Sin presión ciudadana no hay servidores públicos

Por Victoriano Martínez

¿Cómo determinan los servidores públicos la realización de una obra de infraestructura urbana? ¿Dónde, cuándo y por qué reparar una determinada calle y no otra? Por el despliegue propagandístico y la infalible actitud politiquera de los funcionarios, las respuestas deben buscarse en analizar qué ventajas electoreras les pueden dar.

Contaminar con pendones prácticamente en cada poste en torno a una obra es el primer indicador de que, antes que la obra, lo que les interesa es el reconocimiento ciudadano, aunque lo reparado o construido sea de mala calidad (como por ejemplo con adoquines saltarines en la calle 5 de mayo en la gran rehabilitación del Barrio de San Miguelito).

Dato imprescindible para sugerir el impacto de sus acciones es señalar en su propaganda los miles de personas beneficiarias de tal o cual obra y pagar gacetillas (propaganda disfrazada de nota informativa) en medios de comunicación tradicionales y digitales. La popularidad en sus encuestas pagadas tiene sustento, pues.

Una urgencia por que se les reconozcan como grandes méritos obras y acciones que están muy lejos de representar el cumplimiento mínimo de sus obligaciones, por ejemplo, de que la población cuente con vialidades en buen estado.

El ayuntamiento de San Luis Potosí creo una mascota a la que llamó Güicho que promociona un chatbot vía Whatsapp principalmente para reportar baches para que sean reparados. De poco sirve el animalito, y en la propia página Web del Ayuntamiento así lo reportan.

La siguiente captura de pantalla corresponde a las atenciones de la dirección de Obras Publicas a reportes ciudadanos sobre baches en la sección San Luis Virtual del Sitio Web municipal.

Imagen tomada de una consulta a los reportes presuntamente atendidos por la Dirección de Obras Públicas en la aplicación San Luis Virtual, del Ayuntamiento de San Luis Potosí.

Puede pasar 10 minutos dando clic a cada punto que representa un bache reportado y difícilmente encontrará alguno sobre el que se informe que ya haya sido reparado, a pesar de ser casos que se han reportado desde 2021 a la fecha. “Incidencia en proceso”, es el estatus de la inmensa mayoría.

Güicho se ha vuelto un instrumento para canalizar y mediatizar la inconformidad ciudadana y mostrar que, incluso con sus propios programas de atención a la población, poco la toma en cuenta si no es sólo para hacerle creer que sí lo hace.

Una actitud de simular ser servidores públicos ante la que los ciudadanos se han visto en la necesidad de organizarse y echar mano de derechos reconocidos para obligar a las autoridades a realizar obras que resultan indispensables en su entorno cotidiano.

En los próximos días, el alcalde Enrique Galindo Ceballos tiene programada la inauguración de la repavimentación de la calle Sebastián Elcano, los fraccionamientos Valle de Bravo, Valle de Bravo II y Rinconada Valle de Bravo, una más entre tantas con una diferencia: a los vecinos les tomó dos años y cuatro meses de exigir de distintas formas la reparación de su calle.

La ruta de exigencia comenzó el 12 de octubre de 2022 con una solicitud de información como parte de la puesta en práctica de un Modelo de Aprovechamiento del Derecho de Acceso a la Información Pública con la gestión, por otras vías, hasta lograr que la autoridad atienda una necesidad común.

Hoy el mérito de esa obra es de la persistencia de los vecinos a quienes les tomó en 28 meses lograr que la autoridad los tomara en cuenta, por mucho que en la inauguración y la propaganda que pretenda hacer el Ayuntamiento se le pretenda atribuir al alcalde. La autoridad poco tiene que presumir y sí mucho que disculparse por su largo periodo de indolencia.

Ya antes ocurrió algo similar con el puente peatonal sobre la Carretera a Rioverde a la altura de Quintas de la Hacienda, y con la defensa de un árbol con 40 años de vida en la colonia Torres de México.

Se trata de casos que exhiben lo lejos que están los funcionarios de ser verdaderos servidores públicos porque obligan a la ciudadanía a ser persistente o resignarse a tolerar malos servicios ante las tácticas inhibidoras del reclamo de cualquier derecho.

Lejos de analizar las necesidades de obras, con criterios de prioridad para su atención alejados de fines politiqueros, la ciudadanía tiene que visibilizarlos ante autoridades indolentes y cegadas por su ego y sus ambiciones electoreras porque dan prioridad a la próxima elección y se olvidan de las próximas generaciones.

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