El círculo vicioso de la deuda pública estatal regresa a su origen: José Luis Ugalde Montes. Fue de los primeros que endeudaron dramáticamente al gobierno y ahora reestructura lo que él empezó en la administración de Fernando Silva Nieto.
El actual secretario de Finanzas José Luis Ugalde Montes planeó todo minuciosamente: primero anunció que la deuda pública del gobierno escalaba por los 22 mil millones de pesos y que eso, limitaría el accionar del gobierno, que lo tendría maniatado y que muy poco se podría hacer si antes no se tomaban medidas al respecto.
Lo adivinó el amable lector: se propuso reestructurar una deuda pública que viene de reestructura en reestructura desde los primeros meses de la administración de Marcelo de los Santos, quien reestructuró la deuda que recibió de Fernando Silva Nieto.
Luego, Fernando Toranzo reestructuró la deuda que le dejo Marcelo de los Santos y ahora Juan Manuel Carreras López reestructura la deuda que le dejo Fernando Toranzo.
Parece un mal chiste, una alegoría al cinismo e impunidad o de menos, un ribete de humor negro en la administración pública, pero las cosas siempre regresan a su origen y ahí lo tienen, a José Luis Ugalde que inició la gravosa madeja de la deuda, ahora en su heroica tarea de reestructurar el cochinero que él empezó.
Cuando era secretario de Finanzas del gobernador Silva Nieto, Ugalde afirmaba que endeudarse no era malo, que contar deuda es incluso necesario, que el crédito hace posible el desarrollo. Por decirlo de algún modo, esa ha sido su filosofía como secretario de Finanzas.
Y ahí lo tienen, a Ugalde, al fanático del crédito y la deuda, encabezando una vez más un acto institucional que alargará el pago de la deuda por un par de décadas más. Los bancos y en especial en Banorte quieren mucho a Ugalde, lo admiran y hasta se puede decir que le aman: con él sí se hacen buenos negocios.
La narrativa ugaldiana de que con la reestructura se logran las mayores y mejores ventajas PARA el estado es la misma que en su momento utilizaron Joel Azuara Robles y José de Jesús Conde Mejía: ambos decían lo que ahora dice Ugalde, lo que supone que a la vuelta de unos años habrá una nueva reestructura puesto que cada gobierno tiene la inagotable capacidad para lograr mejores acuerdos de pago.
Se puede incluso llegar a pensar que se trata de una historia sin fin: el estado seguirá pagando la deuda y todos serán felices, es decir, los bancos y los funcionarios.
Pero ese no es el único problema, el caso es que la deuda parece ser un fardo de aquí a la eternidad, pero de eso nadie parece tener culpa alguna. No hay responsables de nada ni hay funcionarios en la cárcel y como diría la clásica declaración de los servidores públicos corruptos: vivo y duermo tranquilamente.
En efecto, el más serio de los problemas pero no por ello el más sorprendente, es la impunidad: De los Santos dejo una deuda de 16 mil millones y Toranzo de 22 mil millones y no pasa nada.
Por cierto, habría que pedir al secretario Ugalde que refresque la memoria para recordar en cuanto dejo la deuda Silva Nieto. Él, Ugalde Montes, contrató bancos y estudió y aprobó propuestas en las que seguramente, encontró la mejor para San Luis Potosí.
