Corcovada: ahora una réplica difamatoria con pretensiones de descalificación

Por Victoriano Martínez

En Astrolabio Diario Digital asumimos el derecho de réplica como parte de nuestros principios por el respeto que le debemos a nuestras fuentes de información, pero sobre todo a nuestros lectores. Por ello no existió ningún inconveniente para publicar la réplica solicitada por Rafael Arpayan García.

No obstante, como parte de nuestro compromiso con los lectores por aproximarles a la verdad y a la realidad de su entorno, nos consideramos obligados a valorar los argumentos presentados en la réplica, en tanto que constituyen elementos adicionales para buscar entender la realidad que se vive en el caso Corcovada.

De entrada, consideramos que sólo los cuatro primeros puntos de los seis planteados por Arpayan García constituyen una réplica, aunque la destinataria de las presuntas aclaraciones no es nuestra compañera María Estela Ambriz Delgado, sino lo declarado por las fuentes que ella consultó y que pidieron omitir sus nombres.

Una omisión que para Arpayan García resulta irrelevante porque bien sabe contra quienes presentó su querella ante el Ministerio Público, pero que para sus acusados tiene relevancia ante el acoso del que se sienten objeto.

Cuatro presuntas aclaraciones cuya contestación corresponde en todo caso a los ejidatarios que han hecho públicas sus denuncias pero que, de un comparativo entre la nota “aclarada” y los puntos “aclaratorios”, es posible establecer que no se niega el punto principal de la pieza informativa: los opositores al proyecto en Corcovada fueron denunciador por Arpayan García.

Los dos últimos puntos de su texto de réplica, desde nuestro punto de vista, se exceden en lo que la Ley Reglamentaria del Artículo 6º, Párrafo Primero, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en Materia del Derecho de Réplica establece como límite al emitir juicios de valor y realizar ataques a terceras personas, con la agravante de ser infundados.

“Lamento profundamente que se haya generado un ambiente de confrontación y desinformación”, comienza a decir Arpayan García en el quinto punto de su texto de réplica sin aclarar los destinatarios de sus poco pertinentes –en términos de la Ley– juicios de valor.

¿Reconoce la existencia de un ambiente de confrontación en el Ejido Corcovada? ¿Acusa a Astrolabio Diario Digital de generar desinformación? No desmiente la afirmación de los inconformes de que “fue llevado con otro licenciado que envió directamente CEMAT Construction”, la empresa que pretende comprar tierras ejidales.

Tampoco desmiente –sino que confirma– que denunció a seis ejidatarios, cuyos nombres obtuvo de las autoridades ejidales con las que lo acusan te estar en contubernio para afectar al Ejido, por haberlo cuestionado en la asamblea del 24 de marzo ¿Acaso como asesor del Ejido no le corresponde aclarar todas las dudas que tienen los ejidatarios sobre ese pretendido proceso de compra venta?

A propósito, aquí mismo se escribió el 19 de abril: Si cuestionar el 24 de marzo la representación que tiene el abogado y su actuación tendenciosa para favorecer los intereses de CEMAT Construction tuvo como efecto denuncias en contra de los seis quejosos, ¿a cuántos inconformes pudo acallar la movilización policiaca durante la reunión de 13 de abril?

En el sexto punto de su texto de réplica, Arpayan García acusa a nuestra compañera María Estela Ambriz Delgado de enviarle mensajes denigrantes vía Facebook, “ya sea con la intención de insultar o intimidarme”, con capturas de pantalla como evidencia, cuya validez resulta muy dudosa.

“Estimo que es importante hacer públicos los mensajes recibidos, ya que el suscrito también he sido objeto de distintas instancias de acoso, amenazas y agresiones en contra de mi integridad física”, aseguró con lo que extiende el ataque a distintas instancias e incurre la limitante que establece la Ley del Derecho de Réplica.

En su respuesta a la réplica, Ambriz Delgado niega la autoría de tales mensajes y cualquier relación con la cuenta desde la que fueron enviados, en la que aparece su nombre entre paréntesis en una de las dos imágenes similares.

Juzgar que hay desinformación en el caso (sin señalar explícitamente a quien la provoca) y lanzar acusaciones con evidencias muy dudosas, son dos puntos que en el contexto de la disputa que se vive en el Ejido Corcovada, no pueden desligarse de una intención por descalificar un trabajo informativo que advierte no sólo de riesgos de perjuicios para los ejidatarios, sino también para la preservación del medio ambiente en la zona.

Por principios reconocemos y respetamos el derecho de réplica, pero no somos ingenuos y sabemos reconocer cuando se exceden los límites de ese derecho que incumplen con una pertinente aclaración y llegan, como en este caso, a acusaciones difamatorias y con claras intenciones de descalificación.

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