Texto y fotografías de María Ruiz
Con la llegada del frío, las calles de la zona metropolitana de San Luis Potosí se convierten en el refugio improvisado de decenas de personas que luchan por subsistir en condiciones extremas. En plazas como San Francisco y San Miguelito, o en espacios como el Jardín Colón y Aranzazú, los cuerpos se enredan en cobijas raídas, bolsas de plástico y cartones, tratando de protegerse de las bajas temperaturas que, con el caer de la noche, penetran hasta los huesos.
Manuel, quien vive en un improvisado campamento de la carretera a Matehuala, es un reflejo de esta realidad. Su “hogar” está formado por un par de mantas gastadas y un techo de cartón que apenas lo cubre del viento.
“El hambre no espera”, dice con una mirada perdida mientras revisa una bolsa de basura en busca de algo que pueda vender o consumir. Como él, decenas de hombres, muchos de ellos atrapados en el círculo vicioso del alcoholismo, intentan encontrar un sentido a sus días al mismo tiempo que enfrentan el juicio silencioso de una ciudad que pasa de largo.
Historias invisibles en los jardines de la ciudad
En San Francisco y San Miguelito, las mañanas comienzan con la actividad de los recolectores de basura, quienes entre charlas y miradas cansadas describen una rutina dictada por la necesidad.
Algunos explican que buscan en los desechos materiales reciclables que luego venden para conseguir unas monedas. “No alcanza para mucho, pero al menos uno no se duerme con el estómago vacío”, comparte mientras acomoda botellas plásticas en un costal.
Sin embargo, la realidad de las mujeres en estas circunstancias es distinta. Según datos proporcionados por Protección Civil de Soledad de Graciano Sánchez, las mujeres en situación de calle suelen ser adultas mayores, muchas de ellas reportadas como extraviadas.
“En algunos casos logramos reintegrarlas con sus familias, pero es un proceso complejo”, comenta Martín Bravo Galicia, titular de esa dirección.
Frío que cala, respuestas que no llegan
Por otro lado, aunque el Ayuntamiento de San Luis Potosí aún no ha informado sobre un plan concreto para atender a esta población vulnerable durante la temporada invernal, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana y su titular, Juan Antonio Villa Gutiérrez, señalan que ya se trabaja dentro de la zona metropolitana ofreciendo cobijas y atención a quienes aceptan el apoyo.
“El problema es que muchos no quieren dejar las calles”, indica.
En contraste, las calles del Centro Histórico y sus alrededores reflejan la indiferencia de la mayoría de los transeúntes. Entre las prisas y las compras decembrinas, pocos se detienen a mirar a los pies de los portales donde estas personas intentan guarecerse.
Mientras tanto, las temperaturas siguen bajando y el cartón, las bolsas de plástico y una cobija apenas son suficientes para enfrentar la noche. Al final del día, para Manuel y muchos como él, sobrevivir sigue siendo la única meta.