Pullus capitalist

Abelardo Medellín

“Navegar inconvenientes” es un viejo axioma que a menudo se utiliza para definir en términos simples cuál es, a nivel pragmático, el trabajo diario de un político; también ayuda como punto de partida para comprender cómo piensa la gente que nos gobierna, dado que su actuar ante la crisis normalmente es un buen indicador de lo que piensan sobre la sociedad bajo su mando.

¿Cómo navega el gobernador Gallardo Cardona los inconvenientes en su gobierno? La respuesta realista no es simple, sin embargo, para comenzar a contestar esa pregunta sí tenemos un punto de partida evidente: el Gallardismo cree que todo incendio se apaga tirándole billetes.

El gobernador nos lo dijo a todos desde que estaba en campaña e incluso antes. Él no es un mandatario con imaginación, no es un estratega a largo plazo, carece de tacto social, adolece de la mínima comprensión de lo que es la comunidad. Cuando lo veíamos en los escenarios de los más inflados mítines, nunca se nos presentó al nuevo paradigma de “político socialmente responsable”, no, lo que se nos vendió fue el personaje insípidamente construido de alguien que veía en el gobierno un barril de dinero sin fondo que esperaba a ser gastado.

“Por primera vez, el dinero de la gente se devuelve a la gente”, es una frase que esporádicamente tanto el gobernador como su equipo de propaganda reviven y presumen como el mayor logro que cualquier administración pueda alcanzar; porque ese es el límite de su comprensión: la lógica monetaria.

Los eventos de la última semana dejaron en evidencia la condición de “política-capital” a la que está sujeto tanto Gallardo Cardona como sus fieles y desentendidos funcionarios.

Casi al mismo tiempo, en San Luis Potosí trascendieron dos grandes noticias: la primera fue el alza de un peso a la tarifa del transporte público, la cual, además de ser el aumento en términos reales más alto de los últimos diez años, fue presentado como un mal necesario para atender las necesidades de los pobres y adolecidos zares de las concesiones del transporte. El segundo evento fue el robo a una tienda de prendas lujo en la capital potosina, la cual devino en que la Secretaría de Finanzas (SEFIN) del gobierno emitiera un apoyo de 350 mil pesos discrecionalmente entregados al dueño del negocio, hecho que fue acompañado de la fotografía de la secretaria, Ariana García Vidal, con un cheque gigante en las manos.

Tras el anuncio del aumento a la tarifa del transporte público, en diversas entrevistas se le cuestionó al gobernador por las justificaciones detrás de este ajuste y luego de defender a los concesionarios de este sector, Gallardo Cardona repelía cualquier cuestionamiento al introducir insistentemente el hecho de que aún existía la Red Metro y que este servició mantendrá su gratuidad este año.

Cuando al gobernador se le cuestionaba por el ajuste de la tarifa, cada pregunta era para conocer su opinión sobre las condiciones que tiene actualmente el transporte público y conocer si dichas condiciones justificaban un aumento del 8.6 por ciento.

En lugar de profundizar en el tema, el gobernador, confundido por lo que sea que le hayan metido en la cabeza sus asesores, prefirió hacer de cada respuesta a la prensa un burdo comercial de un programa que claramente ya no podrá ocultar el injustificable aumento al costo del transporte público. 

El gobernador cree que un programa asistencialista a fondo perdido, sustituye la atención a un sistema deficiente de transporte público y del que aún dependen millones de potosinos al año.

Algo similar ocurrió con el caso del robo a la tienda de lujo. Luego de que se hiciera público el hurto a la tienda con un video en redes sociales en el que el empresario local denunciaba la inseguridad de la que fue víctima, la Secretaría de Finanzas emitió un comunicado y una publicación en redes sociales donde se informó que se le había emitido un apoyo por 350 mil pesos para recuperarse del ilícito.

Inmediatamente, cientos de ciudadanos señalaron que la atención otorgada por el gobierno fue un selectivo y oneroso apoyo a una de miles de víctimas del delito que hay actualmente en San Luis Potosí.

El desliz fue tal que el gobierno tuvo que salir casi un día después a recular y afirmar que en realidad los 350 mil pesos entregados al empresario era un préstamo SIFIDE, uno que al parecer se tramitó a las pocas horas de que se hiciera viral el caso y que, según lo dicho por el propio empresario, ni siquiera cubre el 20 por ciento de la pérdida.

¿Dónde queda parado el Gobierno del Estado? Por un lado, su lógica de regalar todo, para poder hacer de todo, los ha puesto en el ojo público como el gobierno que mejor ha recompensado las omisiones del sistema de transporte público; por el otro, sus ganas de salir al rescate en un caso popular, los dejó como filántropos fracasados que en lugar de trabajar por que haya seguridad y se haga justicia, prefieren comprar la sonrisa y el agradecimiento a las víctimas del crimen.

La avaricia y codicia de la gente, nunca son tan malas como cuando alguien intenta imponerlas a una comunidad completa y hacerles creer que el dinero y los recursos son un fin en sí mismos, son la solución de los problemas y la cura de todos los males.

No dudamos que el gobernador y los suyos disfruten y resuelvan sus carencias con cubetazos de dinero mal y bien habido, sin embargo, alguien debería decirles que la gestión de un Estado no es una transacción; para resarcir años de omisiones no basta con una compra, no hay regalos que alcancen a tapar los servicios fallidos, ni cantidad de billetes que cambie la percepción de inseguridad, misma que se hace más fuerte con cada robo, balacera y desaparición.

Un día el dinero ya no va alcanzar para tapar las incapacidades, y entonces, sin estrategia, ni inteligencia ni ideología ni tacto ni empatía… a este gobierno no le va a quedar nada para gastar ni nada que poder comprar.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Astrolabio.