Carlos Rubio
Con la llegada de Enrique Galindo Ceballos como alcalde de la capital potosina se vino una importante alza en los impuestos que, en un balance de resultados, difícilmente podría justificarse.
El clásico argumento que utiliza el alcalde para defender sus propuestas suele referir a que históricamente nunca se ha aumentado tal impuesto o que su actualización tiene años de atraso.
Cierto o no, también es una realidad que un aumento en el costo de algún servicio, trae consigo una expectativa de su mejora.
Sin embargo, por la discrecionalidad al momento de disponer de los recursos obtenidos, es que resulta imposible avalar este tipo de aumentos.
A diferencia de si la autoridad municipal informara qué se logró con el aumento de impuestos y qué cambió con respecto al año anterior.
Es decir, si con 30 millones de pesos recaudados por concepto de parquímetros en 2023 se logró iniciar 27 obras, cuántas obras más se realizarán con un aumento a la tarifa, tal como lo aprobó el Cabildo en su Ley de Ingresos 2024, acompañado de un nuevo impuesto por el Derecho al Alumbrado Público y en servicios de Oficialías del Registro Civil.
Es información que no se da a conocer, por lo que resulta imposible darle el visto bueno a propuestas que no muestran los beneficios que traerán.
Porque a simple vista, la ciudad no cambia.
Puentes a desnivel, pavimentaciones, reparaciones, recolección de basura, limpieza, todo se hacía desde antes de la escalada en los impuestos, entonces, ¿cuál es la diferencia?
El 2022 llegó con el “novedoso” aumento progresivo del predial, causando incrementos desde el .8 por ciento, hasta el 531.02 por ciento. No obstante, nada se sabe sobre el beneficio que obtuvo la población a cambio de pagar más de este impuesto.
Lo que sí se sabe ahora es que, para este año, el Ayuntamiento aumentó en 55 millones de pesos el monto que desembolsa para pagar a su burocracia.
Cifras que la prensa se obliga a sacar ante la discrecionalidad con la que se manejan los recursos.
Este son el tipo de temas que se deberían de abordar en los informes de gobierno, pero lamentablemente el afán propagandístico de las autoridades nubla el verdadero propósito de un ejercicio de transparencia enfocado en lo que verdaderamente debe conocer la ciudadanía.
Más recaudación no precisamente significa una mejora en los servicios públicos, y de ello ha dado muestra la administración de Enrique Galindo, cuya inversión más importante del trienio pasado fue el paso a desnivel de Cordillera de los Alpes e Himalaya; una obra cuyos resultados, hasta ahora, pueden ser muy cuestionables.
La construcción fue todo un éxito si el objetivo era que los automóviles llegaran más rápido al tráfico que se hace en la glorieta del hotel Real Inn alrededor de las seis de la tarde, y los peatones vivieran un infierno al momento de intentar cruzar la avenida (con saldo de una persona muerta).
Para respaldar los ánimos recaudatorios de Enrique Galindo, bastaría con que se informara con exactitud cuáles son los verdaderos beneficios que estos aumentos le traerán a la ciudad, más allá de un vago y evasor discurso de que habrá más obras, que al final del año nadie se entera en dónde están.
Esta información podría servir hasta a los diputados, que más que analizar las propuestas, están listos para palomear o tachar, dependiendo de la orden de Palacio. Pero una mejor explicación, quizá hasta los pondría a pensar, por un segundo, el sentido de su voto.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.
Es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Actualmente es jefe de información de Astrolabio Diario Digital, con interés y experiencia en Transparencia y el Derecho de Acceso a la Información Pública. Formó parte de la tercera generación del MásterLab en edición de investigaciones organizado por Quinto Elemento Lab.