Ciudad de México (07 de diciembre de 2015).- Ignacio Zúñiga Sánchez, presunto jefe de plaza del Cártel del Golfo en Pueblo Viejo, Veracruz, y responsable de coordinar el secuestro y homicidio de un empresario y su hijo de origen tamaulipeco, se quitó la vida en el municipio de Tampico, Tamaulipas, cuando iba a ser detenido por elementos de la Policía Federal.
Zúñiga ordenó el secuestro y asesinato de Juan Manuel Gómez Fernández y su hijo Juan Manuel Gómez Monteverde, padre y hermano del cineasta mexicano, Alejandro Gómez Monteverde.
Los empresarios fueron secuestrados el 4 de septiembre de este año, y sus cuerpos localizados el 19 de septiembre con huellas de tortura, a pesar de que los familiares de éstos pagaron el rescate.
Información proporcionada por el Grupo de Coordinación Tamaulipas, señala que labores de inteligencia desarrolladas por personal de la Policía Federal en forma coordinada con integrantes de la Secretaría de Defensa Nacional, derivaron en la ubicación en Tampico de Ignacio Zúñiga Sánchez, de 39 años, quien contaba con una orden de aprehensión por el delito de delincuencia organizada.
El ahora occiso, al percatarse de que los agentes federales lo habían ubicado en la calle Coyolitos, colonia Naranjal Norte de Tampico, sacó un arma de fuego que ocultaba entre su ropa, al tiempo que corrió e ingresó en la vivienda que habitaba con su pareja sentimental.
Una vez que los efectivos federales cercaron el inmueble y procedían a ingresar para efectuar la detención, se escuchó una detonación proveniente de la casa. Posteriormente, la mujer con la cual cohabitaba el secuestrador, salió e informó a las autoridades del deceso por suicidio de Ignacio Zúñiga.
La Policía Federal cuenta con información de que Ignacio Zúñiga fungió como jefe de plaza de la organización delictiva Cártel del Golfo en Pueblo Viejo, lugar donde fueron encontrados los cuerpos de los empresarios restauranteros el pasado 19 de septiembre. Además, también se le responsabiliza de encabezar diversas células delictivas dedicadas al robo de transportistas, secuestro de indocumentados y extorsión, además de tener a su cargo una “central de halcones”.
En dos acciones anteriores, la Policía Federal detuvo a 10 presuntos integrantes de este grupo delictivo.
Fuente: Milenio.
