Conductores de plataformas de SLP, en crisis de inseguridad

Desiree Madrid

San Luis Potosí ha sido testigo de una creciente ola de violencia que ha puesto en peligro la vida de los conductores de plataformas de transporte como Uber, DiDi e InDriver. Aunque estos servicios se han convertido en una opción esencial para muchos usuarios, los trabajadores que los operan enfrentan un panorama de constante riesgo, siendo víctimas de asaltos, accidentes fatales e incluso homicidios.

Los conductores de plataformas, además de lidiar con los riesgos inherentes al tráfico y accidentes, deben enfrentar la creciente amenaza de la violencia. El 10 de diciembre de 2024, un conductor de Uber fue asesinado en el Barrio de San Juan de Guadalupe durante un asalto, un crimen que ha generado indignación en la comunidad, ya que la víctima fue sorprendida por los agresores mientras trabajaba en su turno nocturno.

Este trágico suceso es solo uno de muchos que han tocado la vida de los conductores de plataformas en San Luis Potosí. De acuerdo a una nota publicada en Diario digital Astrolabio, los conductores de plataformas se han convertido en una de las principales víctimas de la inseguridad en la ciudad. En varios casos, los trabajadores son interceptados por delincuentes armados que los despojan de sus pertenencias y, en ocasiones, les arrebatan la vida.

El asesinato de Jesús Alberto Vargas Salinas, un joven conductor de plataforma, es otro doloroso ejemplo de la violencia que enfrenta este sector. Su muerte, ocurrida a principios de diciembre derivado de un ataque violento en donde perdió la vida mientras trabajaba. Su cuerpo fue hallado cerca del Hospital del Niño y la Mujer, a escasos metros de la recién obra inaugurada. Jesús, quien había estudiado gastronomía y anhelaba con tener una oportunidad profesional, dejó una fuerte conmoción entre sus compañeros de trabajo, quienes exigen justicia ante la impunidad que parece prevalecer.

Los datos sobre la violencia contra los conductores de plataformas siguen en aumento, pero los esfuerzos por mejorar la seguridad han sido insuficientes. La falta de medidas concretas de protección, como botones de pánico, protocolos de seguridad para los pasajeros y conductores, y la escasa presencia de patrullajes en rutas de alta peligrosidad, contribuyen a la sensación de vulnerabilidad que viven los trabajadores de este sector.

En otro caso reciente, el asesinato de Dariana, una joven skater, trabajadora y conductora de plataforma, ocurrido el 22 de septiembre. La noticia causó gran revuelo debido a la brutalidad del ataque en la delegación de La Pila, las autoridades lograron capturar a dos personas involucradas en el feminicidio. Resultado de esto familiares y amigos realizaron distintas manifestaciones y caravanas para conmemorar su memoria y exigir justicia en el caso.
Este suceso resalta no solo la violencia que enfrentan los conductores, sino también la falta de apoyo real por parte de las plataformas en cuanto a medidas de seguridad y respaldo legal para sus trabajadores.
La inseguridad no es el único desafío al que se enfrentan los conductores de plataformas. La inseguridad también se manifiesta en accidentes de tráfico provocados por condiciones deficientes de las carreteras y el estrés derivado de largas jornadas laborales. Además, el sector carece de un marco legal robusto que garantice la protección de los derechos laborales de los conductores, dejándolos expuestos tanto a la inseguridad como a las injusticias laborales ya que como han exigido en distintas ocasiones a la Secretaria de Comunicaciones y Transportes del estado la incorporación debida ya que este hecho también marca la violencia y discriminación recibida por algunos conductores de servicio de Taxi.

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