El Catalejo es el resultado de las mentes desorientadas de los reporterillos de Astrolabio Diario Digital
Aunque cada vez resulta más frecuente que los políticos hagan desfiguros, sea bailando o con declaraciones o con propuestas ridículas, al Congreso del Estado llegó un espécimen que potenció el colmo de la ridiculez. No sólo abusó, junto con sus dos compañeros, de la posición de diputados para irse de turista a Vancouver, Canadá, y de ahí pasarse a Alaska a donde se “echaron la pinta” de la sesión de esta semana, sino que exhibió mucho más que su voluminoso abdomen: lo lejos que está de merecer la investidura que ostenta. Vagos entre los vagos de la Asamblea, desde tierra esquimal mostró los extremos a los que se puede llegar cuando la ciudadanía no tiene cuidado al votar por quien los partidos le presentan para ocupar un cargo de elección popular. ¡Y son aspirantes a la reelección! El pobre hombre se sintió en el Titanic, pero no llega ni al Panavic.
Viajan tres diputados a Vancouver y Alaska: “¡qué tal si traemos un chingo de trabajo!”
Viaje de diputados denigra aún más a la clase política: Parlamento Ciudadano