Por Antonio González Vázquez y Victoriano Martínez
“Se retira el dictamen 7, regresa a comisiones, pasamos al dictamen número 8”, expresó con rapidez el diputado Manuel Barrera Guillén, inmediatamente después del pase de lista, como quien anuncia algo que lo avergüenza, con la esperanza de que nadie se entere…
Así se reanudó a la 18:00 horas de este jueves 8 de junio, la sesión ordinaria número 71 del Congreso del Estado, iniciada ocho horas antes.
Atrás quedaron dos largos recesos que suplieron al debate público que debió darse sobre “el dictamen 7”, que autoriza al alcalde Ricardo Gallardo Juárez ampliar el contrato con Panavi para el cambio de las luminarias de la ciudad.
Con esa expresión, Barrera Guillén, en su carácter de presidente de la Directiva, dio por cerrado un episodio que comenzó desde temprano, cuando la entrada principal al recinto legislativo fue protegida con vallas metálicas para controlar el acceso al edificio. El protocolo del miedo.
Enrique Flores salió del salón de plenos de Jardín Hidalgo y lo primero que escuchó fue un sonoro “¡diputado embustero, qué lástima me das!”. El diputado volteó a ver de dónde surgía el coro y se encontró con una manifestación que al verlo, le increparon que lo de Panavi es “un robo descarado”.
Eran apenas las nueve de la mañana y la entrada principal al Congreso estaba ya custodiada por policías y protegida con vallas de metal y ahí, enfrente, comerciantes encabezados por Juan Antonio Rodríguez Chessani, demolieron con singular presteza el escaso prestigio de los diputados y, de paso, del alcalde Ricardo Gallardo.
“La gallardía se enriquece y la ciudadanía se empobrece” decían; “es un robo, son chingaderas, no tenemos seguridad pero si despensas y garrafones de agua”.
Exigían desde muy temprano, una hora antes del inicio de la sesión, que el dictamen de Panavi fuera rechazado y cancelado en definitiva, pero advertían que había que estar listos porque “de seguro ya les dieron billete a estos pillos” para que vendan su voto a favor del alcalde Gallardo.
“Gallardo lo que quiere es ser gobernador y por eso, quiere desaparecer el alumbrado público y dárselo a Panavi” y luego, “no hay obra pública porque el dinero del municipio es para la campaña”.
Ya despierten, decían a la gente, ya despierten, la Gallardía no es el cambio que ofrecieron “son la misma porquería”.
“Esta madre se tiene que caer”, expresó Rodríguez Chessani con relación al dictamen de Panavi.
Luego, se permitió la entrada a los comerciantes e ingresaron al salón de plenos. Ya estaban en la lectura de iniciativas. Sergio Desfassiux Cabello, del PRD, pasó a tribuna para presentar una. En el escaso tiempo que estuvo ahí lo acompañó el grito de “fuera Panavi, fuera Gallardo”. Cuando regresó a la curul, los manifestantes se callaron.
Más adelante, pasa a la tribuna Héctor Mendizábal y también le reciben en coro con el “fuera Panavi”.
En eso, por fuera del pleno asomo la cabeza el diputado José Luis Romero Calzada y apenas lo vieron y empezaron a gritar, “ya mejor que salga el payaso”.
El diputado no se hizo del rogar e ingresó al pleno para alcanzar su lugar mientras la gente le gritó con fuerza “¡que se encuere, que se encuere, que se encuere!”, y el diputado reía y recibía festivo las consignas, como si se tratase de porras y vivas.
Romero Calzada seguía con su lento caminar hacia la curul, cuando al pasar cerca de Héctor Mendizábal, desde el público le pidieron con sorna “¡beso, beso, beso!”. Romero Calzada mejor se sentó.
Minutos después, el presidente de la Directiva, Manuel Barrera Guillén anunció un receso a petición de Oscar Bautista, presidente de la Comisión de Gobernación, y principal impulsor del dictamen a favor de Panavi.
A la concurrencia no le agradó ni tantito el receso y, al prolongarse, reclamaron a los diputados que “ya salgan, no les pagamos para ir a esconderse allá”. El primer receso, convocado a las 10:45, se extendía lento y soso.
Al diputado Oscar Vera se le ocurrió instalarse en la silla de la presidencia, abrir el micrófono hacer un pronunciamiento: “A petición popular, me proclamo presidente de la Directiva para continuar la sesión”. Enseguida se puso a chacotear con la diputada Xitlálic Sánchez Servín para pasar el rato.
Pasadas las 13:30 horas se reanudó la sesión, sin que en el ánimo de los diputados promotores de la causa Panavi se aligerara la tensión, manifestada en entradas y salidas del pleno.
