Morelia, Michoacán (09 de agosto de 2015).- En julio de 2012, un niño de 9 años se convirtió en el anfitrión -con su familia- de periodistas que acudieron a documentar el arribo de una tortuga golfina, que llega a las playas mexicanas a desovar. Tres años después, el azar cegó su vida, cuando una bala perdida lo alcanzó y murió.
Aquella noche de verano, en la playa se instalaron las casas de campaña que funcionaban como base en el único lugar donde había luz; hasta el sitio llegó un grupo de niños intrigados por los extraños y atentos a todos los movimientos. Iban encabezados por Edilberto Reyes.
Sus ávidos y curiosos ojos iban de un lado a otro, y en el primer diálogo no paraban las preguntas: ¿De dónde son? ¿Cuánto tiempo se quedarán en la playa? y ¿A qué se dedican?
El pequeño, a vistas el líder de ese grupo de niños, lamentó no poder ir a Morelia cuando le preguntaron sobre la capital de ese estado y confesó que nunca había salido de su pueblo.
A la mañana siguiente, mientras don Miguel -padre de Edilberto- mostraba cómo recolectaban los huevos de tortuga para su protección y posterior liberación, Astrid -una reportera-, jugaba con los pequeños cuando fue arrastrada por las olas.
Edilberto, con la destreza de quienes viven en la costa, impidió que ese instante se convirtiera en tragedia; desde ese momento se volvieron inseparables mientras duró el trabajo.
Tres años después, al regresar a Ixtapilla, la cobertura fue otra: la muerte de Edilberto.
El 19 de julio de este año, fuerza federales detuvieron a Cemí Verdía, líder comunitario de Ostula. Los pobladores se opusieron, por lo que se manifestaron para exigir su liberación.
La jornada terminó con un presunto enfrentamiento y una bala perdida mató al pequeño, ya de 12 años.
La versión de los habitantes es que los soldados dispararon contra la comunidad y el blanco de una bala perdida fue el pequeño, quien se encontraba -con otros niños- en un restaurante protegiéndose, luego de oír los disparos. Edilberto había ido a comprar pañales para uno de sus hermanos.
La versión de la Procuraduría de Justicia estatal dice que un grupo armado -que aprovechó la confusión- disparó y una bala al aire llevó al desenlace faltal. “Pero no fue el Ejército”, aseguró.
Fuente: El Universal.