El PVEM se nutre de la herencia maldita

Antonio González Vázquez

La frase “herencia maldita” o “maldita herencia” es fundamental en el discurso político del gobierno de José Ricardo Gallardo Cardona. Con esa entelequia, marca la diferencia con las administraciones del pasado.

Con frecuencia apela a ella para enderezar responsabilidades sobre las múltiples problemáticas que continúan lastimando a la sociedad.

La maldita herencia convertida en frase manida con fines de estridencia mediática, alcanza los sexenios de Marcelo de los Santos Fraga, Fernando Toranzo Fernández y Juan Manuel Carreras López.

Desde el arranque de su gestión, Gallardo Cardona acuñó esa frase tras denunciar el daño de unos 20 mil millones de pesos al erario, presuntamente heredado por el ex gobernador priista, Juan Manuel Carreras.

Todo lo malo, perverso, torcido y corrupto es responsabilidad de la “maldita herencia”.

Sin embargo, eso no parece permear en el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), donde perfilan el ingreso de ex funcionarios públicos que fueron parte de esa herencia maldita, lo cual supone un acto de incongruencia mayúsculo.

Inconsecuente con la narrativa oficial, el dirigente estatal del PVEM, Ignacio Segura Morquecho, presumió su acercamiento con ex colaboradores de Carreras López, figura central de la susodicha maldita herencia.

“Hoy sostuve una gran reunión con dos referentes de la política potosina, Alberto Elías Sánchez y Alejandro Leal Tobías, con miras a fortalecer a nuestro partido. Seguimos en la construcción de un futuro más Verde para San Luis Potosí”, apuntó Segura Morquecho al publicar en sus redes sociales una fotografía con ambos ex priistas.

El líder Verde guardó las formas y a dos ex distinguidos miembros de la maldita herencia los catalogó como “referentes de la política potosina”.

En plena simulación, no mencionó que en el sexenio anterior tuvieron a su cargo la Secretaría de Desarrollo Social y Regional y la Secretaría General de Gobierno, respectivamente.

Pragmáticos como son en la Gallardía y el Verde, han sumado durante los últimos años a sus filas a ex militantes de otros partidos, incluidos ex funcionarios que fueron parte de la herencia maldita.

Ese pragmatismo o utilitarismo político es semejante al que se observa en Morena y la cuarta transformación que han abierto sus puertas a ex panistas, ex priistas y ex perredistas sin importar su historial en el servicio público.

Ingresan a Morena y su purifican.

En San Luis Potosí, se suman al Verde y sin importar su pasado en la maldita herencia, se purifican para “fortalecer” al partido, de modo que los que en el discurso son impresentables, ahora ayudarán a “construir un futuro más Verde para San Luis Potosí”.

La ambición, sin duda, puede más que la congruencia.

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