Ciudad de México (27 de octubre de 2016).- Andrés Manuel López Obrador es populista y demagogo, emplea discursos autoritarios y de descalificación, rechaza las instituciones y advierte en todos a un enemigo. Se parece a Donald Trump y Nicolás Maduro. Esa es la conclusión de varios analistas políticos.
Los tres tienen un enemigo común, que en el caso de AMLO es la mafia del poder; para Maduro, el “imperialismo”, y para Trump, los “sucios y ladrones, migrantes mexicanos”, explican los expertos consultados por El Financiero.
Con Donald Trump, López Obrador se asemeja por ser autoritario yrebelde, además de que impulsa el mismo discurso de odio del republicano, coincidieron el doctor Manuel González Oscoy, de la Facultad de Psicología de la UNAM y Germán Pérez, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la máxima casa de Estudios.
“López Obrador tiene en su discurso algunos puntos que se asemejan a Trump y otros con Nicolás Maduro, porque Andrés Manuel no es una persona que tenga una ideología precisa”, desmenuzó Pérez Fernández.
González Oscoy señaló que “AMLO maneja una comunicación basada en la explotación emocional, que es también la estrategia del estadounidense”.
“Es un discurso lacrimógeno, es una identificación con los desposeídos, su discurso de ‘primero los pobres’. Por ejemplo, cuando dice, ‘yo los entiendo, yo me pongo de lado de ustedes’, unas veces con más énfasis que otras, pero siempre maneja ese aspecto emocional”, asegura.
La rebeldía y falta de respeto a todo lo que los contradiga es otra característica. Con aquella frase de “cállate chachalaca” o “al diablo con las instituciones”, AMLO habla de su acto de intolerancia, señalan, mientras que Trump la lleva al extremo de amenazar tratados internacionales como el TLC, por considerar que no conviene.
Otra similitud que ven los analistas entre Trump y AMLO es que ambosdescalifican a los medios de comunicación, las encuestas y el mismo proceso electoral cuando no los favorecen.
Donald Trump afirmó que sólo respetará el triunfo electoral si gana. En 2006, López Obrador desconoció el resultado de las elecciones y acusó fraude electoral. Apenas en septiembre pasado, en un evento en San Quintín, Baja California, convocó a los 65 mil comités electorales formados por su partido a “impedir que hagan fraude de nuevo, que la mafia del poder no se vuelva a robar la Presidencia de la República”.
Pérez Fernández sostiene que tanto Maduro como Trump manejan el discurso de “yo soy el bien, el destino y la esperanza, que en el caso de Maduro se convierte en mesianismo, el decir yo soy la personificación de Chávez y Chávez era la de (Simón) Bolívar”.
En enero de 2013, en plena conformación de Morena, en Twitter, López Obrador mencionó que Morena es un espacio abierto “para quienes buscan ser felices”, dedicando su existencia a procurar el bienestar y la felicidad de otros”.
En abril de 2014, Nicolás Maduro prometió la felicidad del pueblo venezolano y para ello anunció la creación del “Viceministro de la Suprema Felicidad”, un organismo coordinador de los programas sociales para aliviar la pobreza.
Ambos analistas indicaron que el discurso de Andrés Manuel maneja también el autoritarismo de Maduro y Trump, pues los tres personajes descalifican a todo aquel que no comulga con sus ideas”