Luego de aprobar los primeros cuatro dictámenes previstos para la sesión, entre los cuales el cuarto correspondió a la aprobación de la Ley de Asistencia Social para el Estado y Municipios de San Luis Potosí, se propuso al pleno el retiro de los puntos 5 y 6, lo que ponía a la Asamblea a las puertas de discutir públicamente el caso Panavi.
Hasta ese momento, el dictamen 7 sólo había sido debatido en privado, lo que dejaba abierta la especulación de la ciudadanía que asistió a la sesión. La principal especulación era que no contaban con los votos suficientes para aprobar el dictamen.
Los mal pensados hablaban de una mercadería en la que los votos de los diputados habían entrado en una inesperada recotización ante la presión pública en contra del desfalco a las arcas municipales que representa la ampliación del contrato con Panavi.
El diputado priísta Fernando Chávez lo confirmaría con 25 palabras transmitidas vía Whatsapp al explicar a su interlocutor la razón por la que a las 13:55 horas se declaraba un nuevo receso antes de entras a discutir el dictamen 7, para reanudar la sesión hasta las 18:00 horas.
“Les están doblando la cantidad a Esther y Rebeca ya se les había zafado / pero ni así les alcanza / quieren tiempo para comprar voluntades”, fueron los tres mensajes enviados por Chávez Méndez (bit.ly/2skrd6R).
Previo a la reanudación vespertina de la sesión, se reforzó el protocolo del miedo para el acceso al recinto: prohibieron a los asistentes ingresar con objeto al grado de impedir que portaran botellas de plástico con agua.
Tras el acelerado retiro de la iniciativa instruido por Barrera Guillén en su carácter de presidente de la Directiva, se desahogaron el octavo asunto de la orden del día, seis puntos de acuerdo programados y dos más, uno de José Luis Romero Calzada, quien al presentar anunció que intervendría después sobre el caso Panavi.
El otro fue presentado por el panista Héctor Mendizábal para pronunciarse por mayor protección a los periodistas.
Sólo el caso de la propuesta de la diputada perredista María Graciela Gaitán Díaz, quien propuso exhortar a la Junta Estatal de Caminos considere “realizar estudios de factibilidad y gestionar recursos para habilitar acceso vial que permita cruzar el anillo periférico oriente a la altura del Camino Viejo a San Pedro, provocó a los asistentes.
Bastó que la diputada perredista mencionara la Avenida San Pedro con el nuevo nombre que la gallardía le impuso, para que comenzara un nuevo griterío: “¡Fuera Gallardo! ¡Fuera Gallardo!”.
Fiel a su vocación de bufón, Romero Calzada volvió a la tribuna para “pedir” a los asistentes una disculpa. Y lo remarcó: “les pido una disculpa”. “Me preocupa y me apura que no se haya tratado el tema Panavi”, aseguró.
Se pronunció porque el caso Panavi vuelva a ser tratado en el Pleno pronto, “para darle vuelta a la página para tratar otros temas que están afectando a la ciudadanía”. Los asistentes a la sesión le aplaudieron con expresiones de burla.
“Voy a hablar por mí y por la calidad moral de muchos de mis compañeros”, advirtió enseguida.
“Es muy fácil difamar en un celular como lo hizo mi compañero Fernando Chávez, y aquí tenemos las pruebas de que efectivamente se hizo un receso para comprar más voluntades”, dijo mientras mostraba en su celular la imagen de la nota publicada en Astrolabio Diario Digital con el video de los mensajes de Whatsapp del diputado priísta.
“Yo quiero decirles que no se hizo un receso para comprar voluntades, se hizo un receso para buscar el bien común que todos ustedes están buscando”, aclaró entre los aplausos y risas burlonas de los asistentes.
Aseguró que como legislador ha aprendido muchas cosas y consideró oportuno hacer caso a las enseñanzas del “maestro Vera” en el sentido de que es momento de cambiar el rumbo y de darle otro matiz a la diputación.
“Y así lo vamos a hacer a partir de hoy, empezaremos a legislar de otra manera, empezaremos a legislar de la mano de los potosinos, hombro a hombro, para el beneficio de San Luis Potosí”, dijo eufórico mientras en el recinto se escuchaban aplausos y carcajadas.
Héctor Mendizábal Pérez, como primer Vicepresidente de la Directiva, cerró la sesión y citó para el próximo jueves 15 de junio a las 10 de la mañana.
Así quedó conjurado, por el momento, el tema Panavi y el riesgo de comprometer el erario municipal por más de mil 512 millones de pesos… aunque latente con su regreso a comisiones.