En enero de 2010 los gobiernos del estado y del ayuntamiento de Soledad de Graciano Sánchez anunciaron la aprobación del proyecto de ampliación del boulevard Santiago del tramo Acceso Norte al Periférico. Entones el alcalde de Soledad era Ricardo Gallardo Juárez y el Secretario de Desarrollo Urbano, Vivienda y Obras Públicas, Luis Nava Calvillo.
En noviembre de 2011, las autoridades informaron que, ahora sí, “están por iniciarse las obras”, que éstas se llevarían cinco meses y que la segunda etapa del mismo proyecto de “modernización” se iniciaría en enero de 2012.
Se estimaba que la obra va a impactar a cerca de 100 mil personas que transitan por la zona y que buscan desplazarse de Soledad a San Luis o ir al oriente de la ciudad.
Estamos a punto de concluir el 2015 y esas obras de modernización no han terminado: la federación no autorizó un presupuesto adicional de 100 millones de pesos y el gobierno del estado ejerció en el año los 25 millones que tenía para respaldar el proyecto.
Hay que olvidarse del Boulevard porque en 2016 no habrá presupuesto para continuar las obras; la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del Gobierno Federal ya se hartó de que en San Luis y Soledad se hagan las cosas tan mal.
Desde el origen del proyecto, éste se vio envuelto en escándalos de corrupción e ineficiencia, de tal modo que los recursos para esa obra, provenientes del Fondo Metropolitano fueron suspendidos un año por irregularidades en las que incurrieron los ayuntamientos de San Luis y Soledad.
Esa obra es fiel reflejo de la incapacidad gubernamental, no saben trabajar con honestidad ni eficiencia ni transparencia. Es una obra emblemática del fracaso del gobierno de Fernando Toranzo, pero también de Mario García y de Ricardo Gallardo, padre e hijo.
Cuando el bulevar se cierra por motivo de las lluvias, la ciudad cae en la anarquía vial y todo es un desastre. Es una vía de comunicación fundamental, pero sus obras de modernización ya llevan cinco años y no las terminan.
Mayor mediocridad, imposible.
