Ciudad de México (14 de octubre de 2016).- Es impresionante que hoy se encontró otra persona muerta, víctima del odio que la sociedad presenta en la actualidad por las personas transexuales.
Su nombre era Alessa Flores, sexoservidora y activista que luchaba por los derechos de las personas trans, a quien se encontró en un hotel fallecida.
Sin embargo, en las últimas semanas, ése no ha sido el único caso. El pasado cuatro de octubre otra sexoservidora travestí, conocida como Paola, se halló muerta en la Ciudad de México; todo indica que fue un ato de odio contra la persona.
No obstante, cuatro días después se registró en Chiapas el asesinato a cuchilladas de una joven transexual de tan sólo 19 años de edad, Itzel Durán.
Por si fuera poco, hace tres días en un periódico local de Chihuaha se dio a conocer la muerte de otro transexual, quien por medio de diversos disparos perdió a vida. Detalló Entrelíneas.
Así que, es evidente pensar que el odio que tiene la sociedad por dichas personas está sobrepasando límites, al grado de sentirse con el derecho de arrebatarles la vida.
Finalmente, cabe preguntarse ¿cuántas víctimas más habrá?, ¿Hasta cuándo seguirá la insatisfacción por esos seres? y ¿Por qué los odian?
Alessa Flores, activista trans y trabajadora sexual.
Alessa Flores, una mujer transgénero de 28 años que se dedicaba al trabajo sexual, fue hallada sin vida en un hotel ubicado en la delegación Cuauhtémoc de la Ciudad de México. Murió por estrangulamiento y con este homicidio, suman cuatro muertes en contra de transexuales en el país en los últimos días.
Alessa era originaria de la Ciudad de México y se dedicaba al trabajo sexual para sobrevivir, era activista y luchaba por visibilizar las necesidades específicas en temas de seguridad de las mujeres que se dedican al trabajo sexual.
Hace apenas una semana, Alessa participó en el Foro Capital Transjóvenes del Instituto de la Juventud de la Ciudad de México, en el que habló en una mesa de discusión llamada “Trabajo sexual: Democratización frente a la precarización”.
En su intervención, Alessa recordó que las mujeres trans trabajadoras sexuales carecen de protección y se ven expuestas a los peligros debido a que su labor no es reconocida como un trabajo.
“El trabajo sexual está estigmatizado por la idea de vender el cuerpo, idea que los conservadores usan para descalificarlas porque las trabajadoras hacen su cuerpo público y (para los conservadores) las mujeres no son públicas, pero esta idea está equivocada porque todos los trabajadores venden su cuerpo, lo mismo que un obrero, lo mismo que un oficinista”, señaló Alessa durante su intervención en este foro.
Alessa formaba parte desde hace un par de años de la Red de Juventudes Trans, en la que impartía talleres y charlas sobre derechos humanos y trabajo sexual. En la declaratoria de la Ciudad de México como ciudad amigable LGBTTTI, realizada en noviembre del año pasado, participó en actividades de sensibilización efectuadas en el Monumento a la Revolución.
La muerte de Alessa se suma al asesinato de otras dos mujeres jóvenes trans: Itzel y Paola, la primera originaria de Chiapas. Pero en Chihuahua, hace tres días mataron a una señora transexual de lo que poco se mencionó.
