Maestra llamó al 911: “No puedo creer que un alumno haya disparado”

 

Monterrey, Nuevo León (19 de enero de 2017).- Eran las 07:50 horas de ayer cuando la maestra Nallely se apresuró a tomar su teléfono celular para marcar el número de emergencia 911. Acababa de escuchar balazos y gritos dentro del Colegio Americano del Noreste, en Monterrey, Nuevo León. En un salón había tres niños y una profesora tirados en el piso y heridos.

Nallely no sabía bien a bien qué había pasado. Por eso no pudo darle más detalles a la persona que recibió su llamada de auxilio, y sólo reportó una balacera en el lugar. Ella fue la primera persona en reportar lo sucedido en esta institución educativa.

La llamada fue recibida en punto de las 07:50 horas en el Centro de Emergencias 9-1-1 de la entidad, y quedó registrada con el número de folio 170206807 en la Bitácora de notificaciones para operación.

“Hace un momento maestro del Colegio Americano del Noreste reporta balacera dentro de las instalaciones en el área de secundaria”, se lee en el reporte al que La Razón tuvo acceso.

En el informe se detalla que la profesora no pudo proporcionar los datos de cuántas personas cometieron la agresión, tampoco sabía si él o los responsables habían usado algún vehículo para escapar, o si existía una ruta por donde habían huido.

“No sabía qué pasaba, decían que había sido un alumno pero al principio no lo creía. Luego supe que sí fue así. “Yo no sabía qué había pasado, yo estaba en la dirección cuando se comenzó a escuchar todo y fui a ver qué pasaba”, relató la docente a este medio desde Monterrey.

EL ATAQUE. El reloj estaba por marcar las 8:00. Un grupo de alumnos de secundaria estaba en clase de Química con la profesora Cecilia Cristina, de 27 años, quien apenas hace dos meses se integró a trabajar a la escuela.

Ahí estaba Federico, de 15 años, en su banca, recargado en la pared, mientras repasaban los elementos de la Tabla Periódica. De pronto, sin levantarse, sacó una pistola calibre 22 milímetros. La tomó con la mano derecha y sin titubear le disparó a uno de sus compañeros que tenía a menos de un metro de distancia.

Luego se levantó de su lugar y de nuevo jaló el gatillo. Ahora le dio a la profesora Cecilia, después a una compañera y luego a otro más… sin acertar los siguientes disparos, continuó detonando su arma hasta que se quedó sin balas.

Mientras el resto de sus compañeros estaba tirado en el piso sin moverse, tratando de protegerse, Federico regresó a su banca y buscó entre sus cosas. Quería sacar más balas de una caja que llevaba.

En unos segundos volvió a cargar su arma y dijo algo a sus compañeros. Dos salieron a prisa del salón, y entonces él se dio un tiro en la cara. Cuando cayó al piso, el resto de sus compañeros se levantó y corrió a la salida.

Horas después se reportó que Federico perdió la vida y que sus órganos serían donados. El vocero del Grupo de Coordinación de Seguridad de Nuevo León, Aldo Fasci, informó que los heridos fueron identificados como Luis Fernando, de 14 años; Manuel, de 15, y Ana Cecilia, de 14 años.

Hasta el cierre de edición la profesora y dos de los heridos se reportaban graves tras recibir disparos en la cabeza; otro fue lesionado en un brazo y hoy será dado de alta.

Anoche, las autoridades aún buscaban saber el motivo que llevó a este menor a atacar a sus compañeros. El vocero del gobierno neoleonés señaló que Federico estaba en tratamiento por depresión.

“Es producto de la situación que se está viviendo en todas partes. Los niños tienen acceso a internet, a este tipo de cosas que han sucedido en otros países y pues no tenemos otra cosa más que lamentarlo”, dijo.

También indagaban de dónde había sacado el arma y quién lo había enseñado a utilizarla. Y es que por la forma en que actuó, los investigadores concluyeron que no era la primera ocasión en que la utilizaba.

Por la tarde, autoridades ministeriales catearon la casa de los papás de Federico. Aseguraron su computadora y un teléfono celular. Los investigadores saben que no sufría bullying de sus compañeros.

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Padres piden eliminar imágenes violentas.

Fueron la violencia que se transmite a través de los narcocorridos y las narcoseries, así como la cancelación de materias como civismo y ética, los responsables de los hechos de violencia ocurridos en un colegio de Monterrey, consideró la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF).

“Este lamentable hecho no sólo obedeció a la falta de ese programa (Mochila Segura), por eso, más que pedir que regrese, exigiremos que se acabe con la violencia en las escuelas, en las familias y en los contenidos de lo que los niños ven y escuchan constantemente”, expresó Consuelo Mendoza, presidenta de la agrupación.

“Lo ocurrido en Monterrey también tiene que ver también con la necesidad de crear políticas públicas que impacten en las familias, para permitir que los padres puedan combinar la vida laboral y la familiar”, añadió.

Consideró que para que verdaderamente funcione este programa deben participar los padres de familia, dando su consentimiento para que las mochilas sean revisadas: “Quizá ellos mismos puedan dirigirlo dentro de los planteles para evitar armas, drogas y cosas que puedan ser una amenaza”.

Pocos casos en México.

Otros hechos sangrientos ocurridos en planteles educativos del país.

  • Mayo de 2014. En una escuela de Atizapán, Estado de México, Édgar Yoevani, de 15 años, disparó a uno de sus compañeros, de 13, con quien mantenía una disputa. La víctima murió en el hospital.
  • Junio de 2007. Un padre de familia del prestigioso colegio Winston Churchill School, ubicado al sur de la CDMX, asesinó a la directora al parecer porque su hija fue abusada en el plantel,
  • Mayo de 2001. Diego Orlando, de 14 años, se disparó en la cabeza frente a sus compañeros de clase en una secundaria de Iztapalapa, tras terminar con su novia. Falleció poco después.

 

 

 

 

 

Fuente: La Razón.
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