Ciudad de México (11 de septiembre de 2015).- Cuando la fotógrafa turca Nilufer Demir trabajaba un reportaje sobre migrantes en la costa de su país y tomó la terrible imagen del cadáver de un pequeño de tres años en la playa, nunca imaginó su impacto.
Demir sólo apuntó la cámara y disparó, según contó después a la emisora británica BBC. “Tenía qué tomar esa foto y no dudé”, recordó: “Lo único que podía hacer era oir su alarido”.
La foto mostraba el cuerpo del pequeño Aylan Kurdi, de tres años de edad, boca abajo en la orilla de la playa con las manos abiertas. La playera roja, los pantalones cortos azul marino, los zapatos negros… la imagen dio la vuelta al mundo y cambió los términos del debate en torno a los refugiados de medio oriente hacia Europa.
Lo cambió tanto que hoy, hay grupos que afirman que la fotografía es una trampa, un fotomontaje.
El debate recuerda que un hermano de Aylan murió también ahogado y que otra fotografía muestra a un policía al remover su cuerpo de una playa rocosa, aunque no se ve el rostro del niño.
Muchos afirman que es el mismo cuerpo.
De acuerdo con el sitio Russia Today, “en redes sociales ha aparecido otra imagen que sugiere que su cuerpo fue hallado inicialmente en otro lugar y luego movido”.
Pero la “fabricación es negada por los autores de la fotografía. “Toda la información está incluida en la metadata y el cambio de escenario no es posible”, respondió Bora Uçak, gerente de Desarrollo de la agencia noticiosa turca Anadolu, en respuesta desde Ankara a una consulta de Excélsior.
Fuente: Excélsior.