El niño que murió de miedo en un cementerio

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Cuenta la leyenda urbana que en Estados Unidos, un grupo de niños de 15 años estaba jugando a ‘policías y ladrones por la noche’. Mientras jugaban, se les ocurrió la ‘brillante idea’ de poner a prueba su valentía, por lo que decidieron que, para demostrar lo aguerridos que eran, entrarían en un cementerio por la noche. Lo harían de uno en uno, mientras el resto del grupo esperaría en la puerta.

El primero en saltar la valla del cementerio fue precisamente el chico más cobarde; tenía que dar la vuelta a todo el cementerio y volver. Saltó la valla y lo inundó la oscuridad. Sus compañeros lo perdieron de vista y esperaron a que regresara, pero pasaba el tiempo y no regresaba. ¿Dónde se había metido?

El resto del grupo, preocupados por su compañero, decidió saltar al interior del camposanto para buscarlo. Después de un rato de andar entre tumbas, lo encontraron y se quedaron horrorizados. El chico estaba muerto y con una cara de terror que ni la muerte le quitó. Cuando vieron las heridas de sangre en sus rodillas, se dieron cuenta de lo que había pasado: al ir corriendo en la oscuridad del cementerio, el chico tropezó con las ramas de un árbol, pensó que alguien lo había agarrado por el pie y murió de un infarto al corazón.

Se podría decir que murió de miedo, ya que la atmósfera nocturna del cementerio creó tal sugestión en la cabeza del niño, que al sufrir el traspiés, su corazón sucumbió al susto.

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