A ver, una sonrisita: digan feminicidio, click

Por Antonio González Vázquez 

Hoy se cumplen cinco meses desde que la Secretaría de Gobernación a través de la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres; 150 día días después no hay respuesta. Desde el 11 de noviembre de 2015 en que la Comisión Estatal de Derechos Humanos dio a conocer el Informe Sobre Feminicidios 2011-2015, este diario digital en su seguimiento de casos, ha contado 41 mujeres asesinadas por situación de género. Hoy se cumplen entonces cinco meses de que la federación revisa o deshoja la margarita: declaro la alerta, no la declaro, declaro la alerta no la declaro…

Y el gobierno de Juan Manuel Carreras López imperturbable, como si no pasara nada, como si en su administración realmente se cuidase a la mujer, como si en su gobierno las mujeres tuvieran acceso a la seguridad y a la justicia también. Carreras vive una realidad diferente y no es la de las víctimas de feminicidio, el gobernador prefiere que lo vean con muchas mujeres tan risueñas como contentas como en la imagen. Es una imagen tan falsa como la de la certificación que recibió el Instituto Estatal de la Mujer por no discriminar y por respetar la equidad y los derechos laborales. La fotografía es de ese evento y Carreras aparece con mujeres y todas se ven tan de plácemes que cualquiera diría que no saben qué en el gobierno del doctor han sido asesinadas 41 mujeres por el hecho de ser mujeres. Parece que el gobernador no sabe de eso o que no le importa, pero aquí le recordamos el último feminicidio: Blanca tenía 26 años y vivía en la comunidad de El Cañón del municipio huasteco de Xilitla.

El 17 de marzo, salió de su casa para no regresar. Ese día por la noche sus familias y amigos la buscaron por la zona y denunciaron la desaparición ante la policía y pasaban las horas sin dar con ella, pero 48 horas después de que se le vio viva por última vez, fue localizada en un predio en despoblado de la comunidad de Camino Real. Estaba semidesnuda y su cuerpo presentaba signos de golpes y tortura; la mataron con arma blanca y antes la habían violado. Si el gobernador conociera la historia de Blanca, tal vez, no aparecería tan sonriente y despreocupado, rodeado de mujeres como en esta foto. La realidad de la mujer es otra y no la de la galería de tu foto con el gobernador.

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