El Catalejo es el resultado de las mentes desorientadas de los reporterillos de Astrolabio Diario Digital
Como aprendiz de rector con todo y los vicios que ese cargo ha tenido, Alejandro Zermeño Guerra pareció intentar pero no lograr una de esas tranzas en las que la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP) sale perdiendo, sea recursos económicos o parte de su patrimonio, porque la exhibición pública sobre la forma en que la renta de un terreno para una unidad deportiva universitaria se convirtió en un gran centro comercial dejó ver lo insostenible de la maniobra. ¿Cuántas situaciones similares se presentan en la UASLP con ese tipo de efecto nocivos para la institución? Un caso de mayor magnitud se dio en los noventas del siglo pasado de cuyo negocio resultó la construcción del estadio Alfonso Lastras. De hecho, el nombre del estadio se en honor al rector que lo hizo posible en terrenos que pertenecieron a la UASLP, pero que le fueron pagados por Jacobo Payán Latuf con una superficie de un poco más de 52 mil metros cuadrados del fraccionamiento La Florida, sobre los que no se conoce el beneficio obtenido por los universitarios. ¿Habría sido posible aquella maniobra si se hubiera ventilado antes de que se concretara como ocurrió con el pretendido Distrito Santa Fe? Como dijo el clásico, haiga sido como haiga sido, si a Zermeño Guerra le hablaron de Alfonso Lastras para que intentara emularlo con el negocio hoy frustrado, no le salió, le ha fallado.
