La facilidad con que se sueltan cifras y declaraciones al vuelo entre los funcionarios públicos es asombrosa.
Hace unos días, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong aseguró, según un boletín de Gobierno del Estado, que la incidencia delictiva en San Luis Potosí ha disminuido un 40 por ciento. Eso lo dijo el martes 24 de noviembre en Veracruz en el marco de una reunión de gobernadores de la zona noreste.
En su último informe de gobierno, Fernando Toranzo, hace apenas dos meses, aseguraba que la incidencia delictiva en San Luis Potosí había disminuido 27 por ciento, mismo porcentaje que el propio Osorio Chong reveló en otra reunión con gobernadores de la zona a la que pertenece San Luis.
Pero resulta que según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en octubre hubo más homicidios, secuestros y delitos del fuero común que en el mes inmediato anterior que correspondió a Toranzo.
Luego, sale el secretario General de Gobierno, Alejandro Leal y afirma que han disminuido los delitos sino que de manera especial bajó el secuestro, lo cual se contradice con el informe del Secretariado, pues en el primer mes de Carreras se denunciaron dos secuestros, en los dos casos fueron asesinados los plagiados, mientras que en el último mes de Toranzo no hubo denuncia de plagio.
Frente a la tentación de la autoridad de mantener en engaño a la sociedad respecto de la violencia que se niega que exista, este portal de noticias y análisis ofrece la crónica roja del segundo mes de gobierno de Carreras. Por supuesto, es una relatoría espeluznante.
Asesinatos despiadados de mujeres y niñas, secuestros, ejecuciones, levantones, desaparecidos es parte del recuento del mes de octubre.
Las autoridades, sin embargo, mantienen el discurso irresponsable de que no pasa nada y que “este gobierno no se queda cruzado de brazos. En los hechos, no solo creció el número de eventos de alto impacto sino que han crecido en crueldad.
Cuando el combate a la delincuencia se reduce a hacer declaraciones triunfalistas y optimistas de parte de los funcionarios públicos, entonces hay que tener temor pues eso implica que el ciudadano está solo.
