Oslo, Noruega (09 de octubre de 2015).- Supervivientes de Hiroshima y Nagasaki se unieron a la lista de favoritos a alzarse este viernes con el premio Nobel de la Paz, entre los que figuran Angela Merkel, el papa Francisco y el médico congoleño Denis Mukwege.
Aunque la lista de los 273 candidatos es el secreto mejor guardado, lo que dificulta cualquier pronóstico, la mayoría de observadores estiman que el Comité Noruego del Nobel debería reconocer los esfuerzos por lograr un mundo libre de armas nucleares, 70 años después del bombardeo de Hiroshima, o por aliviar la actual crisis migratoria.
“Una vez más, hay que recordar al mundo las terribles consecuencias de las armas atómicas”, dijo horas antes del anuncio oficial previsto a las 9:00, hora GMT Nobeliana, un colectivo de historiadores especialistas en el Nobel, para quienes los favoritos son dos supervivientes de los primeros ataques nucleares de la Historia, Setsuko Thurlow y Sumiteru Taniguchi.
Estos dos octogenarios, convertidos en firmes opositores a estas armas de destrucción masiva, podrían compartir el premio con la Campaña Internacional para Abolir las Armas Nucleares (ICAN), según nobeliana.
En 2005, cuando se conmemoraba el 60º aniversario de los bombardeos que causaron la muerte de 214,000 personas en 1945 en Japón, el comité decidió recompensar también los esfuerzos contra el uso militar de la energía nuclear, llevados a cabo por la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) y su director Mohamed el Baradei. En este contexto, los jefes de la diplomacia estadounidense, John Kerry e iraní, Mohammad Javad Zarif, quienes alcanzaron en julio un acuerdo clave para impedir a Irán dotarse de la bomba atómica, también entran en las apuestas del Nobel, si bien su designación podría ser problemática vista la situación en Oriente Medio.
El Comité Noruego del Nobel podría también tener en cuenta la cuestión de los refugiados, que agita y divide una Europa enfrentada a la mayor crisis migratoria desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Para los expertos, los favoritos serían la canciller alemana Angela Merkel, también reconocida por su papel en la crisis ucraniana, el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) o buenos samaritanos como el sacerdote eritreo Mussie Zerai o la alcaldesa de la isla italiana de Lampedusa, Giui Nicolini.
“Merkel lo ha merecido más que Barack Obama, premiado por sorpresa en 2009”, estimó el jueves el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
El papa Francisco y Colombia.
Entre las otras candidaturas, se encuentran personajes ya habituales como el papa Francisco, por su compromiso con la justicia social y el medio ambiente, o el médico Denis Mukwege, que atiende a las mujeres violadas en el este de la República Democrática del Congo (RDC).
El Comité del Nobel podría ir también al otro lado del Atlántico a buscar a los galardonados, concretamente a Colombia, donde el gobierno y las guerrillas de las FARC dieron en septiembre un paso significativo hacia el fin del conflicto armado, comprometiéndose en La Habana a firmar un acuerdo de paz antes de marzo de 2016.
Por ello, el presidente Colombiano, Juan Manuel Santos, y el jefe de rebelión, Timoleón Jiménez “Timochenko”, podrían ser recompensados. Cada edición cuenta también con un número de personalidades y organizaciones rusas que luchan por conservar su independencia frente a Vladimir Putin. En la lista de este año figuran activistas como Svetlana Gannushkina o Liudmila Alekseyeva, las oenegés Memorial y Agora, y el diario Novaya Gazeta.
La libertad de expresión, vapuleada este año con el ataque contra Charlie Hebdo el 7 de enero en París, y con el atentado contra un centro cultural en marzo en Copenhague, podría ser también premiada.
Sobre esta lucha, podrían recibir el galardón el danés Flemming Rose, que publicó las caricaturas de Mahoma en el diario Jyllands-Posten en 2005, el bloguero saudita Raef Badaui, condenado a prisión y azotado, o el controvertido revelador de secretos, Edward Snowden.
La ceremonia de entrega del Premio Nobel de la Paz, tendrá lugar en Oslo el día 10 de diciembre, fecha de la muerte de su fundador, el industrial y filántropo sueco Alfred Nobel.
Fuente: Milenio.