Ciudad de México (10 de enero de 2017).- La Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México (Canacope) detectó aumentos de hasta 30% en productos como la leche y algunas legumbres en establecimientos de la Ciudad de México, luego de que este organismo comercial, el 3 de enero calculara el aumento en el costo de los productos básicos con un incremento de hasta 10%.
“En tiendas de conveniencia y pequeños negocios se detectó aumento en el precio de leche, calabacita, papa, plátano y limón”, señaló Enrique Guerrero Ambriz, director administrativo de la Canacope.
Dijo que hasta el momento se ha detectado que el precio de la leche en el súper estaba, en algunas marcas, en 15 pesos y hoy está en 18 pesos, mientras en la tienda de la esquina los precios varían de 15 a 16.50 pesos.
En el caso de las verduras como la calabacita se encuentra en 12 pesos, precio que representa aproximadamente 30% más de lo que estaba.
“También la papa alpha está en 30% más, cuesta nueve pesos. Otros productos que tienen un incremento similar es el limón que cuesta alrededor de 20 pesos; y el plátano, alrededor de 13 pesos”, detalló.
De acuerdo con información actualizada de la Central de Abasto, también incrementó el precio del huevo blanco a 25 pesos; el aceite, de 17 pesos a 22 pesos; el jitomate de 10 pesos, a 13 pesos y el bistek de 109 pesos a 120 pesos.
Guerrero Ambriz no descartó que el aumento sea un efecto del incremento a los precios de la gasolina ante al traslado de estos productos de diferentes partes del país. Sin embargo, señaló que también podría deberse al efecto de la estacionalidad.
El director de la administración de la Canacope consideró que los aumentos en el costo de los productos básicos no son indiscriminados, sino que responden directamente al aumento del costo que aplican directamente los distribuidores.
“El sector comercial a nivel microempresa generalmente es muy responsable además de que no puede subir los precios nada más porque sí, porque entonces se vuelve menos competitivo contra las cadenas de autoservicio”, indicó.
Advirtió que “entonces todos los aumentos que se dan en el último eslabón de la cadena, que son las tiendas que conocemos del mercado de la esquina, son derivados de los productos que llegaron más caros”. En el caso de productos como el huevo, detalló que se fijará el aumento, dependiendo de la distancia y costo por su traslado.
“No puede ser un aumento parejo en todo el país, porque el precio del producto depende de cuál sea el traslado para llegar a la distribución”, indicó.
Ejemplificó que si el huevo se trae del Estado de México a la Ciudad de México el traslado es corto, entonces definitivamente el impacto es menor, pero donde el traslado sea mayor, seguramente el impacto incrementará por el costo de traslado.
Este organismo ya había advertido respecto a un aumento general de 10% en el costo de los productos básicos en la capital del país, lo que provocaría una “mega cuesta de enero”, como la calificó la Canacope.
Esto ocasionaría que se prolongue hasta la primera quincena de marzo, tiempo en el que los consumidores podrán aspirar a un nivel de consumo similar al de 2016.
En conferencia de prensa, los integrantes de la Canacope condenaron que ante la reacción del mercado al alza en algunos de sus principales insumos, el gobierno federal, opte por la intensificación de revisiones y sanciones a pequeños negocios como una estrategia mediática.
“El sector comercial y prestadores de servicios escala mipyme, viene absorbiendo ajustes de precios al alza, desde antes de 2016, como una forma de ser solidarios con el consumidor y de mostrarse competitivo con el Mercado; sin embargo con los costos elevados debido al alza en combustibles, costos de servicios como energía eléctrica.
Se tendrá que reflejar en el precio final al consumidor”, advirtió Ada Irma Cruz, presidenta de la Canacope.
Para evitar sanciones por parte de la Profeco, la presidenta de la Canacope hizo un llamado a los pequeños comercios a exhibir sus precios al público, llevar un registro histórico de la variación de productos que comercializa, y exigir notas, recinto o facturas de los productos y servicios que adquieren para comprobar que reciben precios elevados que ocasionan un ajuste en los precios finales.
Además de comunicar a los clientes sobre las variaciones en precios; iniciar quejas sobre el alza por parte de distribuidores; corroborar la entidad de inspectores que acudan a sus negocios, y rechazar actos de corrupción con autoridades.
Fuente: Excélsior.