CAJA NEGRA: Se va un 2015 para el olvido

 

Hoy termina el año, hoy se acaba el 2015. Se ha ido un año en el que se cifraban muchas esperanzas respecto de sortear problemas que mantienen a la sociedad viviendo en vilo: incertidumbre económica, impuestos y más impuestos venidos de los tres niveles de gobierno, inseguridad, desempleo, desigualdad social, salarios miserables, opciones de educación superior limitadas, bajísimo acceso a los servicios de asistencia social y tantos problemas más tan propios de la vida cotidiana.

 

Ir al trabajo en una sociedad caótica convertida en laberinto donde los vehículos mandan sobre los transeúntes o ir a la escuela por los niños y verse en la aventura de poder librar accidentes en una ciudad llena de baches.

Salir a pasear al parque público, hacer deporte o trotar sobre la acera de cualquier avenida con el enorme riesgo de ser asaltado o peor, esperar a que los adolescentes lleguen ilesos a casa sin que antes hayan intentado levantarlos o secuestrarlos.

Hoy se acaba el 2015 y desafortunadamente nos agobian los mismos problemas de siempre porque las autoridades a las que les corresponde resolver los problemas no lo hacen, es decir, por otro año, no lo vuelven a hacer.

 

Hoy hace un año, deseamos a los demás y los demás nos desearon un próspero año que nunca llegó, vaya si eso es fatal en el sentido de que la violencia mantiene a San Luis Potosí en un puño y con ello, a la sociedad en ascuas.

Se tenía la esperanza de que con el cambio de gobiernos estatal y municipales, el panorama lóbrego podría sino borrarse, si tornarse un poco luminoso, pero da el caso que no es así. Hay nuevo gobernador desde hace tres meses y ni quien se de cuenta de eso, hay 58 nuevos alcaldes y sus pueblos siguen igual con los mismos problemas y rezagos de siempre.

 

Igual, hay 27 nuevos diputados y los legisladores siguen siendo referentes de holgazanería y estupideces. Llevan tres meses en las curules y ya se puede apostar que serán los peores diputados en la dolida historia legislativa de San Luis Potosí.

En fin, nada que nos haga pensar que vamos a recordar el 2015 como el año en que remontamos escollos antes imposibles, como el hecho de que más de la mitad de la población viva en condiciones de pobreza.

 

Se fue el 2015 y el cambio nunca llegó, sino que más bien se consolidó la ignominia que resulta de ver al Partido Verde apoderado del sector ambiental gubernamental del que son ya propietarios desde hace siete años.

Durante el año continuó el robo de menores de edad, la violación sexual a jóvenes y niñas, pero la sociedad está más interesada en los goles del “Chicharito”. Un año más de impunidad sin que eso parezca importarle a alguien. Pero también continuaron las violaciones a los derechos humanos, los abusos y crímenes a los migrantes y no hay quien se haga responsable.

 

La realidad tan dura e inmisericorde como suele ser, nos empezará a flagelar desde el primer minuto de enero de 2016 y se dará inicio a la cuesta de enero que, de nuevo, se extenderá hasta febrero y quizá, hasta marzo.

Mientras los mexicanos nos tragamos esa amarga realidad, Enrique Peña estará preparando su agenda de viajes al extranjero, puesto que urge estrenar el avión de siete mil millones de pesos, mismo que cada uno de nosotros, le vamos a pagar.

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