así como a los modelos de expansión urbana con los que grupos inmobiliarios han construido acorde a sus intereses áreas de recarga como la Sierra de San Miguelito.
Entre las conclusiones del doctor en Ciencias Sociales, resalta que la falta de infraestructura y tecnologías basadas en la naturaleza obedecen a que no reditúan políticamente, no se traducen en votos.
“En el ámbito político lo que importa es omitir, ocultar los problemas porque no están dentro de la agenda el resolverlos, sino que dirigen hacia otros problemas menores que puedan ser resueltos por la población o por ellos en el menor costo posible y que les reditúe política y electoralmente, lo que implica un aumento en el problema que en caso del agua es crónico, pues el cambio climático avanza y el déficit hídrico se grava, así como el abatimiento y contaminación del acuífero.”