Adriana Ochoa
En la fecha de su toma de protesta para su tercer periodo al frente de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM, la central obrera de la 4T), el líder sindical y diputado federal Pedro Haces Barba se dio tiempo para atender, directo en la mesa de un hotel de la Ciudad de México, a un grupo de alcaldes potosinos de distintos partidos en busca de una conexión.
La queja de los alcaldes fue la misma, incluidos los de Morena y el partido Verde: recortes presupuestales, condicionamiento de obras y abandono de sus dirigencias partidistas (todos). Haces ofreció apoyarlos, gestionar y conectar. El líder sindical trabaja desde ya en la conformación de una red territorial de contactos políticos. No es la única figura morenista en este país que atiende la línea de la jefa del Ejecutivo, Claudia Sheinbaum: trabajo político desde el territorio, no desde el escritorio.
Por los mismos días, también en la capital del país, la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez Velázquez, se reunió con más de 200 presidentes municipales de todo el país en el Primer Encuentro Nacional, “Perspectiva Municipal del Programa 100 Puntos”. El alcalde de Santa Catarina, Juan Carlos Moreno Ramos, representó a los ediles potosinos. La conclusión de lo que la secretaria de Gobernación captó de los participantes se resumió en una frase: “Hoy reafirmamos nuestro compromiso con los municipios: ni olvido ni marginación. Vamos a caminar juntos para que las políticas públicas sean efectivas y lleguen a la ciudadanía que más lo necesita”.
Los dos eventos enmarcaron un reclamo de los presidentes municipales del estado por los recortes de participaciones, tijeretazos que suponen dolosos y, en el caso de Morena, hasta facciosos. Jessica Gabriela López Torres, diputada local de Morena, aseguró que los ayuntamientos de Tanquián de Escobedo, Santa Catarina, Huehuetlán, Tancanhuitz, San Vicente, Tanlajás y Santa María del Río, recibieron menos de la mitad de las participaciones que debían obtener el mes de octubre.
Antes de cerrar noviembre, la Secretaría de Finanzas notificó a los alcaldes, todos, ajustes de diverso monto en participaciones, algunos hasta del 80%. Hubo municipios que no recibieron un peso. La tabla de ajustes en participaciones emitida por Finanzas ofrece a golpe de vista números rojos para todos y lo atribuye a una caída recaudatoria federal. San Luis Potosí capital sufrió noviembre un recorte de 20 mdp, Ciudad Valles de más de 6 mdp y más 3 millones y medio en Rioverde.
Las versiones de recorte abusivo a los recursos municipales hallaron terreno abonado en el historial público de opacidad, los reclamos de impagos y dispendios del gobierno estatal. Gobierno comunicó que las participaciones a municipios por concepto del Fondo General y del Fondo de Fomento Municipal del mes de octubre, presentaron “un ajuste por parte de la Federación con una disminución por la cantidad de $654´228,223.00, en proporción; el estado con $500,520,963 al 80% del Fondo General y los municipios con $155,586,874 al 20% del Fondo General y 100% del Fondo de Fomento Municipal.
En la entrega de 25 de noviembre, confirmó Gobierno, “hubo 14 municipios que no recibieron recurso por este concepto y 45 que recibieron una cantidad menor a la estimada en este mes”.
Sin participaciones, la mayoría de las alcaldías no pueden pagar lo básico. Los municipios de mayor población la sortean un poco mejor. Si a la falta de recurso se suma la presión del gobierno estatal Verde para “reclutar” alcaldes a su causa; la frivolidad y entreguismo de la mayoría de los diputados locales y el abandono de sus dirigencias locales, se entiende que de todos los colores busquen “un conecte” influyente fuera del estado, un apoyo, o por lo menos alguien que los oiga sin prepotencia ni desdén.
Si son verdes o recién se cambiaron al partido del gobernador, ahí la disciplina es lo importante: no hay otra figura política decisoria más que Ricardo Gallardo Cardona, el jefe real del Verde en San Luis. Si son alcaldes del PRI o del PAN, sus dirigencias están más ocupadas en sobrevivir con el control estatal de esos partidos, siempre en guerra civil. Con militancias en extinción y más edificio que actividad política real, el PRI acabará habilitando sus espacios para hospedaje en Airbnb.
Peor comportamiento con alcaldes se lo achacan a la dirigencia estatal de Morena. Los que llegaron con apoyo morenista no tardaron en ser vistos como vulgares fuentes financieras: que si los camiones para el mitin de la victoria en el Zócalo; que los camiones para apoyar el llenado del Zócalo en el Grito y que si los camiones para “apoyar a Claudia” en su toma de posesión.
No sólo es el gasto en los vehículos que les piden, es el avituallamiento para los que van y un “apoyo” para cada uno de los pasajeros. En ocasiones también hay que conseguir “a los que van”, es decir, conseguir gente que cuele como “morenista” para ir a retacar las sedes mitineras de la 4T. Están también los requerimientos “especiales”: un auxilio económico a un compañero alcalde fue escalando de monto, según lo pidiera un peticionario tras otro.
“No hay trabajo ni estrategia, tampoco una defensa ante Gobierno. No saben ni usar la relación con la secretaria de Gobernación, que es de mucho peso”, se quejan.
Y el tiempo corre.
ROLLOS SUELTOS
EL “CLUB DE ARNULFO”. Grave, muy grave, que un alcalde se apropie de un cabildo y pretenda decidir quién integra y quién no el gobierno comunal, como ocurre en el Ayuntamiento de Rioverde. Lo peor es que integrantes de ese cabildo sean consecuentes, permisivos y hasta cómplices de las derivas autoritarias de un presidente municipal encaprichado con impedir la toma de protesta de un regidor de MC.
NI CON POCILLO. Además de nacer con deuda, la proporcional que le tocaba de cuando era parte de San Luis Potosí, capital, el nuevo municipio de Villa de Pozos enfrenta la imposibilidad de recaudar, porque no hay ni planes, ni estrategia ni recursos humanos.
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