María Ruiz
La violencia familiar en la capital potosina continúa mostrando ejemplos alarmantes, con un impacto especialmente devastador en los niños y niñas más pequeños, algunos de tan solo tres y cuatro años, hasta adolescentes de 12 años.
Según Jessica Albarrán Ramírez, directora del DIF Municipal, la vulnerabilidad de estas infancias expone una falla crítica en los mecanismos de protección y seguimiento de casos de maltrato y abandono.
“Cuando identificamos que hay un menor en situación de violencia, especialmente en edades tan tempranas como tres o cuatro años, actuamos de inmediato para canalizar el caso a las instancias estatales”, afirmó Albarrán Ramírez.
Esta temprana edad en la que la capacidad de defensa y denuncia es prácticamente nula, hace que el maltrato tenga consecuencias irreparables en su desarrollo emocional y físico.
La directora explicó que, a través de la Procuraduría Municipal de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, el DIF recibe en promedio entre dos y tres denuncias mensuales de menores en situación de riesgo.
“Muchas de las denuncias llegan por redes sociales o llamadas telefónicas, reportando la presencia de niños solos en las calles o en situaciones de abandono. Sin embargo, al llegar al lugar señalado —usualmente una misma esquina—, tras dos o tres visitas, ya no se encuentran los menores, lo que complica la intervención”, agregó.
Durante los periodos vacacionales, cuando algunos padres recurren a dejar a sus hijos e hijas en actividades económicas temporales, se ha observado un aumento en las denuncias de hasta un 30 por ciento, evidenciando un patrón de vulnerabilidad que se intensifica cuando los mecanismos de supervisión se debilitan.
Ante esta realidad, y en un intento por responder a la alarmante situación, el DIF Municipal ha anunciado la creación del Comité de Fortalecimiento Familiar.
Este órgano integrará a representantes del Ayuntamiento, empresas, asociaciones civiles, escuelas y universidades, con el fin de diseñar estrategias coordinadas que permitan prevenir y atender de manera integral los casos de violencia familiar.
“El presidente municipal Enrique Galindo y yo estamos profundamente preocupados por el incremento de los casos de violencia, especialmente cuando se trata de niños tan pequeños. No basta con reaccionar a cada denuncia; es indispensable desarrollar un sistema integral que refuerce la detección y el seguimiento, para que ningún menor en situación de riesgo quede desprotegido”, concluyó Albarrán Ramírez.
La falta de datos consolidados y un sistema robusto de información, sumado a la dificultad para dar seguimiento a los reportes —donde, en varias ocasiones, los menores desaparecen antes de poder intervenir— evidencian la urgencia de una revisión profunda de los mecanismos de protección en San Luis Potosí.